La batalla que los taxistas mantienen desde hace años contra el aumento del número de licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC) desplegó en 2017 su mayor ofensiva, con siete protestas multitudinarias y paros en la actividad.
A pesar de este torrente de manifestaciones, de asambleas, reuniones, de calles sin taxis y de la cercanía de un nuevo real decreto sobre el transporte urbano, el gremio cierra otro ejercicio con insatisfacción y temor.
El año 2017 no ha servido para que el taxi suba la bandera blanca y aparque el miedo al futuro ante la expansión de los servicios VTC, que intermedian en algunas ciudades plataformas como Cabify o Uber.
En las grandes urbes estas plataformas crecen. Los usuarios parece que se van acostumbrando a solicitar desde sus móviles los coches que intermedian estas empresas. Incluso, ya pueden saber hasta cuánto les costará de antemano el trayecto. La fórmula ha tenido éxito en otros países y ha seguido avanzando en 2017 en España, para enfado de los taxistas.
El taxi piensa que está en desventaja ante esa oferta, el procedimiento de las plataformas y el número de vehículos que rebasa el límite legal.
El conflicto
Ante el conflicto de intereses, el Gobierno ha apostado en 2017 por elaborar una norma que actualice la anterior de 2015 y que venga a poner paz en el sector del transporte urbano. Sin embargo, la redacción inicial no ha satisfecho plenamente a los taxistas.
El Ministerio de Fomento, tras reunirse con todas las partes, está ultimando ese real decreto, cuya aprobación se espera para comienzos de 2018. Fomento ha venido recordando en el tramo final del año que esta nueva norma "recoge las principales preocupaciones" que ha transmitido el sector del taxi, ya que frena la especulación, el fraude y la competencia desleal de las VTC.
Sin embargo, el problema de fondo en este sector sigue sin resolverse: las VTC aún crecen, por encima de la proporción 1 a 30 (una VTC por cada 30 taxis) que marca la actual ley y que marcará la nueva norma.
Las VTC aún crecen, por encima de la proporción 1 a 30 (una VTC por cada 30 taxis) que marca la actual ley
Esta es la razón principal por la que los taxistas -unos 65.000 en España- ven amenazados sus puestos de trabajo y por la que se echan a la calle para defender su actividad al volante frente a plataformas como Uber o Cabify y las casi 6.000 licencias VTC ya autorizadas.
La proporción 1 a 30 está, pues, superada. Y lo peor para las reivindicaciones de los taxistas es que ese desequilibrio avanza, a pesar de que los ayuntamientos y las comunidades autónomas ya no pueden por ley conceder ni una licencia VTC más.
Sentencias
La Administración ha admitido que el 1-30 ha sido rebasado y lo justifica por el vacío legal provocado por la Ley Omnibus del Gobierno socialista entre 2009 y 2013, que liberalizó el sector y que abrió la puerta a la petición de cientos de licencias VTC.
El real decreto de 2015 derogó aquella ley y cortó el grifo. Sin embargo, van prosperando los recursos judiciales interpuestos para conseguir nuevas licencias VTC solicitadas en aquellos años de vacío legal.
De hecho, el 15 de noviembre, el Tribunal Supremo dictó sentencia a favor de conceder 80 licencias de VTC que habían sido denegadas en 2014 por la Comunidad de Madrid.
Los taxistas opinan que este tipo de sentencias pueden dar acceso a más de 10.000 nuevas licencias de VTC en los próximos meses. Las ciudades, según el sector del taxi, se inundarían de chóferes que usan Uber, Cabify y otras plataformas, con una saturación en la oferta que creen que les perjudicaría.
El Gobierno ha recordado que nada puede hacer para legislar contra sentencias judiciales. Los taxistas reclaman que el nuevo real decreto incluya un mayor control de la actividad VTC y más medidas de protección. Creen, por tanto, que la norma en ciernes es mejorable.
Unauto, la asociación mayoritaria en la actividad de VTC, ha insistido durante todo el año en que su situación es legal y opina que el objetivo de los sectores más radicales del ámbito del taxi es expulsarles del mercado y "mantener así su monopolio".
Las principales asociaciones de taxistas ya han anunciado que no descartan nuevas movilizaciones en defensa de su sector, por lo que el ruido reivindicativo del taxi continuará en 2018.