El camino para aprobar los objetivos de estabilidad y el techo de gasto que sirve de base para elaborar los Presupuestos de 2019, se va despejando. La reunión que mantuvo el miércoles la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con Podemos ha servido para sentar las bases de posibles acuerdos que podrían incluso asegurar el apoyo de la formación morada a las cuentas de 2019.
El más importante es la modificación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que permite al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, vetar los objetivos de estabilidad. Pero hay otros compromisos importantes, como el hecho de asegurar que las pensiones subirán al menos en 2018 y 2019 lo mismo que el IPC. Eso significa que el Gobierno se ha comprometido con Podemos a compensar a los pensionistas en enero si la inflación acaba el año por encima del 1,6%, que es lo que subieron las prestaciones.
De ser así, como apuntan casi todas las previsiones, el Gobierno tendría que hacer un nuevo desembolso en enero para compensar a los pensionistas, tras el que hizo en julio para incorporar la subida del 1,6% que iba incluida en las cuentas de 2018. El abono supuso un aumento medio de las pensiones de algo más de 100 euros de forma general de y 117 euros en el caso de las prestaciones de jubilación, lo que ha hecho que la pensión media del sistema supere los 1.100 euros por primera vez en la historia.
La reforma para más adelante
Lo que aún no está claro es si el Gobierno instalará de nuevo este sistema tras la condena a muerte de la reforma de 2013 que hizo el PP, que incluía un nuevo índice de revalorización con un máximo y un mínimo para revalorizar las pensiones. O si asegurará solo las pensiones lo que dure la legislatura y dejará la gran reforma en manos del próximo Ejecutivo.
De momento, el Gobierno socialista dice que hay que dejar trabajar al Pacto de Toledo, que tendrá que retomar las negociaciones a la vuelta del periodo estival. Las paró en junio por el cambio de liderazgo en el Partido Popular y durante el verano solo ha seguido con las comparecencias, pero ha parado las negociaciones de más calado, como la de la revalorización.