El sector de la automoción europeo, y español, gira desde hace tiempo alrededor del coche eléctrico, impulsado por medidas cada vez más restrictivas en cuanto a emisiones que ha llevado, más bien obligado, a las marcas a destinar buena parte de sus presupuestos de investigación y desarrollo hacia esta tecnología, dejando aparentemente de lado el desarrollo del coche autónomo que hace dos o tres años recibió un impulso que parecía que en pocos años íbamos a estar ya sentados a bordo de turismos capaces de desplazarse por sí mismos por cualquier lugar.
Ahora, cuanto todos los esfuerzos están encaminados a impulsar el coche eléctrico, el Gobierno catalán va a destinar 15,3 millones de euros para el desarrollo del coche autónomo, y lo hará a través de la Idiada, una empresa de ingeniería 80% de capital privado y 20% propiedad de la propia Generalidad de Cataluña, para la construcción de pistas de pruebas e instalaciones para vehículos conectados y autónomos.
Según la Generalidad, esta subvención directa es una "inversión estratégica" del departamento de Empresa que tiene como objetivo que la empresa mantenga su competitividad en el desarrollo de sistemas avanzados hacia la conducción autónoma y que estima que una vez en funcionamiento, en 2024, generarán un impacto económico de entre 2,5 y cuatro millones anuales en el PIB y crearán hasta 80 empleos.
La construcción y puesta en marcha de la nueva pista de pruebas para vehículos conectados y autónomos se cree estratégica para el futuro del sector de la automoción y se espera que tenga un importante impacto en la economía de Cataluña y en el Bajo Penedès, una comarca que sufrió de manera importante los impactos de la crisis financiera de 2008.
Más de dos millones al PIB
Los datos que contempla el Gobierno catalán con la construcción del circuito es que generará hasta 243 puestos de trabajo anuales entre directos, indirectos e inducidos y generará un PIB adicional de 12,3 millones de euros. Se calcula que la mitad del impacto económico y de la creación de puestos de trabajo recaerá en la comarca del Bajo Penedès y que, una vez en funcionamiento, la nueva pista aportará al PIB entre 2,5 y cuatro millones de euros anuales, además de la creación de entre 50 y 80 empleos.
El complejo Idiada, inaugurado en 1994, es un campo de pruebas independiente, abierto a diferentes fabricantes de vehículos, componentes y tecnologías, que tiene una superficie de 370 hectáreas y dispone de 12 circuitos que permiten simular el comportamiento de los vehículos en diferentes condiciones. El diseño de las nuevas pistas se integra dentro de las ya existentes, complementando y mejorando la oferta actual y posibilitando la utilización de manera independiente del resto.
Las nuevas pistas contarán con zona de ensayos en autopista y zona interurbana, entorno urbano, pista de simulación de obstáculos y elementos especiales, zona de túnel y talleres de preparación de vehículos, y se construirán por fases entre el último trimestre de este año y mediados de 2024.
En los últimos años, Idiada ha trabajado en el ámbito del vehículo eléctrico y en equipos de ensayo para sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), que es solo el primer paso hacia la conducción autónoma. Se calcula que en el año 2025 ya se podrán encontrar en circulación algunos vehículos con un grado de automatización bastante grande, en los que no habrá la necesidad de un conductor en muchos momento y que, en 2030, la automatización será total para una buena parte de los vehículos nuevos.