Los españoles deciden dónde invertir en función de la rentabilidad que han obtenido en el pasado ciertos productos financieros, no se informan concienzudamente sobre la liquidez de dichos productos y las comisiones que conllevan, no definen adecuadamente su perfil de riesgo ni se plantean un horizonte temporal apropiado y les cuesta mantener las decisiones adoptadas en un momento determinado debido a los movimientos de los mercados. Además, no suelen contemplar la fiscalidad dentro de su estrategia de inversión ni suelen pensar en contar con un asesor financiero para planificar su patrimonio de la forma más óptima.
Estos son, a juicio de los expertos consultados, los errores más frecuentes del inversor medio español, que sigue confundiendo ciertos aspectos básicos de la gestión patrimonial, a pesar de tener más acceso a la información financiera. “Hoy en día, sin duda, hay más conocimiento, más información y está más disponible que nunca. La clave es cómo interpretarla y cómo ejecutarla a medida de las necesidades de cada inversor. En ocasiones, más información puede tener efectos negativos en su utilización”, asegura Merche Grau, directora general adjunta de Banca Privada de Banca March.
Seguir considerando la inversión como un juego en el que puedes probar a ganar y no como la vía para obtener un rendimiento a largo plazo en función de las características de cada ahorrador sigue siendo uno de los mayores equívocos, en un momento en que el análisis técnico de los mercados se ha situado en el podio de los inversores, con innumerables libros y alguna figura mediática, para intentar interpretar unos datos que parecen al alcance de cualquier neófito.
“No es ningún secreto que en España estamos a la cola en cultura financiera. Hay muchos ahorradores que prefieren comprar acciones ellos mismos, aunque no conozcan bien las compañías y sus riesgos, porque la alternativa de los fondos de inversión les parece aún más arriesgada, cuando es todo lo contrario”, opina Carlos de la Parra, analista financiero de la eafi Bull4All Advisors.
El inversor español, que sí contempla el horizonte temporal cuando abre un plan de pensiones o invierte en activos inmobiliarios, no suele definir un período de tiempo razonable en función de sus expectativas de rentabilidad y de sus necesidades financieras. “En un país en el que siempre se han remunerado bien los depósitos a un año, la gente se ha acostumbrado a mirar los doce meses como su horizonte de inversión. Es algo muy enraizado en la mente de los inversores españoles”, explica Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis.
De ahí que los movimientos de los mercados y su repercusión en las carteras de los inversores signifiquen un momento de pánico o de euforia. “Nuestro horizonte de inversión es más emocional, existe una gran asimetría entre reconocer pérdidas y ganancias: las pérdidas son más visibles y duelen más, y nos pueden llevar a tomar decisiones de inversión menos racionales. Aquí es donde entra en función la labor de un buen asesoramiento que mira por las necesidades y preocupaciones totales del cliente”, señala Merche Grau.
“Hay inversores a los que les vence la impaciencia”, apunta José María Luna, director de análisis y estrategia de inversión de Profim Asesores Patrimoniales. “Aunque se hayan marcado un objetivo claro temporal con sus inversiones y de rentabilidad/riesgo, si ven que algo da más ganancia o que no evoluciona como pensaban, pueden tomar decisiones precipitadas y deshacer parte de, o totalmente, la inversión. Es algo común que cuando los productos de más riesgo en un mercado alcista se comportan mejor que los defensivos se planteen cambiar de producto, aunque esto signifique desvirtuar su perfil inversor”.
Precisamente la definición de un perfil de riesgo parece a priori sencillo hasta que sel inversor se da de bruces con la realidad de los movimientos de los mercados y comienzan los nervios, por no haber establecido una radiografía clara de los objetivos de la inversión. “Es importante conocer y valorar los riesgos de la inversión que vamos a realizar, de manera que entre dentro de nuestro umbral de sueño. De lo contrario, la volatilidad de los mercados y su repercusión sobre la valoración de las inversiones pueden hacer que tomemos la decisión de deshacerla en el peor momento”, explica Alvargonzález, para quien es imprescindibles saber el plazo temporal del inversor para decidir qué nivel de riesgo asumir. “Cuanto menor sea el plazo con el que contemos, menor debería ser el riesgo de la inversión que queremos realizar”.
Carlos de la Parra apunta otro peso que suele arrastrar el inversor cuando ve que podría seguir ganando dinero. “Cerrar una posición en un valor o cumplir unos objetivos con beneficios no es nunca un fracaso. Siempre podría haber comprado más barato o vendido más caro, pero también podría haber sucedido al contrario”.
Pese a la rápida captación de dinero que han vuelto a experimentar los fondos de inversión desde hace más de dos años, el desconocimiento sobre qué es un fondo de inversión y cómo utilizarlo también penaliza todavía la planificación patrimonial. “Se suele asociar fondo de inversión cono renta variable, cuando la realidad es que existe una gran oferta de de diferentes tipos de activos, estrategias y estilos de gestión a los que se puede acceder vía fondo de inversión, aparte de que son los vehículos más eficientes, transparentes y seguros a través de los cuales podemos gestionar nuestro patrimonio, de una manera eficiente y ágil”, subraya la responsable de banca privada de March.
“Desgraciadamente persisten todavía varios clichés sobre los fondos de inversión que deben vencerse, como que son solo productos para personas que entiendan de mercados financieros, que son para ricos, que únicamente sirven para especular o para los intereses de los bancos... Son mitos falsos, porque una persona puede invertir en fondos con muy poco dinero y hay un mundo más allá de los productos de moda de las entidades financieras, muy bien gestionados, líquidos. La clave es estar bien asesorado y esto, objetivamente, suponer pagar a un asesor”, afirma José María Luna.
Consejos para una correcta planificación patrimonial
Analizar las necesidades de liquides a corto y a largo plazo. Tener muy claro qué parte de su patrimonio puede invertir sin perjudicar su nivel de vida.
Calcular de forma realista qué va a necesitar para vivir cuando se jubile, estudiando qué pensión va a recibir del Estado, pues la diferencia va a ser uno de los objetivos de inversión a largo plazo.
Definir perfil de riesgo e invertir en aquellos productos que comprenda absolutamente.
Tener presente la fiscalidad de los productos donde se invierte.
Ponerse en contacto con un asesor financiero especializado.
Y tener claro, como afirma Víctor Alvargonzález, que “el banco es un fabricante de productos financieros y su objetivo principal es vender, no asesorar. Puede ofrecer un buen asesoramiento siempre y cuando las necesidades del cliente no choquen con los objetivos y campañas de venta de la entidad financiera”.