La Unión Europea es un club de países en el que todavía hay clases muy bien diferenciadas. Y la evidencia esta vez ha sido indiscutible. Con Marine Le Pen a las puertas, El Elíseo se siente cercado e incapaz de tomar todas las medidas suficientes para impulsar la economía francesa. Es más, su ausencia de reformas al tiempo que la periferia hace los deberes está provocando que los demás países le sustraigan crecimiento.
Y esa misma atonía ha servido de excusa para que la Comisión Europea le conceda a los galos dos años más de plazo para rebajar el déficit del 4,3 por ciento al 3. Aunque creciendo a tasas más robustas, en el mismo periodo España ha de hacer un esfuerzo bastante mayor, desde el 5,5 por ciento al 2,8 por ciento. Es decir, mientras que en Francia recortan 1,3 puntos, en España hay que ajustar unos 2,7 puntos.
En su momento, España obtuvo varias prórrogas debido a la recesión que padecía... Sólo que ésta resultó bastante más severa que la que puedan sufrir en Francia. De modo que la doble vara de medir se antoja demasiado ostentosa. Y no digamos ya si encima lo comparamos con el caso griego.
Pero es que ahí no queda la cosa. En principio, la Comisión debería haber multado a Francia e Italia por incumplir con la normativa presupuestaria al haber confeccionado unas cuentas para 2015 bastante poco creíbles. De este modo, se abre la puerta a que los demás también pidan árnica uno tras otro. ¿O acaso no se acuerdan de lo que sucedió hace una década cuando Alemania y Francia se saltaron la disciplina presupuestaria poniendo en cuestión todo el sistema?
Si bien este permiso se hace para que Francia pueda aplicar las reformas necesarias para relanzar el crecimiento, hasta el momento la voluntad de París de aplicarlas ha sido más bien escasa. Por su parte, los italianos tienen mucho más claro que han de acometer las reformas, pero en cambio encuentran siempre numerosas barreras para poder llevarlas a buen término.
Respecto a España, no hay cambios sustanciales ahora que el foco está centrado en galos y transalpinos. El Ejecutivo comunitario alertó como siempre sobre los riesgos relacionados con la elevada deuda pública y privada, la alta deuda externa y el descomunal desempleo. El Gobierno español debe tomar "acciones decisivas" al respecto, comentó Pierre Moscovici durante la rueda de prensa.