¿Qué pensaría si el querido tío Paco -ese entrañable familiar que anima como ninguno las cenas de Navidad- participara en las discusiones sobre la venta de las joyas de la abuela al mismo tiempo que trabaja en una de las empresas que quiere comprarlas? Un poco raro ¿no? En el asalto de ACS sobre Abertis ha habido una especie de tío Paco.
Francisco Javier García Sanz (Madrid, 1957), amigo de Florentino Pérez, uno de los principales ejecutivos a nivel mundial de Volkswagen, ha estado en las dos orillas del abordaje de ACS sobre Abertis: como consejero de Criteria Caixa -la entidad es el primer accionista de Abertis, con el 21,5%-, y como miembro también del consejo de administración de Hochtief, la empresa empleada por Florentino Pérez para meter baza en la venta de la multinacional española líder en gestión de autopistas.
Aunque ACS partía con aparente desventaja en la compra de Abertis frente al grupo italiano Atlantia, finalmente se ha impuesto un acuerdo salomónico por el que el holding controlado por la familia Benetton y ACS se repartirán Abertis tras un simulacro de guerra de opas. Previsiblemente ACS-Hochtief y Atlantia crearán una sociedad conjunta para controlar Abertis en la que el grupo italiano contará con una acción más que el hispano alemán.
"A García Sanz todo el mundo le llama Paco", dice un conocido del ejecutivo de Volkswagen
En sus últimas cuentas anuales, Criteria Caixa desvela que su consejero Francisco Javier García Sanz "ha declarado que, dada su condición de miembro del Consejo de Vigilancia de la sociedad Hochtief AG, y dado el interés mostrado por ésta de adquirir directa o indirectamente la sociedad Abertis Infraestructuras, (sociedad participada por Criteria), se ha ausentado en todas las sesiones del Consejo de Administración de Criteria cuando se ha deliberado, informado o decidido respecto de dicho asunto". Asimismo, explica Criteria Caixa, "el Sr. García Sanz ha declarado haberse ausentado de todas las sesiones del Consejo de Vigilancia de Hochtief AG cuando se ha deliberado, informado o decidido respecto de esta cuestión".
"En ningún momento nos hemos sentido incómodos con esta situación", aseguran fuentes cercanas a la entidad presidida por Isidro Fainé. "La rectitud de García Sanz es a prueba de bombas", dicen. En el mismo sentido se refieren otras fuentes financieras y del sector industrial con las que ha contactado este diario. "Es tremendamente íntegro, buena persona y muy efectivo", dice un conocido del ejecutivo español de Volkswagen.
García Sanz lleva ligado a la industria del automóvil desde finales de los años setenta. Completó sus estudios en Alemania y en 1979 comenzó a trabajar en Opel, en la localidad de Rüsselsheim. Hasta 1993 ocupó diversos cargos en General Motors alcanzando el puesto de director de compras internacionales de la compañía en Detroit. Ese año abandonó el gigante estadounidense junto a José Ignacio López de Arriortúa -todo un mito en la industria automovilística moderna- y se incorporó a Volkswagen, donde ha ido escalando puestos hasta llegar a lo más alto de la dirección del grupo alemán.
El ejecutivo español acumula un fondo de pensiones de 22,5 millones
"Es sin duda el español más influyente en el mundo corporativo internacional, al nivel de Daniel Maté [el ejecutivo español de Glencore, líder mundial de las materias primas]", considera un alto directivo de la industria automovilística cuando se le pregunta por Francisco Javier García Sanz. "Es un fuera de serie; buena parte del éxito de Seat o de la planta de Volkswagen en Navarra es gracias a él, siempre que puede hace lo necesario por España", añade.
Las cuentas anuales de Volkswagen parecerían estar firmadas por la selección alemana de fútbol si no fuera por la presencia de la firma de García Sanz. El español es el único no germano que forma parte del consejo de administración de la compañía, la persona que decide cada año donde y en qué invierte la automovilística decenas de miles de millones de euros, en qué país se instala o se cierra una fábrica, a qué empresa proveedora se le compran componentes...
García Sanz, presidente como Florentino Pérez de un equipo de fútbol, el Wolfsburgo, ganó en 2017 como consejero de Volkswagen 5,4 millones de euros (3,9 millones en 2016), y acumula, según el último informe financiero anual del grupo automovilístico, 22,5 millones en fondo de pensiones.
A pesar del inmenso poder que se le supone a la persona que toma las decisiones de inversión de Volkswagen, "a García Sanz, todos le llaman Paco", comenta un empresario cercano. "Es muy accesible, un tipo normal. Su padre creo que era taxista, y emigraron a Alemania", dice. "No solo se ocupa de las compras de Volkswagen, también ha sido la persona que ha dado la cara por la compañía por el tema de las emisiones, es la persona que ha estado negociando con los fiscales de Estados Unidos", subraya. "Y cuando se equivoca, lo reconoce, hace poco, en un foro económico, lo dijo, metimos la pata por lo de las emisiones, lo dijo tal cual", recuerda.