Luis Iglesias, fundador de Drago Capital y exsocio del benjamín de la familia Pujol Ferrusola, Oleguer, se ha visto obligado a enviar una misiva a sus inversores para pedirles calma después de que se diera a conocer que Oleguer dirigió personalmente la compra de 1.152 oficinas del Banco Santander a través de una sociedad sin un solo empleado y vinculada a un holding con sede en las Antillas Holandesas y en Luxemburgo. Incluso Manos Limpias pedirá a la juez que investiga el caso Pujol que incluya esta venta en sus pesquisas.
"Se cuestiona la fuente de capital detrás de los vehículos de inversión gestionados por Drago Capital. Como sabéis, el capital detrás de nuestras inversiones viene de instituciones muy respetadas e internacionalmente conocidas, fondos de pensiones públicos y 'family offices'", dice Iglesias. En esta misiva, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, el exsocio de Oleguer quiere poner fin a las dudas, algo complicado tras saberse que la familia Pujol ha mantenido dinero sin regularizar en el exterior.
Pero el financiero parece muy firme: "Nos aseguraremos de que la información necesaria esté disponible para las autoridades antifraude para que se ponga fin, de una vez por todas, a la campaña difamatoria y especulativa que estamos sufriendo y que no tiene nada que ver con Drago ni con su negocio de comprar y gestionar propiedades".
Este comunicado llegó a manos de Oleguer Pujol a través de su sobrino (e hijo de Jordi Pujol Ferrusola), Jordi Pujol Gironès, llamado por algunos Pujol III y que se dedica al mundo de las finanzas. En su respuesta, Oleguer recuerda que salió de Drago en 2012 y que los inversores del fondo y demás vehículos eran hasta entonces "APG, Pearl, RBS, PSP, Cerberus y Sun Capital".
Oleguer recuerda que salió de Drago en 2012 y por entonces los inversores eran "APG, Pearl, RBS, PSP, Cerberus y Sun Capital"
Desde Drago se recuerda continuamente que Pujol abandonó el barco en 2012 y que vendió sus acciones, "cortó todos los lazos y desde entonces no tiene nada que ver ni con la compañía ni con su negocio". También se informa de que, tal y como les exige la ley, "siempre comprobamos la identidad de todos los inversores y el origen de los fondos que están invirtiendo en vehículos gestionados por Drago". Además, también lo hacen los reguladores como el Banco de España y la Dirección General de Transacciones Exteriores monitorizan el origen de los fondos.
"Una campaña política"
Para Luis Iglesias, es evidente que se trata de "una campaña política que no tiene nada que ver con nuestro negocio" y vuelve a mencionar su búsqueda de la transparencia: "PriceWaterhouseCoopers audita nuestras cuentas anuales y las de las compañías que gestionamos", concluye Iglesias.