Corren tiempos revueltos en Santander Consumer USA (Scusa). La llegada de un nuevo auditor (PwC, que relevó este año a Deloitte) a la financiera estadounidense del grupo presidido por Ana Botín ha supuesto un nuevo retraso en la presentación de resultados del banco en el segundo trimestre de 2016. A inicios de esta semana, la propia Scusa emitió un escueto comunicado en el que informaba del aplazamiento, sin fecha alternativa, de sus cuentas. El mercado, alarmado, castigó a la compañía en Bolsa, que se desplomó un 15% en una sola jornada.
Este miércoles, durante la presentación de resultados del Grupo Santander, su consejero delegado, José Antonio Álvarez, ha dado más detalles respecto a las "discusiones entre sus actuales y anteriores auditores", en lo que supone un nuevo contratiempo en un país en el que se le acumulan los tropiezos al principal banco español. Tal y como señaló, existen discrepancias entre PwC y Deloitte "relacionadas con cómo se contabilizan las comisiones de los concesionarios cuando financiamos los préstamos subprime. Hay una discusión ahí. Por eso hicimos ese comunicado, para potencialmente retrasar los resultados, si bien no esperamos un efecto material en el grupo", explicó Álvarez, quien trató de quitar hierro al los posibles efectos adversos en las cuentas del banco (efectos que podrían afectar también a ejercicios contables anteriores).
La discrepancia radica en si el reflejo en las cuentas va por devengo o va por upfront", explicó Álvarez. ¿Por qué ahora? "Porque hemos cambiado de auditor ahora"
Santander asegura que su problema con las cuentas de Scusa no tendrá "impacto material en resultados, dado que la cifra en cuestión "es en principio poco material. La discrepancia radica en si el reflejo en las cuentas va por devengo o va por upfront", explicó Álvarez. ¿Por qué ahora? "Porque hemos cambiado de auditor ahora", recalcó. Es decir, que las discusiones con el auditor se localizarían en las carteras de crédito subprime vinculado a la compra de vehículos, aquellas que aglutinan los préstamos más arriesgados, concedidos a los clientes con menores probabilidades de devolver el dinero tomado. Precisamente por su condición de subprime, este tipo de créditos permiten obtener unos mayores ingresos vía intereses, ya que los mismos se fijan en función del riesgo.
Casi una quinta parte de los créditos, de alto riesgo
¿Qué volumen de subprime para la compra de vehículos hay a día de hoy en Scusa? La entidad no facilita cifras concretas y desglosadas de sus créditos de alto riesgo, si bien en las últimas cuentas publicadas por la financiera de Santander en Estados Unidos, del primer trimestre del año, sí que dan algunos datos.
Del total de créditos nuevos concedidos para la adquisición de un vehículo (unos 6.782 millones de euros) porm Scusa entre enero y marzo de 2016, unos 1.242 millones consistían en préstamos subprime, cuyo índice FICO estaba por debajo de 640, el valor considerado por el mercado como mínimo para ser un acreedor seguro. Es decir, que cerca de una quinta parte de los nuevos préstamos para la compra de coches originados por la financiera entrarían dentro de esta clasificación más arriesgada. Este porcentaje fue más alto en ejercicios anteriores, toda vez que el banco lleva algunos años tratando de mejorar el mix de su cartera crediticia para que tenga más calidad. Actualmente la financiera controla unos 37.900 millones de dólares de activos en su balance, según una reciente presentación para inversores. De estos, una parte relevante del negocio son los créditos para la compra o adquisición de un vehículo.
Problemas con Deloitte
El de las discrepancias con los auditores es sólo el último episodio de la serie de inconvenientes surgidos en el holding bancario que Santander tiene en Estados Unidos. Hace apenas unos meses, Vozpópuli informaba de que el antiguo auditor, Deloitte, dejaba de prestar servicios al banco para después publicar un duro informe sobre sus últimas cuentas. Entre otras deficiencias, la firma acusaba al banco de no aplicar el debido control sobre sus datos financieros, lo que podía afectar a la fiabilidad de sus cuentas, en lo que resultó ser una suerte de premonición de lo que se avendría después con el test de estrés de la FED.
Y es que el pasado mes de junio, Santander en Estados Unidos se confirmó como la única entidad financiera de la historia que ha suspendido tres test de estrés consecutivos. El supervisor estadounidense, pese a reconocer los esfuerzos por mejorar y pese a constatar unos altos niveles de capital, suspendía al banco (junto a Deutsche) tras afirmar "objeciones a los planes de capital" de la entidad, los cuales adolecían en su opinión de "amplias y sustanciales debilidades" en cuanto a sus planes de generación de capital.