Con pérdidas de 39,5 millones al cierre de 2012, Renfe Operadora conoció el ejercicio pasado una mejoría de 296,3 millones de euros en su cuenta de resultados con relación a 2011, año en que perdió 335,8. Una gestión magnífica gracias a la labor de los nuevos gestores del PP, que cogieron a un mastodonte estatal con números rojos escandalosos y lo dejaron al borde del beneficio. Esa es la bella historia que cuentan en el Ministerio de Fomento, que durará lo que la realidad tarde en poner al operador y sus gestores en su sitio: los 40 millones de pérdidas anunciados son tramposos e inexistentes. Puro humo.
El déficit de Renfe en 2012 terminará disparándose. ¿Por cuánto? De momento, a este medio las cuentas que le salen superan los 200 millones, que hay que añadir a los 40 ya existentes. Y es que Renfe intenta esconder más de 200 kilos para maquillar las cuentas del curso pasado. Para empezar, hay 135 millones que adeudan los Cercanías de Cataluña (los famosos Rodalies) que, si ocurre lo mismo que en 2011, Renfe se tendrá que comer: aunque desde 2010 los Rodalies y los trenes de Media Distancia pertenecen a la Generalitat, no hay acuerdo sobre las transferencias del Estado Central al Gobierno catalán. El año pasado, la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) obligó a Renfe a asumir las pérdidas de los Cercanías, y nada hace presagiar que este año sucederá lo contrario.
Trenes que duran diez años más
Otro caso de es el de la amortización de los trenes, que de la noche a la mañana pasó de 30 a 40 años. Una jugada magistral para maquillar entre 60 y 65 millones, un desaguisado que a buen seguro Renfe acabará pagando en un futuro no tan lejano. El prolongamiento de la vida útil de los trenes también fue un arma utilizada por el PSOE para disfrazar las pérdidas del operador en los últimos años. Esta decisión la adoptó Fomento en octubre, poco después de presentarse los últimos Presupuestos Generales del Estado, y entró en vigor en enero.
Más aliño: el capítulo que afecta a sociedades participadas mayoritaria o sustancialmente por Renfe en las que el ente estatal quería desinvertir o, más todavía, liquidar, de acuerdo con los anuncios que ha ido haciendo la ministra Ana Pastor desde que accedió al cargo. Irion Renfe, Mercancías, Multi Renfe Mercancías… en ellas la IGAE ha detectado un “deterioro contable en la participación de sociedades de mercancías y logística” cuya deuda se eleva a 75-80 millones más. Casi nada.
¿Habrá cuatro resultados también este año?
El último aderezo tiene que ver con la sociedad Zaragoza Alta Velocidad, arruinada con una deuda de 400 millones, en la que el Estado (Fomento, Renfe y Adif) posee el 50%, es decir, 200 millones a deber. Para este año, la IGAE ha metido 15 millones de esa deuda en la contabilidad de Renfe.
La realidad del operador único es que solo ha ahorrado en dos puntos: en el área de Mantenimiento y Servicios, en la que ha conseguido perder 100 millones menos a base de una reducción agresiva de costes en las contratas de limpieza, seguridad y otros servicios externos, así como en publicidad; y en el departamento de Personal, gracias al recorte de la paga extra que afectó a 14.000 empleados y a la bajada (leve) de sueldos de la cúpula directiva. En Personal el ahorro fue menor, 28,7 millones.
Por adelantar lo que pueda suceder, sirva como ejemplo lo que hizo Renfe el año pasado: dar cuatro resultados, cada cual peor, en tan solo dos meses. Las pérdidas en 2011 pasaron de 100 a 335. Este año irán de 40 a… quién sabe.