El hidrógeno renovable es la alternativa verde del gas natural. La duda es sí el sistema está preparado para esta sustitución. La respuesta la han abordado la patronal del gas, Sedigas, con la colaboración de Bip Consulting, en el estudio CavendisH2. Los primeros números son que para adaptar la infraestructura varía entre los 92 millones de euros un 5% de hidrógeno en la red y 703 millones de euros para un máximo del 20%.
La infraestructura gasista existente está preparada para operar con hasta un 20% de hidrógeno con algunas modificaciones. Esta capacidad es fruto de la alta compatibilidad de operación con hidrógeno de la red disponible gracias a su modernidad, así como de los altos estándares de calidad aplicados en su construcción, operación y mantenimiento.
“España cuenta con dos grandes bazas para incorporar el hidrógeno renovable al modelo energético de nuestro país: una elevada capacidad de producción dadas las condiciones naturales de recursos renovables y una red gasista moderna y de calidad”, explica el presidente de Sedigas, Joan Batalla. “Hablamos de una avanzada infraestructura gasista que cuenta con 7 plantas de regasificación, 6 conexiones internacionales, más de 14.000 km de red de transporte, 80.000 km de red de distribución y cerca de 8 millones de puntos de suministro, y que debería ser un elemento clave para habilitar y favorecer el despliegue de los gases renovables para acelerar la descarbonización”.
Ya en el largo plazo, y en un escenario de mayor porcentaje de ‘blending’ –proceso de mezcla de diferentes gases-, el estudio indica que sería necesario acometer mayores actuaciones para asegurar la compatibilidad total de materiales y reforzar la capacidad de ciertos elementos operativos.
“Considerando un escenario en el que se adaptaran los activos de todos los municipios gasificados en nuestro país y se vehiculara la misma demanda energética de hoy en día, la inversión requerida para adaptar la infraestructura para escenarios crecientes de uso de hidrógeno renovable, desde el 5% al 20% en volumen, alcanzaría un importe de entre 92 millones de euros y 703 millones de euros, respectivamente”, explica el estudio. “Asumiendo el mayor de ellos, este representaría un 2% de los costes regulados anuales del sistema gasista en un periodo de amortización estimado de 20 años de vida útil”, añade.
El hidrógeno necesita "un marco normativo ambicioso"
CavendisH2 también expone una serie de medidas adicionales en los ámbitos regulatorio, administrativo y de fomento de la tecnología y las infraestructuras que colocarían a España en una posición más favorable para el desarrollo de los gases renovables.
En esta línea, recomienda el desarrollo de un marco normativo ambicioso y objetivos vinculantes alineados con el potencial de producción de gases renovables en España, así como la simplificación y agilización de los procesos administrativos para la puesta en marcha de proyectos de hidrógeno, sin pasar por alto la adopción de medidas que favorezcan el desarrollo de la tecnología y faciliten la inversión en las infraestructuras necesarias.