No deja de crecer, hasta tal punto que los SUV dominan ya de largo las matriculaciones en España, un hecho que va más allá de una moda pasajera y que parece consolidarse como la opción preferida de los españoles. No es de extrañar por ello que las marcas estén volcadas con este tipo de modelos que han desplazado a carrocerías como las berlinas compactas o los propios utilitarios, en los que el formato SUV se consolida incluso en el ámbito urbano.
Y es que el efecto SUV llega a todos los segmentos por lo que al tamaño se refiere, y estos tres nuevos modelos representan al más demandado, el de los compactos. Un Tonale que Alfa Romeo necesitaba como agua de mayo para entrar en él, un sorprendente 408 que Peugeot ha sacado de la chistera aprovechando las sinergias del Grupo Stellantis y uno de los SUV Premium más exitosos, un GLC del que Mercedes estrena la segunda generación.
Alfa Romeo Tonale 1.5 Hybrid 160
El recién llegado Tonale estrena versión con el lanzamiento de la mecánica 1.5 Hybrid 160, un modelo con tecnología micro híbrida que busca combinar las sensaciones deportivas que caracterizan a la marca desde sus inicios con la obligada eficiencia de estos nuevos tiempos para el automóvil.
La tecnología Mild Hybrid (MHEV) llega a su máxima expresión en este modelo con su versión de 160 CV, con tracción delantera y transmisión de doble embrague de 7 velocidades. Puede pasar a modo 100% eléctrico en maniobras o situaciones de tráfico lento, gracias a su sistema eléctrico de 48 voltios, capaz de mover el automóvil cuando el motor térmico está apagado.
Una versión Mild Hybrid que ofrece buen nivel de prestaciones gracias a la geometría variable de su turbocompresor, que permite optimizar la potencia en el empuje tanto a altas como a bajas revoluciones. Ofrece su par máximo de 240 Nm desde las 1.500 hasta las 3000 rpm, unas cifras que se complementan con el motor eléctrico de 48 V con 15 kW de potencia y un par de 135 Nm alimentado por una batería de iones de litio de segunda generación que genera 0,8 kWh.
Un SUV muy dinámico aunque en la práctica no da la sensación de empuje que se espera de 160 CV, en parte por una respuesta muy progresiva que te lleva a moverte a altos ritmos con cierta facilidad, pero sin la contundencia que cabía esperar a priori. Si en carretera ofrece consumos moderados para sus prestaciones, aunque da la sensación cuando aprovechas todo el potencial de ser algo elevados, en ciudad a baja velocidad sí transmite la sensación de un gasto de combustible ajustado.
Se mueve entre el tráfico con suavidad y con la viveza de una dirección precisa y con un radio de giro muy destacable, lo que facilita mucho las maniobras en calles y aparcamientos, aunque es fuera de la urbe donde, como buen Alfa Romeo, más a gusto se siente.
Y es que la estabilidad y la capacidad de respuesta han sido los aspectos más cuidados en la puesta a punto del bastidor, que quiere ser referente del segmento en materia de eficacia y sensaciones al volante. Una dirección sin embargo menos “Alfa Romeo” que su hermano mayor el Stelvio, más ligera y no tan precisa en su tacto. Y es que este Tonale ya hereda mucho de las sinergias del grupo, y aunque se ha buscado un tacto más deportivo no llega al de otros modelos de la marca.
Mercedes GLC
La segunda generación del GLC mantiene un diseño no muy alejado del anterior, crece seis centímetros de largo hasta los 4,72 metros de longitud, estrena un interior mucho más sofisticado con las nuevas pantallas que recorren todo el salpicadero y monta los nuevos motores híbridos enchufables que destacan por una autonomía en modo eléctrico que ya anuncian más de 100 kilómetros gracias a las nuevas baterías de mayor capacidad.
