Metro de Madrid fue incapaz de dejar atrás los números rojos en 2014, un año en el que la compañía dependiente de la Comunidad de Madrid llevó a cabo una reducción de personal que afectó aproximadamente al 10% de la plantilla y registró ingresos extraordinarios procedentes de la venta de activos inmobiliarios. Aun así, la empresa que gestiona el suburbano madrileño perdió el pasado ejercicio 29,7 millones de euros y engordó los resultados negativos de los últimos cinco años hasta los 415 millones.
Bien es cierto que las cifras del último año poco tienen que ver con las registradas en 2013, el peor ejercicio de la historia de la compañía desde el punto de vista económico. Los números rojos se han reducido un 86% pero este comportamiento tiene escasa relación con el negocio ordinario de la compañía.
Metro ingresó por la publicidad en las estaciones algo más de 43 millones, un 39% por debajo de lo previsto
El número de viajeros apenas se ha incrementado un más que exiguo 0,53%, hasta los 560,85 millones, con lo que continúa en sus mínimos de la última década. Toda vez que en 2014 se congelaron las tarifas, los ingresos por venta de billetes mostraron idéntica evolución, hasta los 707,7 millones de euros. Muy lejos de los más de 1.100 millones registrados en 2009, aun cuando los efectos de la crisis ya se dejaban sentir con fuerza en la economía española y los precios de los billetes eran sensiblemente más económicos.
La cifra de ingresos por venta de billetes también se sitúa sensiblemente por debajo, cerca de un 10%, de lo que reflejaban los presupuestos de la Comunidad de Madrid en este capítulo. Mientras, los ingresos comerciales, procedentes principalmente de la publicidad en las estaciones y el patrocinio de las mismas tampoco se han comportado según lo presupuestado. En concreto, Metro de Madrid ingresó por este concepto algo más de 43 millones de euros, un 39% por debajo de lo previsto.
Dos aspectos íntimamente relacionados: sin mayor afluencia de pasajeros es difícil sacar partido tanto a la publicidad como al alquiler de los espacios comerciales en el interior de las estaciones. Detrás del estancamiento del número de viajeros, tras la fuerte caída registrada durante la crisis, se encuentran aspectos como la reducción del servicio. Durante 2014, la oferta de coches del suburbano madrileño se ha reducido cerca del 1% pero mucho más significativa es su evolución desde 2011, con un descenso del 15% (desde el entorno de los 200 millones de coches por kilómetro de aquel año hasta los 170 millones de 2014). Menor servicio a mayor precio (pese a la congelación del último año) y con una red ampliada y, por lo tanto, con un mantenimiento más caro. Un cóctel de digestión casi imposible.
A pesar del ERE y la venta de activos
De esta forma, sólo el resultado extraordinario por la venta de activos y el ahorro en costes laborales como consecuencia del ERE han evitado que Metro de Madrid vuelva a sufrir unas pérdidas históricas. En concreto, la sociedad ha reducido los costes laborales un 18,5%, algo más de 81 millones de euros, que compensan sobradamente los gastos derivados de la reducción de plantilla (en torno a los 60 millones de euros).
Sólo el resultado extraordinario por la venta de activos y el ERE han evitado que Metro vuelva a sufrir unas pérdidas históricas
Además, la compañía comenzó en 2014 a desarrollar su programa de venta de activos inmobiliarios. De esta forma, se deshizo del inmueble situado en la zona de Granada-Cabanilles, hasta ahora la sede de la empresa, por casi 29 millones de euros. Y también de los terrenos de las antiguas cocheras situadas en el entorno de Cuatro Caminos (que albergarán una singular promoción de pisos) por algo más de 100 millones, con un resultado final para las cuentas de la empresa de 88 millones de euros. Con la suma de otras enajenaciones de menor calado, Metro de Madrid ingresó algo más de 123 millones de euros por estos conceptos.
A pesar de estos aspectos positivos desde el punto de vista de la caja, los ingresos totales de Metro de Madrid en 2014 fueron de 928 millones de euros, algo más de un 2% por debajo de lo presupuestado.
El nuevo Gobierno de la Comunidad de Madrid tiene como uno de sus retos hacer de la gestora del Metro una empresa rentable y recuperar las cifras de afluencia de viajeros de los últimos años, que han ido en descenso a la par que la oferta ofrecido a los clientes.