Según la información que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado, la plantilla de los ministerios con titulación superior se reducirá un 1% en 2023 (unos 800 empleados menos hasta 96.121) respecto al año anterior. Mientras, en el otro extremo, el personal con menos formación académica o la más básica, es decir, con solo el graduado escolar, aumentará un 6,2% (unos 6.000 más hasta los 103.590). Lo que significa que de los casi 525.000 empleados públicos en la Administración General del Estado (AGE) previstos, incluidos los organismos autónomos, los licenciados solo representan el 18% del total de efectivos, mientras que los que disponen de un título de graduado escolar (personal contratado) representan el 20% de la plantilla pública.
Este último escalón es aún mayor, ya que existen otros 1.100 empleados que solo disponen de un certificado de escolaridad (curiosamente destaca su número en La Moncloa) o sin “titulación prevista en el sistema educativo”. Por tanto, hay menos trabajadores públicos con carrera universitaria que con estudios básicos. Lo que cuestiona la vieja leyenda de que la Administración dispone de los trabajadores más cualificados, los más preparados y con mejor currículum académico en un país en que precisamente abundan los títulos universitarios.
Sucede todo esto, por ejemplo, en plena polémica por el grado de cumplimiento e implantación de los fondos de la UE para salir de la crisis y cuando el nivel de exigencia profesional es aún mayor por la acentuación de la crisis. Convendría por tanto una revisión de las ofertas de empleo y de la formación de las plantillas sobre todo cuando cada vez aumentan más las subcontrataciones de las Administraciones de los servicios profesionales de estudios y trabajos técnicos de empresas privadas con el consiguiente aumento de gasto.
La mayor parte de los licenciados en la AGE son funcionarios de carrera (80%) mientras que el resto (20%) de titulados superiores es personal laboral fijo, interino y en menor medida laboral eventual y personal eventual (asesores). En todo caso, para 2023, el Gobierno ha previsto que haya 76.650 funcionarios con titulación superior frente a los 78.416 de 2022. Lo que supone un descenso del 2,3% (unos 1.800 menos), como consecuencia del elevado número de estos empleados que se van jubilando y cuyas plazas apenas se van cubriendo mientras aumentan para el resto de colectivos.
La titulación de bachiller o similar (secundaria) es la que más prolifera en el conjunto del personal de los ministerios. El 44% de la plantilla tiene este nivel académico (231.240) mientras que con el título de grado medio (algo más elevado) se encuentra el 17% de los trabajadores (90.366) y el resto se lo reparten los licenciados (ese 18%) y los graduados escolares (ese 20%). En cuanto al número de funcionarios de carrera (462.376), no todos tienen formación universitaria ya que el 46% tiene bachiller y un 17% alcanza el grado medio mientras que más del 20% dispone de un título de graduado escolar. Lo que supone que solo el 17% de los funcionarios que han entrado por oposición tiene una licenciatura.
Funcionarios con titulación por ministerios
Solo en cinco de los 22 ministerios son mayoría (por encima del 50%) los empleados con titulación superior. Se trata de Justicia (60%), Educación (58%), Ciencia e Innovación (58%), Sanidad (55%) y curiosamente Consumo (50%), un departamento con rango de dirección general. En el resto, la representación de la flor y nata académica es muy inferior. Por ejemplo, en la parte más baja de este ranking se encuentra Interior en el que solo el 5% de los empleados tienen titulación superior; en Hacienda (incluye organismos como la Agencia Tributaria), que se encarga de realizar los presupuestos y de la recaudación pública, se queda en el 13%; Trabajo, que actúa en el mercado laboral, en el 16%; Defensa, en el 19%; Política territorial, en el 21%; Transición Ecológica, en el 22; y Asuntos Económicos, que diseña la política económica del Gobierno, alcanza el 23% de licenciados en su plantilla.
