El grupo BFA-Bankia ha superado sus propios objetivos al obtener un beneficio neto de 818 millones en 2013, frente a las millonarias pérdidas de un año antes, de los que 509 millones corresponden exclusivamente a Bankia, según la información remitida este lunes a la CNMV.
Después de haber perdido 21.238 millones en 2012, el grupo quería ganar 800 millones en 2013, cifra que ha batido incluso después de haber destinado 1.733 millones a provisiones, ayudado por 330 millones en plusvalías extraordinarias fruto de sus desinversiones.
El beneficio neto de 818 millones de BFA-Bankia no incluye los 1.795 millones fruto del canje de participaciones preferentes y deuda subordinada del banco, lo que en términos contables dispara el resultado del grupo hasta 2.171 millones, tras dotar 1.200 millones para afrontar reclamaciones dentro del proceso de arbitraje.
El banco nacionalizado, que recibió una ayuda de más de 22.000 millones en 2012, volvió a beneficios en el primer trimestre de 2013 y presume de que sus resultados mejoraron trimestre a trimestre. El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, destaca en un comunicado que los resultados confirman que están cumpliendo los compromisos anunciados al mercado y anticipando los objetivos de su plan estratégico hasta 2015.
Además, ha recordado que el banco ha completado el ajuste de su red de oficinas dos años antes de lo previsto y ha recuperado "el pulso comercial", al tiempo que ha mejorado su productividad.
En las cuentas de Bankia, que son las que realmente reflejan la evolución del negocio, el margen de intereses en el conjunto del año sumó 2.567 millones, lo que supone una caída del 19,7 %, descontado el coste de un préstamo de BFA ya cancelado. Los ingresos por comisiones siguieron subiendo en el último trimestre, cuando ascendieron a 249 millones, con lo que en todo el año alcanzaron los 935 millones, un 5,8 % menos que en 2012.
El margen bruto, que aglutina todos los ingresos, llegó a los 3.772 millones, un 8,4% menos, pero hay que tener presente que se logra a pesar de haber cerrado ya las 1.143 oficinas que se comprometió a clausurar antes de abril de 2014. Este hecho le ayudó a que los gastos de explotación se redujeran un 16,9% respecto a 2012, hasta 1.905 millones.
Gracias a la mejora de los ingresos y a la reducción de gastos, Bankia ganó eficiencia hasta situarla en un 52,6% y el resultado antes de provisiones ascendió a 1.867 millones, un 2,3% más, con lo que logra avanzar después de varios trimestres.
En cuanto al crédito, en el año cayó un 11,2%, hasta 119.116 millones, a pesar de que Bankia concedió nueva financiación en 2013 por importe de 14.903 millones, un 50% más de lo que pensaba; aún así la cuota de mercado de la entidad aumentó hasta el 9,56% frente al 9,22% de diciembre de 2012. Por su parte, los depósitos -incluyendo financiación con cámaras- mermaron un 2%, hasta 108.543 millones.
Bankia cerró el año con un saldo de morosos de 20.022 millones tras reclasificar 1.404 millones de créditos refinanciados, lo que unido a la reducción del balance explica que su morosidad llegara al 14,7% a finales de 2013, frente al 13% de un año antes. A pesar de las millonarias provisiones destinadas a lo largo del ejercicio, la cobertura empeoró al bajar de 61,8 hasta el 56,5%.
El banco nacionalizado incide en su capacidad para generar capital por sí mismo mediante la retención de beneficios y la reducción de activos de riesgo, lo que ha llevado a Bankia a tener una ratio de capital principal del 11,71% y a BFA, del 11,81%.
Por último, la entidad ha destacado que a pesar de sus ajustes la capacidad comercial ha mejorado y sólo en el último mes de 2013 fue capaz de vender 466.000 productos a sus clientes, un 22% más que un año antes, gracias a que cada trabajador vendió de media casi 45 productos, un 49% más.