Después de un año desde que se produjo la salida abrupta de Francisco García Paramés de Bestinver, dos de sus hombres fuertes en la firma han decidido volver a la primera línea del mundo de la inversión con la creación de una nueva gestora. El nombre, azValor, es un juego de palabras sobre la importancia de generar rentabilidad de principio a fin, una de las máximas que se han propuesto Fernando Bernad y Beltrán Parages en este proyecto, que viene avalado por su exitosa trayectoria en la gestora del grupo Acciona, como gestor y director comercial respectivamente.
AzValor cuenta en su equipo con seis analistas, cuatro de ellos procedentes de Bestinver, entre los que se encuentra Herman Chan, que ha trabajado desde el año 2009 en la oficina de esta gestora en Shanghai. A la nueva firma, además, se ha incorporado Sergio Fernández-Pacheco como responsable financiero y de operaciones, que hasta ahora era el responsable de Producto Global y Estrategia de BBVA AM.
En azValor no participan Álvaro Guzmán ni Francisco García Paramés, que deben respetar el período de no competencia que figura en las cláusulas de sus contratos. Al primero le queda un mes aproximadamente para que termine este paréntesis mientras que al segundo aún le aguarda un año en su retiro de Londres, donde sigue manteniendo su residencia. Fuentes del mercado aseguran que desde Bestinver están observando con lupa cualquier posible incumplimiento por parte de los afectados para tomar medidas legales si fuese necesario, aunque otras fuentes apuntan como muy probable la incorporación de Guzmán y Paramés a azValor una vez concluya su retirada involuntaria.
Cuenta en su equipo con seis analistas, cuatro de ellos procedentes de Bestinver, entre los que se encuentra Herman Chan
Y es que los tres gestores, Paramés, Guzmán y Bernad, han trabajado juntos en Bestinver durante muchos años formando el triunvirato de la gestión 'value' o de valor en España. En septiembre del año pasado se conocía de manera sorpresiva la salida de Paramés de la gestora de Acciona, después de un periplo de negociaciones con la familia Entrecanales para hacerse con el control de la firma de inversión del grupo de construcción y concesiones. Más tarde saldrían también de Bestinver Bernad y Guzmán, un movimiento esperado una vez que Beltrán de la Lastra fue nombrado director de inversiones y formó su propio equipo.
¿Es azValor una avanzadilla del proyecto final en el que después se van a integrar Álvaro Guzmán y Francisco García Paramés? Sus responsables afirman que no se deben realizar malinterpretaciones y que su proyecto se enmarca en una tendencia que está cuajando desde hace un tiempo en la industria de inversión española, con proyectos independientes que buscan una nueva relación con los clientes basada en los resultados a largo plazo y la selección de valores bajo criterios de 'value investing', es decir, aprovechar las ineficiencias del mercado para escoger a las compañías infravaloradas.
Una tendencia que, a su juicio, va a terminar cambiando la gestión de activos -al igual que otros sectores se han visto abocados a transformar su negocio, como la distribución- por el empuje de las nuevas necesidades de los inversores, con un horizonte de tipos cero y escasa rentabilidad en los activos sin riesgo y la búsqueda de un mayor rendimiento para el ahorro de la jubilación.
AzValor arranca con dos fondos de inversión, uno de renta variable ibérica y otro de renta variable internacional, en la que tendrán más peso en la cartera las compañías europeas con exposición global. Empresas con una ventaja competitiva, en las que la gestión y la propiedad estén compartidas preferiblemente, con una trayectoria de aciertos en la asignación de capital y poco endeudadas son las opciones favoritas de inversión en la nueva firma de Bernad y Parages. También contarán con un tercer fondo mixto de renta fija para los clientes más conservadores y para poder manejar cómodamente al principio la tesorería. La inversión inicial será de 40.000 euros. A sus responsables no les preocupa el volumen patrimonial que puedan captar e incluso ven una ventaja comenzar con un tamaño reducido, porque les permite fijarse en compañías pequeñas sin levantar expectación.
Reconocen que su pasado en Bestinver es un fantasma que les va a perseguir durante algún tiempo pero creen que el cliente minoritario terminará por comprender lo que ocurrió realmente, en un proceso en el que a su juicio hubo bastante desinformación, y podrá contar con una nueva firma independiente en su oferta de fondos. Respecto a los inversores institucionales, les resultará más fácil convencerles de la bondad de sus fondos por la trayectoria de rentabilidad acumulada en Bestinver. Y aquí es donde se podrá comprobar la fuerza de la marca azValor.