Deóleo sumará cuatro directores financieros en dos años tras la marcha de Pablo Pomares, el actual responsable de sus cuentas, quien abandona este martes la aceitera después de pasar tan sólo 6 meses en el puesto, como han asegurado fuentes del sector a Vozpópuli y ha confirmado la compañía. Según Deóleo, se trata de una dimisión donde ha imperado el buen tono, hasta el punto de que el directivo se ha mantenido en la compañía para colaborar en el cierre de las cuentas anuales, que deberán publicarse próximamente.
En la compañía hay quien comenta que Pomares, que ascendió al puesto en agosto de 2016, se ha marchado ante los malos resultados económicos que espera la compañía para el curso pasado. El anterior CFO, el italiano Alberto Toni, abandonó de igual modo su puesto y la compañía tras poco más de un año en el cargo. Era un fichaje de relumbrón, que había estado 17 años en el grupo Heineken desempeñando todo tipo de cargos directivos pero apenas aguantó 12 meses en el grupo aceitero.
La empresa aceitera pierde por tanto a uno de sus principales baluartes cuando quedan pocas fechas para la presentación de resultados anuales, que muchos aseguran serán "desastrosos". La operación de bajar los volúmenes en España podría no haber surtido el efecto deseado. Según fuentes internas, Deóleo estará vendiendo en 2016 unos 70 millones de litros de oliva al año cuando en 2013 vendía 180 millones. Este derrumbe ha venido como consecuencia en parte del "rediseño del negocio en España e Italia", donde más han sufrido, especialmente en España, frente a la marca blanca capitaneada por Sovena y Hacendado.
El rediseño suponía eliminar marcas y eso ha reducido el volumen embotellado en España un 26%, y un 28% el aceite de semillas, según datos de Alimarket. Por su parte, fuentes sindicales consultadas han declarado a este medio que "la plantilla lleva once años sin aumento de salario, pero Deoleo se gasta un pastizal en ejecutivos y consultoras. Jose María Muriel -nombrado CEO tras la marcha de los hermanos Salazar- se llevó una indemnización de 3 millones de euros y Carbó, de un millón y medio. Aún no sabemos lo que se pagó a Manuel Arroyo en su salida. Si todo ese dinero se hubiera destinado a 'cash' para comprar aceite al contado, Deoleo estaría mucho mejor. Desde hace años no se invierte como es debido en las fábricas, para poder mejorar su eficiencia. La competencia de Deóleo es más rápida y eficiente, pese a que las marcas del grupo son reconocidas y se venden. El negocio del aceite es muy complicado: hay que saber comprar, envasar rápido y de una forma eficiente y distribuir rápido. La compañía contrata magos de las finanzas que no conocen el mercado de aceites. Cuando no salen los números, solo se les ocurre despedir trabajadores", han asegurado estas fuentes sindicales.