Algunos la acusarán de oportunista, pero ayer cayó la primera demanda sobre Pescanova, personalizada en su presidente, por parte de la organización Manos Limpias. Algo que parecía inevitable, dado que el propio Manuel Fernández Sousa ha reconocido esta semana haber vendido una gran parte de su posición en la empresa sin declararlo y, con ese dinero, haber concedido créditos a la empresa a tipos superiores a los de mercado. Un despropósito que bordea lo chusco y que tiene a la CNMV encima, recopilando datos e intentando averiguar el tamaño real del agujero de la empresa.
Sin embargo, de momento nadie había acudido a los tribunales centrando el tiro de esta manera. El bufete Yvancos afirma haber demandado al consejo de administración en pleno, mientras Aemec-Cremades (lo mismo da que da lo mismo) ha anunciado su intención de demandar en defensa de los minoritarios.
Las demandas conjuntas parecen carecer de sentido, por cuanto hay una parte del consejo de administración claramente enfrentada a Sousa, que lideran Grupo Damm y Luxempart. Pero es ahora Manos Limpias quien ha demandado a Fernández Sousa únicamente, por “gravísimas irregularidades”.
Damm, harto
Precisamente, Damm hace tiempo que está preparando una respuesta legal para la compañía. El grupo de la familia Carceller entró a mediados de 2011 en Pescanova y ya no firmó las cuentas de 2012. A partir de ahí, ha insistido en la celebración de consejos de administración extraordinarios, para intentar obtener la información veraz sobre el estado de la compañía, algo que no ha logrado nadie de momento: ni Houlihan Lokey, ni BDO, ni la CNMV.
El regulador, por su lado, estuvo a punto de poner el caso en manos de la Fiscalía, algo que le solicitaban algunos bancos acreedores, pero de momento está tutelando el proceso de forensic junto a KPMG, a la espera de poder nombrar un administrador concursal.
Todo ello, sin eliminar las posibles sanciones y actuaciones a emplear si hay evidencias de delito. Algunas opiniones señalan que es importante intentar la auditoría de la compañía teniendo de cerca a Sousa, aunque hay otras visiones menos políticas. De hecho, desde el steering comité es conocida la opinión: no refinanciarán si continúa en su puesto una sola persona del equipo gestor.
Sin información
Conviene recordar que Pescanova presentó preconcurso de acreedores, reconoció desfases contables y fuentes de los acreedores han manifestado su enorme temor de que el perímetro de la deuda se sitúe en un entorno cercano a los 3.000 millones de euros, frente a los 1.500 reconocidos. Todo esto, con la escasa información conocida.
El asunto promete revelar una avalancha de sorpresas, pero Manos Limpias considera que ya hay pruebas suficientes para ir a la Fiscalía, especialmente tras la venta de acciones no declarada (noticia adelantada por Vozpópuli) reconocida en Hecho Relevante.