La reforma laboral consensuada por el Gobierno y las fuerzas sociales pretendía reducir la eterna dualidad entre empleo indefinido y temporal, estableciendo el contrato fijo como ordinario y suprimiendo el abanico de modalidades de los eventuales. Pero, en sus primeros meses de aplicación se observa que ha aparecido una nueva dualidad en el mercado, ya que ha abierto una enorme brecha entre el empleo a jornada completa y el de a tiempo parcial; sobre todo por el espectacular incremento de los contratos fijos de esta última modalidad.
Es decir, se está configurando una nueva diferenciación laboral entre los contratados indefinidos para trabajar ocho horas diarias y entre quienes sólo se les firma para dos o tres horas. Es precisamente este empleo parcial el que más crece y el que sustancia la escalada de la estadística oficial.
Curiosamente, los negociadores de la reforma se olvidaron de introducir cambios que evitaran la generalización y el abuso de la contratación indefinida por horas que ya venía produciéndose. Ahora se ha producido la eclosión y esta modalidad se ha convertido en la estrella del mercado laboral inaugurando una nueva forma de empleo precario encubierto. De los casi 700.000 contratos fijos totales firmados en abril, 414.000 (el 60%) fueron parciales, frente a los 285.000 indefinidos a jornada completa. Estas contrataciones han crecido en el último casi un 300% (con un acumulado de 902.586 contratos) frente al 116% de aumento de los fijos de ocho horas (865.250 contratos).
Además, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en los tres primeros meses de aplicación de la reforma, el empleo indefinido a jornada completa perdió 171.500 efectivos (1% menos) pero el parcial fijo subió en 71.300 (2,6% más). Es decir, mientras los españoles quieren un empleo indefinido de ocho horas, lo que más se contrata es fijo también, pero sólo por unas pocas horas diarias.
De los casi 700.000 contratos fijos totales firmados en abril, unos 414.000 (el 60%) fueron parciales, frente a los 285.000 indefinidos a jornada completa
Muchos de estos contratos proceden del canje de temporales que antes figuraban a tiempo completo. Ahora aparecen como indefinidos a jornada parcial, nuevos o procedentes de la conversión. Pero, los sueldos y las cotizaciones son más bajas y los trabajadores tienen que buscar un segundo o un tercer empleo. Por tanto, la reforma ha propiciado que muchos contratos temporales a jornada completa anteriores se estén cambiando por fijos pero con una menor remuneración al contemplar sólo unas horas. No hay que olvidar que España es el país de la UE que tiene mayor número de empleo parcial indeseado.
Todo esto supone que, a pesar del aumento de empleados totales, su impacto recaudatorio consolidado será menos efectivo para las cajas de la Seguridad Social y de Hacienda, ya que las cotizaciones y los ingresos obtenidos son sensiblemente inferiores, sin apenas calidad contributiva, a los que se procederían de contrataciones a jornada completa.
Este auge significa que se está repartiendo el empleo que hay y que la economía (salvo en las Administraciones Públicas) no genera puestos nuevos suficientes para atender la demanda (el paro apenas baja cuando crece la ocupación) ya que muchos trabajos están siendo cubiertos por dos, tres o más trabajadores. De esta forma, el número de parados crece a un mayor ritmo cuando desaparece uno de estos puestos. Esta nueva variante de empleo sirve que aumentar la estadística laboral, pero no genera masa crítica laboral ni estabilidad real.
Se está configurando una nueva diferenciación laboral entre los contratados indefinidos para trabajar ocho horas diarias y entre quienes sólo se les firma para dos o tres horas
El trabajo por horas, además de ser la fórmula que más crece con la reforma, es el que también mejor sobrevive a los ajustes porque se ha convertido en la alternativa para muchas empresas a la espera de que la situación económica mejore y también para seguir reduciendo costes laborales en cualquier momento. Este empleo parcial fijo generalizado (no causalizado) cumple no sólo con las exigencias de la nueva reforma ante la limitación de temporales, sino que además se convierte en la opción más flexible y barata a la hora de un posible despido ya que los sueldos son proporcionales a las horas contratadas.
