Mariano Rajoy ha recibido en secreto en Moncloa al ex líder de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, en una reunión cuyo objetivo principal ha sido sondear al presidente del Gobierno sobre una operación que trasciende la esfera estrictamente empresarial.
Según confirmaron a Vozpópuli fuentes conocedoras del encuentro, el abogado y consejero de Enagás se quejó ante Rajoy de que Ramón Aguirre, presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), ha dado largas a su propuesta de compra del 20% del grupo Indra por parte del fondo británico Hanson, al que dijo representar.
Hernández Mancha criticó duramente la actitud de Aguirre y pidió al presidente del Gobierno que le dé otro interlocutor en el seno del Gobierno que sea más permeable a una operación que permitiría al Estado abandonar el capital de una empresa estratégica a la que llegó en el verano de 2013, al comprar el 20% que se vio obligado a vender Bankia.
Según estas mismas fuentes, Rajoy no tardó en despachar a su antiguo compañero de filas populares y le recomendó que se viera con Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, del que depende jerárquicamente la propia Sepi. En ningún momento, el presidente del Gobierno mostró interés alguno por conocer más detalles de la operación, añaden estas fuentes.
El ex compañero de filas de Rajoy le pidió otro interlocutor de cara a la operación tras los desplantes de Aguirre, que no quiere vender el 20% de Indra
Hernández Mancha trata ahora de convencer a Montoro para que facilite la venta de este paquete a Hanson, pero además busca el plácet para una operación de mayor calado en la que el fondo británico aspira a comprar más paquetes accionariales con el objetivo de tomar el control de la compañía tecnológica y Defensa que preside Javier Monzón.
Sin embargo, el plan se ha encontrado, al menos por ahora, con el rechazo frontal de Hacienda, que en ningún caso estaría dispuesta a vender con minusvalías.
La propia Sepi ha rechazado públicamente la operación y ha recordado que una posible venta "requeriría siempre de la autorización del Consejo de Ministros". De ahí que Hernández Mancha haya apuntado alto, pero sin éxito, para conseguir el "sí" del propio Rajoy.
Sepi pagó 337 millones de euros en agosto de 2013 por el 20% de Indra, a un precio de 10,19 euros la acción, pero los títulos de la compañía cotizan ahora levemente por encima de los 8 euros, con lo que el paquete estaría valorado a precios de mercado en unos 270 millones de euros. Si vendiera ahora a estos precios, las minusvalías para el erario público serían de unos 67 millones de euros.
Si Sepi vendiera ahora su 20%, las minusvalías para el erario público rondarían los 67 millones de euros por la caída de la acción de Indra
Así que la operación tendrá que esperar. No sólo porque Montoro no está dispuesto a vender sino porque hay en el Gobierno otros miembros con más poder que tampoco quieren cambios bruscos en una compañía que es considerada estratégica para la seguridad nacional (comunicaciones, contratos de Defensa…) y que podría convertirse en un polo integrador de un futuro grupo público de tecnologías y Defensa.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha confirmado explícitamente a Monzón que el Gobierno no auspiciará una operación para trocear Indra y desbancarle de la presidencia.
Y es que detrás de la operación que pergeña Hernández Mancha se sitúan el propio ministro de Defensa, Pedro Morenés, su secretario de Estado, Pedro Argüelles, el ex ministro de Defensa con Aznar, Eduardo Serra, y Santiago Foncillas hijo. La conexión de todos ellos a nivel interno la representa Adolfo Menéndez, consejero de Indra a propuesta de Sepi y que mantiene una relación de amistad con el ex líder a AP y también con Foncillas.
El plan de Hernández Mancha va más allá y persigue destronar a Monzón del sillón presidencial, en una operación apadrinada por el ministro Morenés y el ex ministro Eduardo Serra
De hecho, el plan de Hernández Mancha y del fondo Hanson pasaría por rentabilizar en el medio plazo las diferentes divisiones de Indra troceándolas y procediendo a la venta de algunas de ellas (Defensa, consultoría, tecnologías de la información…).
El plan, además, pasa por echar a Monzón del sillón presidencial en el que lleva 21 años, y colocar en él a uno de los hombres afines. Serra se había perfilado para ocupar este puesto, con el visto bueno del propio Morenés.
El complot contra Monzón lleva urdiéndose desde hace tiempo. La compra del 20% de Indra por parte de Sepi dio alas al Ministerio de Defensa para tomar el control de la gestión de la compañía.
De hecho, este pasado verano, el Consejo de Ministros aprobó dar al Departamento que dirige Morenés el control de los derechos políticos tanto de Navantia como de Indra, aunque la participación empresarial 'cuelgue' de Hacienda (Sepi).
Meses atrás, ya hubo un primer asalto a la presidencia de Indra, pero Monzón, con el apoyo de Soraya, consiguió frenarla y recibió el respaldo de los dos consejeros de Sepi para su renovación como presidente del grupo. Monzón llegó a pedir el apoyo al propio Rey Juan Carlos I, con el que le une desde hace años una buena relación.
Pero el monarca ya no manda en palacio y el presidente de Indra ahora sólo cuenta con el apoyo de algunos miembros del Gobierno. Los próximos meses serán cruciales para saber si la operación de acoso y derribo a Monzón sale adelante o acaba difuminándose finalmente.