Fiel a su carácter conservador, el inversor español está comenzando a reaccionar tarde a la evolución de los mercados del año pasado y planea colocar más parte de su patrimonio en activos de renta variable en 2014. Esta podría ser una de las principales conclusiones del estudio realizado mundialmente por la gestora Legg Mason a 4.320 inversores de 20 países, de los que 200 eran de España, de entre 40 y 75 años y con activos líquidos para invertir superiores a los 200.000 dólares (145.500 euros aproximadamente).
El estudio, aunque no es representativo estadísticamente del universo de inversores con capacidad económica, sí da una pincelada de las ideas de inversión que tienen las personas con cierto patrimonio. Dejar el miedo atrás es una de las principales consecuencias que ha dejado la buena racha bursátil del año pasado. Así, mientras que en 2013 los encuestados aseguraban tener un 41% de su cartera en efectivo o invertida en activos equivalentes (como fondos monetarios, cuentas de ahorro, etc), ahora este porcentaje ha disminuido considerablemente hasta el 19%. Una diferencia que se ha traspasado a la renta fija, puesto que si el año pasado los activos de deuda representaban el 14% de la asignación media de las carteras, ahora ya supone el 23%. De hecho, en la encuesta se recoge que el 23% de los participantes en la encuesta declaran que van a reducir su volumen patrimonial en efectivo.
Además, el 43% de los inversores piensa incrementar sus activos en renta variable, frente al 29% que lo piensa hacer en renta fija, aunque el porcentaje de asignación de la cartera correspondiente a acciones es similar al año pasado (un 22% ahora, un 20% en 2013). Javier Mallo, responsable de Legg Mason para España y Portugal, considera que el inversor se encuentra todavía esperando un buen momento de entrada para aprovechar el potencial de la bolsa, pero se podría encontrar con un margen de precios muy justo, por lo que recomienda aprovechar mejor una gestión activa de selección de valores, frente al seguimiento del índice que no aporta, a su juicio, valor añadido a las carteras.
Otro dato significativo de la encuesta es que las inversiones alternativas han doblado su asignación de activos en las carteras hasta representar ahora un 8% del total, y el 27% de los inversores asegura que van a incrementar este porcentaje a lo largo de este año. Y cada vez se muestran más interesados por conocer mejor cómo funcionan este tipo de estrategias. De hecho, de todos los inversores europeos, los españoles son los que se muestran más proclives a los productos alternativos.
Este porcentaje es mayor entre los inversores que aseguran tener un asesor financiero de aquellos que dicen no tenerlo (63% frente a 26%), aunque de la encuesta se deduce todavía el desconocimiento que de las estrategias alternativas poseen los inversores, ya que, por ejemplo, el 46% de los encuestados asegura estar preocupado por la volatilidad en este tipo de inversiones, cuando un rasgo característico de ellas es precisamente el control del riesgo. Aun así, es significativo que el 48% de los participantes estime que la inversión alternativa aporta más diversificación a su cartera y que el 40% señale que le ayuda a protegerse frente a las caídas de los mercados.
Teniendo en cuenta el volumen importante de dinero para invertir del que disponen los inversores encuestados, no deja de sorprender que únicamente el 20% de los participantes españoles apunte como consejo contratar a un asesor financiero, sobre todo porque sería la tercera recomendación que darían aquellos de los encuestados que ya lo tienen, por debajo de conocer bien los productos donde se invierte y diseñar y mantener un plan financiero para el patrimonio.