Ignacio Sánchez Galán se siente más cómodo en Estados Unidos, Brasil, México, Reino Unido, Alemania, Francia, Portugal o Alemania que en España. Un hecho que ha dejado bien claro el presidente de Iberdrola en la presentación de los resultados del primer trimestre de 2022 del gigante eléctrico con sede en Bilbao. 

Galán considera que el mercado con más riesgos regulatorios para Iberdrola es España. Y los últimos movimientos van en esa línea. El ejecutivo está en contra de la etiqueta de ‘isla energética’ para la Península ibérica y ve un escenario de gran incertidumbre para su negocio el precio límite para la producción eléctrica proveniente del gas que se pretende poner en marcha.

"No conocemos los detalles y estamos a la espera de que se concrete la letra pequeña de la medida, pero hay un enfoque incorrecto porque el problema sigue siendo mantener la tarifa regulada indexada al mercado mayorista“, defiende Sánchez Galán. Aunque también ha querido diferenciar ambos mercados. “Portugal tiene mayor estabilidad en su mercado eléctrico porque no tiene una tarifa regulada vinculada a la volatilidad del mercado, cosa que no sucede en España”, explica el ejecutivo en la presentación.  

Para el presidente de Iberdrola los grandes beneficiados de esta situación de altos precios son "las gasistas y petroleras, no las eléctricas como queda reflejado en los resultados”. “Existe una situación similar en España y el resto de Europa en términos de precios y uso de interconexiones. ¿Qué es único en España? Una tarifa regulada (menos del 10% del total de la demanda) indexada a precios del mercado spot”, destaca su presentación. Iberdrola destaca tanto a analistas como a inversores que “la gran mayoría de países” donde está presente tienen medidas que “incentivan la inversión”.

Según su presentación, España es la única excepción en el negocio de Iberdrola. El gigante eléctrico que controla uno de cada cuatro contratos de luz de los consumidores españoles considera que castiga a su negocio la extensión hasta junio 2022 de la detracción del gas, la expansión del bono social (financiado bajo un nuevo Sistema extendido a todos los agentes energéticos), el ajustes al régimen especial regulado aplicable a ciertos activos renovables, la propuesta de “excepción ibérica” y la nueva tasa a la producción hidroeléctrica. 

Mientras que en el resto de sus mercados todo son ‘autopistas’ para su negocio con algún ‘pequeño’ inconveniente la Revisión de la Ley de la Industria Eléctrica por la Corte Suprema Federal de México o el límite de precios en Reino Unido. La empresa de Ignacio Sánchez Galán sigue generando el 32% de su resultado bruto de explotación (Ebitda) en España, cerca de 944 millones. Su mercado líder en este apartado, seguido de lejos por Reino Unido con el 20% y EEUU con el 19%. 

Galán pide "facilidades regulatorias"

Los analistas querían entrar en detalle de estas “quejas” del presidente de Iberdrola sobre las medidas que está implementando España. Uno de estos frentes es la apuesta, o mejor dicho, la no apuesta por la energía nuclear para el futuro. “La transición energética española apuesta por un despliegue renovable sin nucleares y hay un plan de cierre para las plantas. Nuestras centrales nucleares podrían operar el tiempo que sea necesario pero se requiere más inversiones y costes. Pero, salvo que cambie la política, estos costes no se podrán recuperar”, comenta Galán. 

El desarraigo de Galán hacia España se manifiesta en las inversiones. De los 800 millones que ha gastado Iberdrola en ampliar su negocio, Estados Unidos y Brasil se han repartido un 32% respectivamente. Reino Unido ha captado un 18% de las inversiones de la eléctrica y el mercado local otro 18%. “Los gobiernos deben crear facilidades regulatorias ante las necesidades de inversión privada que necesita la transición energética”, manifiesta Galán. Un mensaje que, tal y como plantea su presentación, para que tiene un claro destinatario.

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