ACS estará en la recta final para hacerse con un espectacular contrato ferroviario en Australia, valorado en unos 2.500 millones de euros, como parte de un consorcio en el que también figura Leighton, la joya de la corona de su participada Hochtief. La licitación será la prueba de fuego de los planes de colaboración que mantienen ambas compañías, conducentes a la fusión.
El contrato incluye la construcción de uno de los tramos de conexión ferroviario con el noroeste del país oceánico, cuya parte fundamental es un doble túnel de 15,5 kilómetros de longitud entre las localidades de Bella Vista y Epping, que será el más largo y profundo de Australia.
La compañía española forma parte del consorcio a través de Dragados, su cabecera de construcción, mientras que Hochtief figura con su filial australiana Leighton (más en concreto con John Holland, una de sus unidades). La local Thiess completa el consorcio que ha logrado superar la criba final, en un proceso en el que se han quedado otro grupos españoles que estaban interesados en la misma.
En concreto, OHL se había interesado por el contrato y pretendía presentar una oferta de la mano de la italiana Impregilo. Mientras, Acciona y Ferrovial también constituyeron un consorcio para acudir al proceso, denominado Civilinc, que completaba la italiana Ghella.
Un gran grupo europeo
Este contrato se antoja fundamental para ACS en su nueva estrategia de centrarse en su futuro junto a Hochtief. Tras su última junta de accionistas, la compañía alemana anunció que se iniciaba una época en la que se iba a buscar una mayor colaboración con ACS para aprovechar las sinergias entre ambas.
Mientras, el presidente del grupo constructor español, Florentino Pérez, señaló ante los analistas que el futuro junto a Hochtief centraba las ilusiones de la compañía, después de que tuviera que iniciar su salida del capital de Iberdrola. El contrato del North West Rail Link supondría un ejemplo del funcionamiento de la alianza, lo que sería presentado como un argumento de peso para plantear la fusión entre ACS y Hochtief.
La constructora española ha pisado el acelerador del proceso para tratar de constituir un grupo europeo que, por lo tanto, pudiera salir al mercado para financiarse sin la presión de la elevada prima de riesgo española. En su contra juega la abultada deuda que arrastra, que ha logrado reducir algo a golpe de ventas de activos y que ha conseguido refinanciar pero con un elevado coste.
Para lograr del contrato australiano, ACS deberá enfrentarse a los consorcios liderados por la francesa Bouygues y la británica Laing O’Rourke.