La cifra que está consiguiendo esta modalidad de empleo es cada vez más importante. De los 20 millones de afiliados medios que la Seguridad Social ha registrado en abril, más de tres millones tienen ya un trabajo parcial (fijo o temporal). Es decir, prácticamente uno de cada seis empleados sólo trabaja unas horas al día aunque su afiliación compute como un número entero.
Y de esos tres millones de trabajadores parciales fijos, más del 60% tiene ya un contrato fijo. Lo que representa casi un 8% del total de ocupados. Y su crecimiento va a seguir en los próximos meses. En abril (414.000 contratos) se registró la cifra histórica más alta de esta contratación en un mes, y también se formularon otros 248.070 temporales parciales. Por tanto, la contratación por horas (indefinida y eventual) supuso el 46% de los más de 1,4 millones de contratos totales formulados en este mes, una cifra jamás conseguida.
Las 'víctimas' de la reforma laboral
¿Qué colectivos y ocupaciones acaparan el empleo por horas? Según los datos de la EPA, el 41% de los jóvenes entre 16 y 24 años (unos 427.000) tiene un trabajo bajo esta modalidad. Llega al 18% en el grupo de edad entre 25 y 29 (más de 1,5 millones) y supera el 12% entre quienes tienen 30 y 49 años. Y se sitúa en el entorno del 11% entre los mayores de 50 años.
En términos relativos, es el colectivo de los más jóvenes dónde más creció en el primer trimestre este empleo (14,7%) seguido por el grupo de entre 45 y 49 años. Es el sector servicios el que acapara la mayor subida de este empleo en este periodo en términos absolutos (62.000) mientras que en la agricultura es dónde más crece en términos relativos (19,1%).
Por ocupación, el mayor incremento se produjo entre los trabajadores cualificados de la industria manufacturera y de la construcción (12,8% más) y también en las ocupaciones elementales (5,7% más). Y curiosamente el trabajo parcial también ha alcanzado al top de las ocupaciones, ya que creció un 11,4% en el colectivo de directores y gerentes.
En todo caso, el crecimiento del empleo a tiempo parcial en el primer trimestre es similar al que se producía en el mismo periodo de hace nueve años, en plena segunda recesión económica. Es decir, hasta ahora el trabajo por horas se activaba cuando la crisis se acentuaba al retraerse el empleo en general. Y ahora el repunte se debe más a los efectos iniciales de la reforma laboral, pero también a la desconfianza de las empresas por la situación económica.
Wesly
Los empresarios actuales no tienen el monopolio de la creación de empresas. Cualquiera puede crear empresas, cooperativas, sociedades, hacerse autónomo y contratar a muchos trabajadores, darles beneficios sociales, pagarles un buen sueldo y competir en el mercado con las empresas a las que critican. ¿Porqué, en lugar de criticar, no crean empresas?. Aunque existen ejemplos de cooperativas fracasadas, como la PSV creada por el sindicato UGT en pleno auge de la construcción, que los sindicalistas llevaron a la quiebra y los contribuyentes fuimos obligados a rescatar, tambien existen cooperativas de éxito, como la de Guisona. O como CAF, empresa que cotiza en bolsa, propiedad en un 30 % de sus empleados que son los que gestionan la empresa. ¿Porqué no crean empresas y cooperativas?. Pues porque les resulta mucho más fácil exigir que sean los demás quienes se esfuercen, se arriesguen, creen las empresas y la riqueza, y que les repartan esta riqueza porque consideran que tienen derecho a vivir a costa de los demás. Si los que tanto critican se dedicaran a crear empresas y empleo, no estaríamos en la ruina en la que estamos.
IBSBRASIL
Gran parte de los contratos a tiempo parcial (la mayoría de los no deseados) corresponden a economia sumergida, donde se paga al trabajador el resto del contrato en negro. Además de legislar para evitar este tipo de fraude, debería de incrementarse la inspección fiscal y laboral para evitar estas realidades. Tenemos un mercado laboral tercermundista, una economia sumergida tercermundista y gracias a ellos podemos tener precios de los servicios tercermundista.