Un relevante contrato de ingeniería para Metro de Madrid, el referido a la adecuación de los sistemas de ventilación de la estación de Sol, una de las más concurridas y utilizadas de la infraestructura, acaba de ser adjudicado a una oferta cuyo precio se sitúa un 43% por debajo de lo presupuestado. Una baja temeraria de manual que, en este caso, fue también así calificada por la propia adjudicataria. La circunstancia, sin embargo, no fue óbice para que la ofertante se llevara finalmente el contrato.
Este episodio se produce cuando ya está aprobada la nueva Ley de contratos del sector público, que persigue, entre otras cuestiones, acabar con los casos de ofertas anormalmente bajas (que suelen terminar derivando en sobrecostes). También incluye entre sus preceptos prohibir la adjudicación de contratos con un criterio exclusivamente económico, lo que también se da en el caso de esta licitación de Metro de Madrid. la nueva normativa no entrará en vigor hasta comienzos del próximo mes de marzo. Y el periodo de transición no parece estar sirviendo precisamente para ir adaptándose a ella.
La compañía gestora del transporte suburbano de la capital presupuestó el contrato de ingeniería en algo más de 210.000 euros. El proceso despertó el interés de hasta 14 empresas diferentes, entre las que se incluían algunas de mayor tamaño del sector como Sener, Acciona Ingeniería, Ayesa e incluso la pública Ineco. Finalmente se presentaron cinco propuestas, entre las que resultaría ganadora la que ofreciera un precio más bajo, ya que Metro de Madrid decidió no establecer criterios técnicos para la adjudicación.
Esta práctica ha sido criticada en numerosas ocasiones por las patronales del sector al considerar que reduce la licitación a una mera subasta, que da lugar precisamente a ofertas muy a la baja que derivan posteriormente en la necesidad de llevar a cabo modificados, con los célebres sobrecostes como consecuencia inmediata.
Contra el criterio del pliego
Precisamente, la ausencia de este criterio técnico dejó en apenas un tercio la lista de los grupos que finalmente presentaron oferta. La horquilla de bajas que reflejaban las propuestas iba desde el 14% de Acciona Ingeniería hasta el 28% propuesto por Getinsa, a excepción de una de las ofertas que se desmarcaba claramente del resto: la de Geoconsult, que presentaba un descuento sobre el presupuesto superior al 43%.
El propio informe de adjudicación de Metro de Madrid para este contrato apunta que "la oferta de la empresa Geoconsult España Ingenieros Consultores S.A. resultó ser 'temeraria' o 'anormalmente baja', conforme a las previsiones contenidas en la documentación que rige esta licitación".
En efecto, el pliego del contrato fija el criterio para definir una situación se temeridad, en concreto, cuando la baja de una oferta sea superior a la media del resto más 7,5 puntos. Un margen que la propuesta de Geoconsult superaba ampliamente.
Periodo de transición
No obstante, Metro de Madrid decidió, en virtud de un precepto legal que ampara su actuación, pedirle explicaciones al oferente, que remitió el correspondiente informe que justificaba el precio de la propuesta. Tras analizar el informe, la compañía pública, que depende de la Comunidad de Madrid, le adjudicó el contrato.
El proceso se ha desarrollado totalmente en contra de lo previsto en la nueva Ley de contratos públicos, ya aprobada pero que aún tardará en entrar en vigor debido a la complejidad que supone la adaptación de todos los pliegos de licitaciones de las diferentes Administraciones Públicas.
Particularmente, el Gobierno central ha señalado en diferentes oportunidades que establecería medidas para evitar bajas temerarias y también para dar un mayor peso a los criterios técnicos, en detrimento de los económicos. No obstante, los ejemplos de adjudicaciones de importantes contratos con bajas más que notables, especialmente en el ámbito de la alta velocidad y en el ámbito de la ingeniería, son múltiples.