Mientras, en Presidencia del Gobierno, solo el 24% de sus empleados tienen un título universitario y algo similar ocurre en Inclusión y Seguridad Social, que gestiona las pensiones, en el que solo uno de cada cuatro trabajadores dispone de una licenciatura. También llama la atención que solo el 22% de los empleados del Consejo General del Poder Judicial tengan título universitario o, por ejemplo, el 26% del Tribunal de Cuentas, fiscalizador externo de la contabilidad pública.
Los datos cuestionan la vieja leyenda de que la Administración dispone de los trabajadores más cualificados y con mejor currículum académico, en un país en que precisamente abundan los títulos universitarios
Según esta estadística, en 10 ministerios (Justicia, Educación, Ciencia, Sanidad y Consumo más Cultura, Agricultura, Exteriores, Industria e Igualdad) hay un mayor número relativo de empleados con titulaciones superiores respecto a los demás; en siete destacan los que disponen de bachiller (Universidades, Asuntos Económicos, Transición Ecológica, Interior, Hacienda y Presidencia); en dos (Derechos Sociales y Transportes, así como en el Tribunal de Cuentas y el CGPJ) abundan los títulos de grado medio; y en tres departamentos (Seguridad Social, Política Territorial y Defensa) ganan los que solo tienen el graduado escolar.
La comparación del número de licenciados respecto a los que trabajadores que disponen de otras titulaciones más básicas, como los graduados escolares, es más llamativa en los programas presupuestarios. Lo que supone una duda sobre el grado de formación y especialización de los administradores. Por ejemplo, el Programa del Presidente del Gobierno (912M) contempla una plantilla de 731 empleados públicos y de ellos solo el 38% tiene titulación superior mientras que otro 23% solo dispone del graduado escolar y un 9% figura con un mero certificado de escolaridad. En el Programa de Relaciones con las Cortes, Secretariado del Gobierno y Apoyo a la Alta Dirección (también de Presidencia) casi un 30% de los trabajadores tiene el graduado social frente al 22% de titulados superiores.
En el del Control Exterior del Sector Público (Tribunal de Cuentas) la titulación más frecuente (41%) es la de grado medio mientras que la de licenciados es del 26% y la de graduado escolar se aproxima al 10%. En el Programa 912N de Alto Asesoramiento del Estado (Consejo de Estado), los titulados superiores llegan al 32% de la plantilla pero los que tienen el graduado superan el 25%. Algo similar sucede con el Programa 921S de Asesoramiento y Defensa de los Intereses del Estado: el 48% son licenciados, pero hay un 22% de la plantilla con graduado escolar.
Solo en cinco de los 22 ministerios son mayoría (por encima del 50%) los empleados con titulación superior. Se trata de Justicia (60%), Educación (58%), Ciencia e Innovación (58%), Sanidad (55%) y Consumo (50%)
Curioso es también que para el Programa 923N de Formación del Personal de Economía y Hacienda el 54% de la plantilla tenga un título de grado medio y un 20% sumen los que disponen de bachiller o graduado escolar mientras que solo el 26% ostenta un título superior. Algo similar sucede con el Programa de Formación del Personal de la Administración Pública en el que solo 24% tienen estudios superiores mientras que el 25% dispone de graduado escolar. Por si fuera poco, solo un tercio de los empleados es licenciado en el de Gestión de la Deuda y de Tesorería del Estado. En el de Política Presupuestaria, solo el 26% tiene una titulación superior mientras que en el de Política Tributaria los titulados superiores llegan al 45% de la plantilla y el 20% tienen solo el graduado.
Sorprende también que, en el Programa de Selección y Formación de Jueces, la mitad de la plantilla tenga un grado medio y solo un 31% un título superior. En el de Formación de Personal de las Fuerzas Armadas (Defensa) abunda el grado escolar (57%) mientras que en el de Fuerzas y Seguridad del Estado es más habitual la titulación de bachiller (50%). Por si fuera poco, en el Programa 323M de Becas y Ayudas a los Estudiantes (Educación) la mayoría de la plantilla tiene el graduado escolar (35%) mientras que, por ejemplo, en el de Promoción Comercial e Internacionalización de las Empresas el título más habitual es el de grado medio (38%). Además, en el de Enseñanza Universitaria, solo el 28% de los empleados tiene título superior y el 10% dispone de graduado escolar. En el Programa del Ministerio de Trabajo de Fomento a la Inserción y Estabilidad Laboral solo el 7% tiene estudios superiores y el 26% graduado escolar. Y dónde sí tiene mayoría la representación de licenciados es en el Programa de los Derechos de los Animales: el 38% de los trabajadores tiene titulación superior.
