“La idea de volatilidad alta y retornos bajos está aquí para quedarse”. Con esta frase Gabriel Ximénez de Embún, director de inversiones y estrategia de Credit Suisse Gestión, expone uno de los principios que los inversores deben comenzar a asumir para no perderse en la tormenta perfecta que los mercados parecen descontar. En la gestora española del banco suizo descartan que la economía global se encamine hacia una recesión, pero creen necesario ser precavidos. “El riesgo es que esta situación de incertidumbre se retroalimente y tenga efectos negativos sobre la confianza y el consumo”, subraya.
Durante una presentación a medios de comunicación sobre las perspectivas de la entidad para este año, los responsables de la gestora intentaron desmontar algunas de las ideas que han creado alarma en los inversores a pesar de que finalmente no han tenido un alcance tan perverso como parecía. Por lo menos de momento. Ocurrió con las dudas sobre China en agosto del año pasado y con la caída del precio del petróleo.
Sobre el gigante asiático, todo comenzó por el temor a la ralentización de su economía pero, a juicio de Embún, las autoridades chinas todavía disponen de herramientas de política monetaria y fiscal y la posibilidad de realizar reformas estructurales como para que este aterrizaje del fuerte crecimiento experimentado durante los últimos años sea tan duro como plantearon y plantean esas dudas.
Respecto al crudo, para la gestora española del banco suizo se trata de un problema de oferta que se va a corregir más pronto que tarde. Impulsado por la irrupción de las compañías de shale oil y la vuelta a escena de actores del mercado energético como Irán, Arabia Saudí, uno de los productores más baratos y que ha estado presionando los precios del petróleo a la baja para desgastar a sus competidores, no podrá aguantar indefinidamente la presión de un barril por debajo de los cien dólares, para evitar las tensiones sociales de un estado con demasiadas cargas por subsidios sociales, según el director de estrategia de Credit Suisse Gestión.
Esta situación ya ha provocado la aparición de déficit en sus cuentas públicas y se ha planteado la posibilidad de la salida a bolsa de Saudi Aramco. Razones para pensar que finalmente “darán su brazo a torcer” en la guerra de precios, según Ximénez de Embún.
En este clima de incertidumbre se ha producido la primera subida de tipos en Estados Unidos y una ampliación de las medidas cuantitativas del Banco Central Europeo. Aunque la economía norteamericana está dando muestras de una recesión industrial, el sector servicios se muestra más fuerte y el mercado laboral ofrece síntomas de recuperación, lo que da soporte al consumo interno. El riesgo, en este caso, sería pensar que el ciclo de subidas de tipos sea más rápido de lo que descuentan los inversores, una vez que la FED rebajó sus previsiones para este año, según la firma.
En Europa, por el contrario, la inyección de liquidez del BCE sigue propiciando consecuencias positivas para la economía, sobre todo en el crecimiento del crédito, la demanda interna y el consumo, razones que llevan a la gestora española a sobreponderar la renta variable europea en sus carteras, destacando España y Alemania.
Con este panorama, desde Credit Suisse subrayan la idea de que asistimos a una corrección muy fuerte de los mercados, pero “no significa que estemos abocados a una recesión global”, asegura Ximénez de Embún.
Pero implica una “gestión muy táctica, muy activa y el uso de coberturas en las subidas del mercado”, apunta Patricia López del Río, directora de renta variable de la gestora.
¿Cuáles son los activos donde se puede encontrar valor? A la ya mencionada bolsa europea, Gregorio Oyaga, responsable de renta fija, señala la deuda híbrida corporativa, un tipo de bonos subordinados que pagan hasta cuatro veces lo que la deuda senior. Se trata de un mercado en expansión, con un volumen de 110.000 millones de euros, en los que los sectores favoritos para Credit Suisse Gestión son las utilities, las telecos, las empresas de distribución de gas y electricidad y las energéticas en general. En este tipo de deuda si no se paga el cupón no se considera un default, mientras que la empresa siga repartiendo dividendos. Pero exige una vigilancia extrema de los ratios de deuda de las compañías, las notas de las agencias de calificación crediticias y los folletos de las emisiones.
Respecto a la deuda de alta rentabilidad o high yield, Oyaga asegura que aún no es el momento de entrar. ¿Por qué? A su juicio, muchas empresas energéticas de Estados Unidos relacionadas con el shale oil se van a ver abocadas al cierre, ante la imposibilidad de seguir financiando sus proyectos en los mercados de capitales y la falta de apetito por este tipo de bonos por parte de los inversores, con el consiguiente efecto contagio que puede tener sobre otras compañías.
Las emisiones de compañías europeas en dólares son otro de los activos donde encuentran valor los responsables de Credit Suisse Gestión.