El Gobierno ha decidido suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia, creado desde 2011 y dotado con 30.000 euros, en lo que parece una decisión personal y política del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, miembro de Sumar. No se trata de un ajuste presupuestario, ni de una revisión o actualización del centenar de premios en efectivo de todo tipo y por doquier que el Ejecutivo concede cada año y que cuestan seis millones de euros.
La cifra se ha incrementado en los últimos ejercicios desde que Sumar (antes Podemos), socio del PSOE en el Gobierno, tiene responsabilidades ministeriales. En todo caso, es evidente que procede una amplia reforma porque, aunque muchos de los premios son necesarios para reconocer la creación, la dedicación o la innovación; otros, sin embargo, no tienen otro recorrido más allá que el ideológico en busca de réditos políticos.
Gran parte de estos premios, sorprendentes en muchos casos, vienen arrastrándose a lo largo de los años. Se desconoce cuál es el sentido de la existencia de gran parte de ellos y, por supuesto, no hay atisbo alguno del grado de eficiencia de este gasto. Hay certámenes que proceden de la historia pretérita, como el de Arquitectura, que acumula más de 80 años de vida; y otros que suman más de cuarenta años, como el de las Artes Plásticas. Pero también hay otros novedosos y curiosos que han diseñado los ministerios de los socios en el Gobierno de Pedro Sánchez y que poco tienen que ver con la realidad, y con la pretensión de utilizar los Presupuestos Generales del Estado y las subvenciones para modernizar el país y la economía.
La política en materia de premios necesita una renovación y posiblemente un ajuste para dedicar estos recursos, que en muchas situaciones se han convertido en un reclamo gráfico, publicitario y hasta electoral para los otorgantes, a otras partidas de atención más urgente. Además, la mayor parte de ellos se encuentran replicados de una u otra forma por los gobiernos autonómicos o locales. Según los datos de Hacienda, el ministerio que más se gasta en premios es Educación (dispone de 1,8 millones). Le sigue el de Ciencia e Innovación, con 1,7 millones; Cultura, con casi un millón; y Transportes, con más de 400.000 euros.
Llamativo es, por ejemplo, que el ministerio de Urtasun mantenga los Premios Nacionales de Creatividad en el Juguete, de Diseño de Moda o incluso el de Televisión (30.000 euros cada uno). O que el de Derechos Sociales, a través de la dirección general de Derechos de la Infancia y de la Adolescencia, tenga habilitados 7.500 euros para los Premios Artísticos de los Amigos de los Animales (de fotografía) “sobre la convivencia y las relaciones con los animales”. Las bases aclaran también que no pueden presentarse “obras que incluyan elementos sexistas, pornográficos, racistas o que resalten la intolerancia en la convivencia o la violencia”.
Este ministerio cuenta además con otros 100.000 euros más para el Premio de Proyectos Innovadores a la Experimentación Alternativa en los programas de los derechos de los animales. Su finalidad es el fomento de proyectos de investigación “que utilicen procedimientos científicos, métodos o estrategias de ensayo que no conlleven la utilización de animales vivos o que reduzcan al máximo el número de animales requeridos para obtener resultados fiables”.
Por su parte, el ministerio de Igualdad ha creado un Premio de 8.000 euros a las Tesis Doctorales “inéditas” sobre Violencia Contra la Mujer. Se exige lo máximo ya que las tesis deberán haber obtenido la calificación de sobresaliente cum laude o equivalente. Existe también un Premio de Aulas por la Igualdad del ministerio de Educación dotado con 20.000 euros mientras que Agricultura suma varios Premios de Excelencia para Mujeres del Medio Rural con una habilitación de 150.000 euros.
Curioso es que Transportes (y Vivienda) disponga de un Premio exclusivo por Jubilación al Personal del Departamento, que se instauró en 1991 cuando se denominaba ministerio de Fomento. Está dotado en 2024 con una subvención total de 324.260 euros. Pueden solicitarlo los funcionarios, camineros y personal laboral que en el año anterior se hayan jubilado por edad o que hayan anticipado la jubilación.
Se trata de una concesión directa, de la que no disponen el resto de empleados públicos (ni privados), que el Gobierno habilita cada año en los Presupuestos “en reconocimiento de los servicios prestados”, según señalan las normas que lo regulan. Su finalidad, se dice, “trasciende a la mera gratificación al destinatario”. También perciben este premio los empleados de los organismos dependientes del ministerio. Por ejemplo, los del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) pueden acceder a una adjudicación individual en 2024 de casi 2.000 euros.
