Un cúmulo de circunstancias concentradas en un mismo día. Un buen número de casualidades, todas juntas, que han contribuido a que los precios de la energía en el mercado mayorista de electricidad, el famoso pool, se disparasen este lunes, primer día laborable tras el boicot del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a la reforma energética de su homólogo de Industria, José Manuel Soria.
Así, el megavatio/hora (MWh) para este martes se negociaba este lunes en esa bolsa en el entorno de los 81,5 euros, lo que duplica los cerca de 40 euros MWh de una semana antes. Según datos del Operador del Mercado Eléctrico, el precio del pool en los primeros once meses del año se ha situado muy por debajo de esa magnitud, en 41,8 euros por MWh.
¿A qué se debe el espectacular incremento de este lunes? Pues, según las eléctricas, a varios factores: hay mucha demanda como consecuencia de las bajas temperaturas, apenas hay viento y, para colmo, en plena ola de frío (la semana pasada se batió un récord anual en el consumo de gas natural), dos grupos nucleares (además de la central de Garoña) están parados por razones técnicas, lo que ha obligado a cubrir el consumo con centrales de ciclo combinado (que queman gas natural) y carbón, con el consiguiente encarecimiento de los precios.
Así, Vandellós II lleva más de un mes en recarga, y este mismo lunes la central de Trillo (Guadalajara) comunicaba al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) “que ha realizado una disminución de potencia no programada superior al 20% tras detectar una pérdida de aceite en un cojinete de la turbina”. En cuanto a la aportación de la eólica, ha disminuido drásticamente desde este lunes (Red Eléctrica espera que hoy esta fuente aporte tres veces menos que hace una semana) y se prevé que la situación continúe así hasta el sábado. En cualquier caso, conviene recordar que la demanda ha caído en los once primeros meses del año otro 2,5%.
En una eléctrica atribuyen la subida de precios mayoristas de estos días a que “estamos en un escenario de demanda máxima anual, con una punta de demanda superior a 40 GW, que ha coincidido con un volumen de producción eólica relativamente bajo y la indisponibilidad de tres grupos nucleares, por lo que se encarece de forma notable el coste de producción”.
La previsión “es que esta situación no durará más allá del jueves, porque en un par de días se recuperarán dos grupos nucleares y se notará en la demanda la festividad del día 6”.
Más le vale al sufrido consumidor (y a las pequeñas comercializadoras, que están haciendo frente a niveles de precios inasumibles para ellas) que así sea, porque la subasta que debe fijar la tarifa doméstica (la famosa Cesur) está al caer (se celebra el próximo día 19, según publicaba el BOE de este lunes). De continuar los precios del pool en los niveles actuales, apuntan en el sector, los futuros para el primer trimestre de 2014 se van a ir al entorno de los 61 euros MWh, lo que supondría un encarecimiento de la energía en esa subasta del 28%, que implicaría una subida del recibo del 14%.
Lo trágico del asunto es que esa subida, de producirse, no contribuiría en nada a resolver el problema del déficit tarifario, porque este se produce en la parte regulada del recibo (los denominados peajes) y la actividad de generación está liberalizada. Y el ministro de Industria, ya lo ha dicho muchas veces, siempre ha fiado la evolución del recibo en lo que respecta al componente de energía a lo que dicte “el mercado”, esto es, la famosa subasta Cesur.
El boicot de Montoro a Soria, un nuevo revés a la autoridad del ministro canario, se ha plasmado en unas enmiendas coladas a última hora de la noche del viernes por el Grupo Parlamentario Popular en el Senado que, para desgracia de las eléctricas (y del consumidor, que al final siempre es el que paga), suponen que el Estado va a incumplir su compromiso de asumir la parte que le tocaba (3.600 millones de euros) en la resolución del endiablado problema del déficit de tarifa.
La previsión, tras el fiasco de una reforma eléctrica que parece condenada antes incluso de estar aprobada, es una fuerte subida del recibo de la luz el año que viene, que puede agravarse todavía más si el arreón de los precios mayoristas de este lunes se mantiene en las próximas semanas.