Tras una primera toma de contacto, la sensación que nos transmite es la de un GLC más dinámico y confortable que destaca además por un mejor tacto al volante cuando nos movemos a buen ritmo sobre carreteras viradas. También deslumbra en cierta medida por un interior mucho más vanguardista, con una calidad muy elevada y un diseño marcado por las nuevas pantallas de grandes dimensiones, sobre todo la de la consola central dispuesta en posición vertical. La de la instrumentación es de 12,3 pulgadas y tiene tres configuraciones diferentes para mostrar los datos: Clásico, Deportivo y Discreto
Todos los motores son de cuatro cilindros, tienen dos litros de cilindrada y van asociados a un cambio automático 9G-TRONIC de convertidor de par y nueve relaciones con un sistema de tracción total 4MATIC en toda la gama.
El sistema eléctrico de los híbridos ligeros funciona a 48 voltios y cuentan con un motor eléctrico de 23 CV y 200 Nm que puede apoyar al motor de combustión en momentos puntuales. No mueve al GLC por sí mismo, pero sí permite que en determinados momentos en los que no se pisa el acelerador el vehículo se desplace con el motor de combustión apagado.
En las nuevas versiones híbridas enchufables hay un motor eléctrico de 136 CV y 440 Nm de par que permite moverse hasta 140 km/h y, sobre todo y gracias a la nueva batería de 31,2 kWh, permite a las tres versiones superar los 100 kilómetros de autonomía en modo eléctrico. Una batería que se puede cargar con corriente alterna a un máximo de 11 kW y, en opción, con corriente continua a un máximo de 60 kW que permite una carga completa en apenas media hora.
Por dentro, el habitáculo de este nuevo GLC da la sensación de ser más amplio que el del modelo al que reemplaza, sobre todo en las plazas traseras, con un maletero que crece de tamaño de forma notable, pues llega a los 600 litros de capacidad, 50 más que antes, mientras que el de los híbridos enchufables tienen 470 litros, 55 más que antes.
La toma de contacto sobre la versión GLC 220d de 197 CV da la sensación de ser una de las opciones más equilibradas, por precio, rendimiento y agrado. Tiene empuje desde bajo régimen, funciona con suavidad y da una capacidad de aceleración suficiente para todo tipo de conducción, incluso muy dinámica. En los casi 200 kilómetros realizados a buen ritmo, el consumo marcado de 7,1 l/100 km da la sensación de ser un valor muy representativo de lo que puede ofrecer.
Peugeot 408
Toda una sorpresa la de este novedoso Peugeot, un poco esperado 408 de silueta afilada que puede ser considerado como una alternativa a modelos como el exitoso Cupra Formentor por lo que a la cierta deportividad que exhibe, aunque también del Citroën C5X, modelo del cual deriva este 408 con el que comparte estructura y motores. Mide 4,69 metros de longitud, 1,85 de anchura y 1,48 de altura, a medio camino entre SUV y berlina, aunque más cerca de los primeros.
Cuenta con más distancia entre ejes que la del 308 y 308 SW con los que comparte también plataforma, aportando en el interior un mayor espacio para las piernas en las plazas posteriores, aunque por el diseño caído de la zaga el acceso es un poco más incómodo. El maletero tiene un volumen de 471 litros en las versiones híbridas enchufables y de 536 litros en la de gasolina.
Delante, el diseño y la configuración del salpicadero son similares a los de la gama 308, con una muy buena sensación de calidad y un diseño basado en el i-Cockpit, con el volante achatado situado por debajo del cuadro de instrumentación. Una postura de conducción que resulta por ello muy distinta a la del C5X.
La versión más asequible tiene un motor de gasolina de 130 CV y una caja de cambios automática, mientras que como tope de gama se sitúa el híbrido enchufable de 225 CV. Este cuenta con un motor eléctrico de 110 CV y una batería de 12,4 kWh de capacidad que lleva la autonomía eléctrica hasta los 63 kilómetros. De serie lleva un cargador de 3,7 kW que permite cargar en cuatro horas y, en opción, uno de 7,4 kW que lo hace en apenas dos horas. También hay otra versión híbrida enchufable de 180 CV, todas tracción delantera y cambio automático de ocho velocidades. Lo que no hay son versiones diésel.