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El Ibex-35 se desenladrilla: FCC, Sacyr y OHL salen del índice en apenas un mes

Tres empresas del sector han salido del indicador selectivo de la Bolsa casi de golpe. Desde 1999 no había tan pocas constructoras en el Ibex-35. El peso del ladrillo ha caído más de dos puntos desde el inicio de la crisis.

  • Las constructoras se alejan del Ibex-35

La salida de FCC del Ibex-35, ratificada este miércoles por el Comité Asesor del índice selectivo, confirma la caída en desgracia de las constructoras en el más selecto grupo de empresas que cotiza en la Bolsa española. En apenas un mes, tres compañías del sector han dejado de formar parte del Ibex. Además del grupo controlado por Carlos Slim, Sacyr y OHL abandonaron el indicador a finales del pasado junio, víctimas de la ordinaria revisión semestral.

De esta forma, el Ibex-35 se queda tan sólo con tres empresas del sector: Ferrovial, ACS y Acciona, aunque hace tiempo que la mayor parte de la facturación de esta última proviene del ámbito energético. En cualquier caso, es un escenario que no se ha dado en lo que va de siglo. Desde 1999, fecha de la salida a Bolsa de Ferrovial, no había tan pocas constructoras en un índice selectivo que, en sus inicios, allá por finales de la década de los 80, tan sólo incluyó dos en su composición original: Dragados (que ahora forma parte de ACS) y Focsa (germen de la actual FCC).

De hecho, la exclusión de FCC tiene tintes históricos porque, con una denominación u otra (hasta 1992 bajo el nombre de Focsa), nunca había dejado de estar presente en el selectivo. A partir del próximo 8 de agosto ya no podrá decir lo mismo.

La construcción fue uno de los sectores más golpeados por la crisis pero, paradójicamente, no ha sido hasta ahora, en el momento en que se atisban algunos síntomas de recuperación, cuando este castigo se ha reflejado en la posición de las compañías cotizadas.

Reducción de tamaño

“Al final, el Ibex-35 es un indicador de referencia, tiene su propio método para establecer la composición, bajo criterios como la capitalización bursátil y la liquidez. Y hace tiempo que determinadas constructoras no dan el perfil necesario para formar parte del grupo”, apuntan desde una firma de análisis internacional.

Ciertamente, las constructoras, que antes de la crisis figuraban en la parte media de la tabla del Ibex por capitalización, pasaron en la mayoría de los casos al furgón de cola debido al desplome bursátil que sufrieron: “Salvo excepciones, las compañías del sector son ahora más pequeñas, han tenido que vender numerosos activos para reducir una deuda que les ahogaba, y este extremo termina por reflejarse en la capitalización".

A finales de 2007, cuando los efectos de la crisis empezaban a dejarse sentir, las cinco constructoras que por entonces formaban parte del Ibex (ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr Vallehermoso y FCC) presentaban una capitalización conjunta de 54.607 millones de euros. Por entonces, Inditex, que actualmente es con diferencia la mayor empresa del Ibex, valía en Bolsa algo más de 26.000 millones, es decir, menos de la mitad de las constructoras.

Al cierre de la sesión de este miércoles, aquellas cinco constructoras que formaban parte del Ibex-35 a finales de 2007 no llegan a sumar 30.000 millones de euros de capitalización, mientras que el tamaño de Inditex multiplica por más de tres esta cifra y se sitúa por encima de 96.000 millones.

Diferentes criterios, idéntico resultado

En el caso de FCC, su exclusión del Ibex-35 no ha sido tanto una cuestión de tamaño (como sí fue en el caso de Sacyr y de OHL) como de liquidez bursátil. El abordaje de Carlos Slim como primer accionista y la necesidad de dos ampliaciones de capital sucesivas por valor de 1.700 millones de euros han terminado por situar la participación del empresario mexicano en el grupo por encima del 61%. El escaso capital flotante que le resta a la compañía, toda vez que Esther Koplowitz conserva algo más de un 20%, la condena a salir del selectivo, en el que también se valora de forma notable el volumen de contratación de las compañías.

Juan Miguel Villar Mir, ex presidente y principal accionista de OHL, se quejaba días atrás de que su empresa hubiera sido excluida del índice pese a ser una de las más activas del mercado. Sin embargo, la tozuda realidad indica que la capitalización de la compañía apenas supera los 1.000 millones de euros, insuficiente para alcanzar el 0,3% del total del índice que se exige para formar parte de él.

En el caso de Sacyr, las cifras son más que significativas. Hace nueve años, en plena locura bursátil, con el Ibex en máximos históricos, su capitalización superaba los 12.000 millones de euros. Hoy no llega a 800. El grupo ha tenido que deshacerse de sus negocios de concesiones (aunque los recuperó posteriormente), inmobiliario (tanto residencial como patrimonialista) y de grandes participaciones en empresas como las de Eiffage y Repsol (reducida a poco menos del 9% desde el 20% que llegó a ostentar).

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