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Los últimos mohicanos de las cajas de ahorros

Manuel Menéndez (Liberbank), Braulio Medel (Unicaja) y Amado Franco (Ibercaja) han conseguido salvar casi una década de crisis sin perder el control de la caja que dirigían. Estas tres entidades se han mantenido independientes a pesar de pruebas de fuego como las que han tenido Unicaja y Liberbank este año, con la salida a bolsa y la presión de los mercados por el 'efecto Popular'.

  • De izd. a dcha., Amado Franco (Ibercaja), Manuel Menéndez (Liberbank) y Braulio Medel (Unicaja)

"En la guerra era desafiante, jactancioso, astuto, despiadado, negándose a sí mismo, pero al mismo tiempo devoto de sí mismo; en la paz, era justo, generoso, hospitalario, vengativo, supersticioso, modesto, y ordinariamente simple". Este fragmento del Último Mohicano, de James F. Cooper, podría ajustarse a tres gestores de cajas, que contra viento y marea, han conseguido mantenerse independientes en la crisis a pesar de todo tipo de presiones.

Son Manuel Menéndez (Liberbank), Braulio Medel (Unicaja) y Amado Franco (Ibercaja). Tienen perfiles de gestión muy distintos y caracteres opuestos, pero comparten tres hitos.

El primero, que partiendo de una caja relativamente pequeña y regional, la han convertido en uno de los diez-doce mayores grupos financieros de España, en plena crisis. 

El segundo, que han aguantado todo tipo de presiones -gubernamentales, de los reguladores y del propio sector- para que se fusionaran entre ellas o con un banco mayor. Y nunca se han dejado doblegar. Uno de los momentos que mejor lo ilustra es cuando, en plena crisis en 2012, el ministro de Economía, Luis de Guindos, reunió a los tres y a BMN (en la imagen de abajo) para animarles a fusionarse. Hablaron entre todos y llegaron a la misma conclusión de siempre: no a las fusiones. La situación llevó incluso a que estos gestores hayan recibido reproches públicos del Banco de España por el freno que "los personalismos" estaban suponiendo para las operaciones corporativas.

De izda. a dcha.: Carlos Egea (BMN), Braulio Medel (Fundación Unicaja), Amado Franco (Fundación Ibercaja) y Manuel Menéndez (Liberbank).

El tercer hito es que estas tres entidades han sido capaces de seguir en solitario y superar todos los retos regulatorios a la vez que devolvían las ayudas públicas recibidas (directa o indirectamente) en la crisis. La primera fue Liberbank, que salió a bolsa en 2013 para devolver 124 millones al Frob. La segunda, Ibercaja Banco, que ya ha reintegrado los 407 millones que heredó de Caja 3. Y la última Unicaja, que ha hecho lo propio con los 604 millones que recibió de España-Duero.

La última de las tres entidades en estar en la palestra ha sido Liberbank. Menéndez se ha acostumbrado durante la crisis a que la entidad protagonice permanentemente rumores de fusiones. Pero la presión desbordó los despachos del banco asturiano cuando, tras la caída de Popular, los mercados se fijaron en sus acciones y éstas cayeron a plomo. La CNMV tuvo que intervenir prohibiendo las posiciones cortas.

Caso a caso

Durante estos últimos tres meses el mercado esperaba una fusión de Liberbank con un grande (CaixaBank) u otra caja mediana (Abanca, Ibercaja o Unicaja). Pero Menéndez se ha sacado de la chistera una ampliación de capital, que todavía tiene que sacar adelante, con la que quiere ganar el respaldo del mercado para seguir en solitario. Si lo consigue, este financiero asturiano lograría una nueva victoria inesperada. Otros dos de sus grandes logros son haber descartado la fusión con CAM (Banco Base) en contra del criterio del Banco de España; y haberse impuesto a los grandes en la subasta de CCM.

El segundo caso más reciente es el de Unicaja. La entidad malagueña ha estado en el foco del sector en los últimos meses, ya que pocos banqueros confiaban en que lograra salir a bolsa, con la presión añadida de devolver las ayudas de España-Duero, bajo amenaza de que el Frob entrara en su capital. Llegó incluso a negociar una fusión con Santander a comienzos de año. Pero al igual que Liberbank, logró salir a bolsa contra todo pronóstico a una valoración mejor de lo esperado. 

Caja Murcia, Caixanova y Caja Navarra podrían estar en la lista de cajas supervivientes de no ser por fusiones mal calculadas

El ejemplo de Unicaja también se parece al del grupo asturiano por las negativas constantes a fusiones con otras cajas en mal estado, como Cajasol. Medel se convirtió durante un tiempo en una pesadilla para los banqueros de inversión. Este financiero ha dado ahora un paso a un lado y es Manuel Azuaga quien dirige Unicaja Banco. Reflejo de ello es que Medel ni siquiera pisó el parqué de la Bolsa de Madrid el pasado 31 de junio en su estreno bursátil, para sorpresa de todos los presentes. 

El caso de Ibercaja es de tozudez aragonesa. A esta entidad se le ha colocado en innumerables fusiones en los últimos años, pero la única que llevó a cabo fue la que consideró Franco, con Caja 3. El grupo aragonés debió contar con ayudas públicas para esta operación, pero un giro inesperado de última hora en la subasta de Unnim (que se quedó BBVA) le quitó esta oportunidad. A pesar de ello, Ibercaja ha ido cumpliendo todos los objetivos en los últimos años: salir al mercado con deuda subordinada, acelerar su digitalización, devolver las ayudas públicas y preparar el terreno para su salida a bolsa, que ejecutará cuando más le interese hasta 2020.

Amado Franco (en el centro) durante su discurso de despedida del banco,  junto a Víctor Iglesias (izda.) y José Luis Aguirre.

Al igual que Medel, Franco ha cedido recientemente el bastón de mando a Víctor Iglesias. En su discurso de despedida dijo que "en las entidades se habla mucho del volumen de activos, el capital, la eficiencia... pero lo más importante es la cultura de empresaGarantizar la independencia se hace paso a paso", recalcó. "Me voy con la espina clavada de que Ibercaja sea un banco, no una caja", añadió.

Al margen de estos tres supervivientes de las cajas quedan CaixaBank y Kutxabank, que han pasado la crisis sin excesivos apuros y que no han sido presionadas para fusionarse. Y BMN, que ha resistido en solitario hasta ahora -la fusión con Bankia es inminente-, y a la que lastró que entrara en su fusión Caixa Penedès. Otras que pudieron estar en este grupo son Caja Navarra (a la que arrastró la fusión con Cajasol) y Caixanova (a la que perjudicó la fusión con Caixa Galicia).

El futuro de las antiguas cajas está todavía por escribir y, a pesar de todos los esfuerzos no se descartan nuevas fusiones. Pero haber llegado hasta aquí era algo por lo que muchos no apostaban.

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