No hace ni un mes, el pasado 30 de octubre, el actual presidente de Cepyme y vicepresidente de CEOE Jesús Terciado salió airoso de los tribunales. El Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid acababa de archivar una querella contra él presentada por sus enemigos de la patronal castellano-leonesa Cecale por apropiación indebida de fondos de la organización. El sobreseimiento reconocía “el uso de la tarjeta de crédito por parte del querellado”, pero exculpó a Terciado porque “no existe ninguna restricción o limitación clara del cobro de la dieta”. Absuelto el máximo representante de los pequeños y medianos empresarios españoles, Vozpópuli ha tenido acceso a alguno de esos gastos.
Terciado, que presidió la patronal de Castilla y León desde 2006 hasta el pasado 11 de septiembre, día en que dimitió, abonó 25.000 euros por seis proyectos empresariales a una sociedad cuyo administrador regenta otro negocio con él. La empresa agraciada con tan suculenta cuantía está registrada en Madrid y se llama Fragua Gestión de Proyectos S.L.; uno de sus dos socios, Darío Bengoechea Jarque, es junto con Terciado propietario de International Business and Market Development SL, radicada en Ávila, de donde es el presidente de Cepyme.
Terciado y Bengoechea fundaron esta última el 13 de julio de 2009, poco después de que se emitiera la primera de las seis facturas, el 30 de junio de ese año. La sexta se abonó en marzo de 2010.
Proyecto empresarial por 8.000 euros
Fragua Gestión de Proyectos e International Business and Market Development comparten objeto social: “Compraventa, alquiler, instalación, mantenimiento, soporte y consultoría de hardware y software informático”. Algunas fuentes denuncian que el coste de los seis proyectos no corresponde en absoluto con su valor real. Un “proyecto de internacionalización y cinturón de empresas” salió por 3.492 euros. Otro “proyecto de cinturón empresarial” costó 8.168 euros…
Tras su dimisión al frente de Cecale, Terciado trabaja solo con Cepyme. También preside la patronal abulense, la que le catapultó a Valladolid, primero, y a Madrid, después. Sus enemigos en Castilla y León, organizados en torno a León, Zamora y Salamanca, han anunciado que continuarán dando la batalla legal por “esclarecer las cuentas de Cecale”.