El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla ha dictado auto de conclusión del concurso de V&L Costura Diseño y Moda, la empresa de José Víctor Rodríguez Caro y José Luis Medina del Corral (Victorio y Lucchino). La resolución incluye la declaración de extinción de la sociedad de los diseñadores españoles.
Se pone fin así a un tortuoso recorrido empresarial de Victorio y Lucchino, muy alejado del éxito que ambos han cosechado en pasarelas de medio mundo. El desarrollo del concurso de acreedores de su compañía muestra que la destreza e imaginación que han demostrado tener en el mundo de la moda, poco tiene que ver con sus aptitudes en el ámbito empresarial.
Victorio y Lucchino solicitaron concurso de acreedores para V&L Costura, Diseño y Moda en enero de 2013, unos meses después de que acreedores de la compañía instaran el concurso. En 2012 en el Registro Mercantil solo era posible acceder a las cuentas de la sociedad del año 2006.
El pasado mes de abril los diseñadores fueron inhabilitados para administrar empresas durante dos años
Ya en ese año 2006 las cuentas de la empresa de moda mostraban poca consonancia con la alegría y elegancia de los vestidos que vendía: pérdidas de 0,6 millones y un pasivo por importe cercano a los 10 millones.
En junio de 2009 se decretó un embargo preventivo a favor del Estado sobre un local de la firma en la calle Sierpes de Sevilla para responder de una deuda de 1,2 millones. En mayo de 2012 la Tesorería General de la Seguridad Social ordenó embargo de un piso en la calle Boteros de Sevilla, en reclamación de 0,8 millones de euros.
A pesar de la delicada situación de la compañía, los diseñadores no cumplieron con su obligación como empresarios de solicitar concurso de acreedores hasta el año 2013. A esas alturas no fueron capaces de acordar un convenio de pago con los principales acreedores, entre ellos BBVA, Popular y Sabadell. El juez designó como administrador concursal a Deloitte.
Victorio y Lucchino culparon a la crisis de la economía española del concurso, pero la salud de la empresa era delicada mucho antes
Victorio y Lucchino culparon a la crisis de la economía española, y del sector de la moda en particular, de la entrada en concurso. Pero las cuentas de la sociedad mostraban una salud endeble mucho antes, y falta de celo contable.
Al juez del concurso, y a la administración concursal, no le valió la idea de que a unos artistas no se les debiera exigir la misma diligencia contable que a unos empresarios, y el concurso fue declarado culpable.
La declaración de concurso culpable puede suponer el embargo de los bienes de los administradores de la sociedad concursada, y su inhabilitación para administrar empresas durante un periodo de entre dos y 15 años.
El magistrado tuvo en cuenta no obstante la situación de crisis económica coincidiendo con una política empresarial expansiva de los diseñadores para imponer, el pasado mes de abril de 2018, una pena de dos años de inhabilitación para administrar sociedades, la menor que contempla la norma.