Partidas presupuestarias para premios
El catálogo es extenso y cuenta con una denominación peculiar. Hay más de 50 partidas en los Presupuestos que recogen la diversidad de ese centenar de premios. Interior dispone de un certamen, dotado con 5.000 euros, para la Investigación en Materia Penitenciaria. Vivienda dispone de 60.000 euros para el Premio de Agenda Urbana. El ministerio de Economía y Comercio cuenta con Premios al Pequeño Comerciante para el Desarrollo Comercial y la Modernización Empresarial, así como otros 25.000 euros para las Asociaciones de Comerciantes en la Creación de Desarrollo de Centros Comerciales Abiertos y otros 34.000 euros para el Premio al Concurso de Ideas Tecnológicas para el Comercio Minorista.
Ciencia dispone de 600.000 euros para el Premio Nacional de Investigación para Jóvenes, así como de 150.000 para el de Innovación y Diseño “como elemento indispensable en el desarrollo de la estrategia profesional y el crecimiento empresarial” y casi un millón de euros más para “premios de carácter excepcional”, sin que se conozca el detalle de esta situación especial. También, con carácter excepcional, Educación tiene varios premios, con una dotación de 356.650 euros, así como otros para los Campus Estivales de Profundización (con 90.000 euros).
Dotaciones en plena crisis inflacionista
Además, en plena crisis inflacionista, el Gobierno mantiene el Premio Alimentos de España, dotado con 100.000 euros y con 37 años de antigüedad que, entre otras finalidades, pretende reconocer “el esfuerzo comercializador, innovador, de desarrollo rural y cuidado del medio ambiente y de internacionalización”.
Por su parte, el Premio Nacional de Arquitectura del ministerio de Vivienda, el más veterano (se creó en 1936, se suspendió durante la guerra civil y se reanudó en 1944), está dotado con 60.000 euros para quienes contribuyan “al enriquecimiento de los aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles del urbanismo español”.
También existe también otro de la Casa de la Arquitectura con 90.000 euros. Transportes cuenta con un Premio para la Ingeniería Civil (de 31.470 euros) y otro más con el nombre de Matilde Ucelay (primera mujer arquitecta) con 45.000 euros. Mientras, entre otros, el ministerio de Defensa acumula 137.000 euros en Premios del Ejército, Armada y Aire; el Tribunal Constitucional dispone del Premio Tomas y Valiente (6.000 euros); el ministerio de la Presidencia dota con 2.600 euros el de Mujer y Parlamento “Clara Campoamor”; y Educación suma además diversos Premios a la Formación Profesional (160.000 euros), a Actividades de Educación Especial (692.000 euros) o a la Enseñanza No Universitaria (438.000 euros).
A esta lista hay que añadir los del ministerio de Transición Ecológica con un acumulado de 66.00 euros. Entre ellos, figuran los Premios Artísticos de Cerámica, Pintura y Fotografía y el Nacional de Medio Ambiente y Energía. Industria tiene asignados 13.380 euros para Premios a la Innovación. Y Cultura dispone de un amplio catálogo ya que también dispone de 652.000 euros para varios premios literarios (algunos son relevantes).
Cuenta además con 30.000 euros para el Nacional de Artes Plásticas (creado hace 44 años); con 100.000 euros para el de Velázquez de Artes Plásticas; con 30.000 euros para el de Fotografía, creado hace 30 años; con otros 30.000 euros para el de Conservación y Restauración de Bienes Culturales; y tiene habilitados otros 37.500 euros más para el Premio Luso Español de Arte y Cultura “para incrementar la comunicación artística y el intercambio de experiencias”.
marqueslinchado
Fascismo y comunismo son excrecencias criminales del socialismo decimonónico, aunque a veces se producen síntesis delirantes como la socialización fascista de Bombacci o el nacional-sinsindicalismo castizo. Las excrecencias de Podemos han logrado una síntesis igualmente criminal, pero ñoña, como su jefa y adláteres.
xaxonem
Venga, va, consoladores para todos ellos. Hasta que se pare el tictac tictac.
venacapaca
Hay mucha gente que todavía se cree que los servicios públicos son gratuitos, y que los da el estado por afabilidad y cortesía, y sigue ignorando lo que verdaderamente paga, y se cree lo que los populistas van gritando por todos los sitios, sin darse cuenta, qué si no fuera por ellos, esa gentuza no estaría donde ellos mismos los colocan, si existen servicios públicos, es porque antes los han pagado, solo tienen que estudiar un poco su nómina, y verán lo que verdaderamente les retienen, no se trata de cobrar 1.050 euros, es lo que les han retenido antes de llegar a esa cifra, por esa ignorancia es, por lo que las empresas deberían de pagar todo el dinero a sus trabajadores, y que ellos pagarán, lo que los políticos con sus leyes les quitan, para mantenerse y vivir como reyes, mientras los trabajadores nos deslomamos, y nos dejamos engañar por ese ejército de parásitos.