La política fiscal que se ha seguido en esta legislatura y muy especialmente en el último año genera preocupación en el seno de Hacienda, lo que se ha convertido en "bochorno" con la "traca final" del error en el impuesto a grandes fortunas por el que se va a recaudar menos de la mitad de lo previsto, que atribuyen a la podemización del Ministerio y de sus políticas. Así lo ha podido constatar Vozpópuli de un malestar y una vergüenza que contrastan con las consignas electorales del PSOE, cuando Nadia Calviño presume de gestión económica y Pedro Sánchez de "equipazo", mientras minimizan o directamente borran la influencia de Podemos.

Pues bien este estado de ánimo que este periódico sondea en los últimos meses y que ahora mismo está especialmente bajo se ha convertido en estupor por el anuncio de Yolanda Díaz de una herencia universal por la que cada joven recibiría 20.000 euros a partir de los 23 años, que supondría un gasto extraordinario anual del entorno de los 10.000 millones de euros, y que se financiaría con un impuesto a grandes fortunas más ambicioso.

Éste ha sido el primer planteamiento, que ha dejado estupefactos a muchos en Hacienda, que se han echado a temblar. "No deja de tener guasa que formalmente prometas un impuesto en una proposición de ley conjunta con Podemos que prevé recaudar 1.500 millones y al final avise la AIReF que serán 600, que la mitad vuela por la chapuza, y que ahora prometan un nuevo impuesto más ambicioso y obtener 10.000 millones", trasladan.

Pero es que Sumar no se ha quedado ahí. Ante las críticas de cómo se financiaría, redobla la apuesta y plantea ahora una amplia cesta de impuestos compuesta por figuras que ya existen, pero que se rediseñarían, en alusión a grandes fortunas, y por nuevos gravámenes a ciertas empresas. Según ha avanzado Cinco Días, entre estos últimos se encontraría un impuesto sobre las grandes constructoras y las inmobiliarias.

Sumar se dirige, tras los impuestos a banca y energéticas, a las principales constructoras e inmobiliarias, que subraya que pagan sólo un 4% de sus beneficios, dato que obtiene de las Cuentas Anuales Consolidadas del Impuesto sobre Sociedades relativas a grupos consolidados que publica la Agencia Tributaria. Las mismas fuentes advierten de que estas empresas grandes pagan muchos impuestos fuera porque es donde tienen más actividad y aquí tributan lo que toca.

"Si quieres hacer una nueva política, la tienes que pagar y no se puede dirigir impuestos contra 35.000 personas y 8 grandes empresas, es un abuso más de esta nueva fiscalidad ad hominem, y supone decir en unas elecciones: Vótame, que tú esto no lo vas a pagar, lo va a pagar otro", avisan.

El ejemplo de lo que ha ocurrido en esta legislatura guía las reflexiones de las fuentes consultadas, que se preguntan qué sentido ha tenido toda la polvareda que se ha levantado para no realizar una reforma de Impuesto sobre el Patrimonio como planteaba el comité de expertos que asesora a Hacienda en la reforma fiscal y desincentivar el atractivo de España para inversores y patrimonios, a cambio de sólo 600 millones y con el descrédito del error cometido.

Se trata de un error técnico que beneficia a los contribuyentes de la Comunidad de Madrid y Andalucía, contra quienes precisamente se dirige el impuesto. Se dice que para determinar el límite de la cuota íntegra de Grandes Fortunas, se incluye la cuota de Patrimonio, bonificada al 100% en estas comunidades, que tributarán un 20% de lo proyectado.

Un regalo fiscal a Madrid y Andalucía que una enmienda de ERC en el Senado intentó parar, pero que no se incorporó, ante el riesgo de que la ley no estuviera aprobada en 2022 y no pudiera afectar a ese ejercicio.

En el Ministerio se vive la ley que crea los impuestos a banca, energéticas y grandes fortunas como un Sí es Sí tributario. "Es lo que ocurre cuando se acelera tanto y se pretende a toda costa que al final del año la ley afecte al ejercicio en curso", trasladan las fuentes consultadas sobre un impuesto que redactó la Subdirección General de Impuestos Patrimoniales de la Dirección General de Tributos (DGT), el brazo legislativo de Hacienda, a toda prisa en octubre, pero que pasó por toda la cadena de mando.

Vozpópuli ha podido constatar también bochorno y estupor entre el comité de expertos que ha asesorado a Hacienda para la reforma fiscal con la tramitación del impuesto a grandes fortunas.

Mientras se celebra la Campaña de este impuesto, el PP lleva en su programa eliminarlo. No es el caso de los impuestos a banca y energéticas, que los populares han dicho que no suprimirán y que están recaudando. Eso sí, con una avalancha de pleitos en los tribunales. En el caso de grandes fortunas, cinco ya del PP en el Tribunal Constitucional.

A esto se añade que se pueden rectificar las autoliquidaciones y se prevén muchas impugnaciones. No están previstas restricciones de autoliquidaciones en grandes fortunas.

Impacto reputacional e incertidumbre

Con todo, el impacto reputacional se espera en el seno del Fisco que se soslaye echando la culpa a los políticos y si hay cambio de gobierno, al equipo anterior. Hay máxima incertidumbre sobre el futuro de los altos cargos, que se encuentran esta semana en un curso sobre El futuro de la fiscalidad: reflexiones con ocasión de la Presidencia española de la Unión Europea en Santander. Incertidumbre que se suma a la que rodea a la Presidencia española de la UE que preparaba Hacienda intensamente, que ha quedado descabezada con el adelanto electoral.

Se entiende que habría sido preferible esperar, que las prisas han sido muy malas consejeras, haber aprobado el impuesto a grandes fortunas este año, y que el límite con Patrimonio quedara en el Modelo bien armado.

Sin sistema fiscal

El problema de fondo es que ya no hay un sistema fiscal como el que establece la Constitución para que los impuestos funcionen. "Tener cada vez más conjuntos deslavazados de cosas no es bueno, se echa de menos que no se haya hecho una reforma fiscal. Una reforma del sistema es una cosa y otra un conjunto deslavazado para financiar políticas dispersas", resumen las fuentes del Fisco consultadas. Es además uno de los compromisos del Plan de Recuperación, que ha quedado pendiente.

"Cuando echas la vista atrás, el error de grandes fortunas es un error de sistema, no están bien articulados unos impuestos con otros, el sistema fiscal es necesario, no tener un conjunto de cosas incoherentes, por eso la recaudación acaba en la caja común. Van creando prestaciones, fuera del sistema, y el último impuesto que se crea, temporal también, no está bien articulado con Renta y Patrimonio", señalan.

Si no se tiene un sistema bien articulado, se sufren todos los efectos negativos de que haya muchos impuestos y se obtiene mucha menos recaudación, apuntan, y recuerdan que las Tasas Google y Tobin están recaudando mucho menos de lo previsto. Qué es preferible, este "batiburrillo" o un Impuesto sobre Sociedades que grave correctamente los beneficios, se preguntan.

En el balance de la política fiscal, les parece que la palabra clave es "sistema", y construirlo y mantenerlo lleva tiempo, alertan. "Se obvian las reformas y se crean impuestos fuera del sistema, temporales, y la traca final es el error con grandes fortunas". "Se piense lo que se piense sobre el Impuesto sobre el Patrimonio, es preferible tener un Impuesto armonizado a sacar corriendo un impuesto que no está bien articulado con Patrimonio", zanjan.

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