Evergrande, el grupo chino inmobiliario -también con negocios en otros sectores como el financiero, el sanitario o el ocio- cuya crisis tiene en vilo a los mercados de todo el mundo, ha fichado para tratar de reestructurar su deuda a Houlihan Lokey, el fontanero de la crisis financiera española.
La firma estadounidense, que abrió oficina en Madrid en el año 2013, participó en la reestructuración de algunas de las mayores compañías españolas que durante la pasada crisis económica y financiera, y tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se asomaron al abismo.
La compañía china informó la pasada semana que había decidido contratar a Houlihan Lockey como asesor financiero -junto con Admiralty Harbour, especializada en reestructuraciones, con sede en Hong Kong- "para evaluar la estructura de capital y liquidez del Grupo, y explorar todas las soluciones viables para aliviar el problema de liquidez actual y alcanzar una solución óptima para todas las partes interesadas lo antes posible".
Houlihan Lokey también ha participado en las crisis de Codere, DIA o Panrico
De acuerdo a fuentes cercanas a Houlihan Lokey la gestión de la crisis de Evergrande se pilotará previsiblemente desde Estados Unidos. La sociedad estadounidense participó en España en la reestructuración de la inmobiliaria Martinsa Fadesa, la mayor quiebra empresarial ocurrida en el país, con un pasivo superior a los 7.000 millones de euros.
Houlihan Lokey también realizó la misma labor con otras grandes compañías durante la pasada crisis. Fueron clientes de la firma estadounidense la compañía de viajes Orizionia (quebrada); la compañía de piedra natural Levantina; el grupo de maquinaria GAM; la cadena de perfumerías Bodybell; la inmobiliaria Riofisa; o el grupo Panrico.
Evergrande trata de vender su sede en Hong Kong para reducir deuda
También ha participado en las reestructuraciones de Abengoa, de DIA y de Codere. Y en Pescanova, donde fue contratada tras desvelarse, en 2013, las irregularidades contables del grupo pesquero que lo llevaron al concurso de acreedores.
Evergrande reconoció en su comunicado de la pasada semana que los ingresos se han reducido en los últimos meses y que en septiembre prevé igualmente menores ventas, a pesar de que se trata del mes en el que las inmobiliarias chinas tradicionalmente logran sus mayores cifras de negocio.
La compañía está tratando de vender algunas filiales, entre ellas su negocio de automóviles eléctricos, y también el edificio que emplea como sede en Hong Kong, pero hasta ahora no ha logrado comprador. También ha anunciado su disposición a dar entrada a un nuevo socio en el capital.