Hace sólo año y poco, a principios de 2022, el panorama económico pintaba sombrío. Eran muchos los problemas derivados de la pandemia, la inflación no daba tregua y, para colmo de males, sólo unos meses antes Rusia había invadido Ucrania

Tanto en los mercados como en los gobiernos la mayoría sigue esperando que la cosa mejore, lo cual está muy bien pero su responsabilidad es estar preparados para lo peor

Reconocer que tenemos nuestra parte de culpa en toda la crisis financiera e inmobiliaria es imprescindible para que no vuelva a suceder nada parecido. Pero en vez de eso, preferimos seguir en nuestro mundo de fantasía, en el que todos somos buenas personas y los responsables son siempre los otros, en el que hay que prohibir por Ley los desahucios y garantizar una casa a todo el que la solicite, se la merezca o no.