¿En qué ministerios se encuentran los trabajadores públicos que tienen menos formación académica? Este personal suele desempeñar teóricamente trabajos de auxiliar o de apoyo y se encuentran en el nivel más bajo del desempeño laboral. En porcentaje, es en Defensa (47% de la plantilla) dónde más abunda este empleo. Le sigue Política Territorial (32%), Seguridad Social (26%), Derechos Sociales (25%) y Trabajo (22%). Interior es el ministerio con menor número de graduados escolares (3%) de sus efectivos.
Sakhalin
El articulista debería informarse mejor. Yo por ejemplo soy un funcionario del subgrupo C1, entré por oposición y solo se me exigió (y se sigue exigiendo) título de bachillerato, y ese es el título que consta en mi ministerio. Sin embargo, tengo 2 carreras, una licenciatura y una diplomática. Pero como eso no consta en el ministerio donde trabajo, solo soy un bachiller. Y casos como el mío hay a cascoporro. En mi departamento, salvo algún funcionario a punto de jubilarse, todos tienen título universitario, sobre todo licenciados en derecho. El artículo, no se si accidental o intencionadamente, da una información a todas luces falsa
Mazarino
A Paco NuÑez No Le Da VergÜenza Publicar Este ArtÍculo. Este Joven Tiene Un CarrerÓn Por Delante
Karl
"En el Estado moderno ya no existen sino dos partidos: Ciudadanos y Burocracia." ~Nicolás Gómez Dávila
Karl
"Aquellos cuya gratitud por el beneficio recibido se convierte en devoción a la persona que lo otorga, en lugar de degenerar en el odio acostumbrado que todo benefactor despierta, son aristócratas. Aun cuando caminen en harapos." ~Nicolás Gómez Dávila
camposgoticos
Eso y además el 50% de los títulos son regalalados .Repetidores disfrazados .Si la seleccion fuera de carnet político de CARA DURAS mas del 75%.
Bartleby
Me parece que ustedes confunden la titulación exigida para ingresar en un cuerpo o escala de los distintos subgrupos A1, A2 C1 y C2 y la titulación que realmente tienen los funcionarios. Por ejemplo conozco a funcionarios del subgrupo C2 con titulación superior y muchos del A2 también tienen titulación superior. También hay funcionarios que no son del A1 con más de una carrera. Para dar un dato real del nivel formativo de los funcionarios habría que ir a las titulaciones que realmente tienen aunque en muchos casos los funcionarios no se molestan en registrarlas en el RCP.
Pico pato
Los que están gobernando ahora ninguno tienen estudios si hay alguno que tenga un título es regalado por la Complutense
marqueslinchado
Charo iletrado
Jotanito
Buenos días, creo que no tiene vd. ni idea de lo que escribe, una cosa es la titulación exigible para opositar a un Cuerpo y otra la que haya adquirido la persona. Por ejemplo en mi trabajo, la ordenanza, para acceder al puesto necesita EGB, pues bien, tiene una licenciatura, un grado y un máster. En mi departamento somos 64, 53 tenemos titulación superior, pero como requisito para ocupar la plaza únicamente sería para 11. Otra cuestión es a la gente a la que los sucesivos gobiernos han hecho funcionarios por la patilla, sobre todo de grupos superiores, sólo por estar ocupando inmerecidamente el puesto y con colaboración de los sindicatos, véase todos los interinos, la famosa transitoria 4, y así verán a profesores, veterinarios médicos, subdelegados del gobierno, altos puestos en general, ocupados por personal que no tiene npi, colocados ahí como antaño, por la gracia de Dios. Pero, claro, de esto nadie habla, no vaya a ser que nos juguemos el cocido.