El Gobierno ha decidido recientemente el cambio de presidencia en la pública Mercasa. De acuerdo a dos fuentes cercanas a la compañía controlada por la Sepi y el Ministerio de Agricultura, José Ramón Sempere, hasta ahora director general adjunto de Mercamadrid, ha sido nombrado presidente del grupo responsable de los mercados de abastos en España, en sustitución de David Martínez Fontano.
José Ramón Sempere fue concejal del PSOE en Alicante durante un año, a finales de la década de los noventa. El nuevo presidente de Mercasa, afiliado al partido socialista desde el año 1991, según publicó hace una década el diario Información, es diplomado en administración y finanzas por Icade. Entre los años 2002 y 2008 fue delegado del periódico La Verdad. Tras su paso por el diario del grupo Vocento fue nombrado director general de Mercalicante, cargo que ocupó hasta el año 2015, cuando fue designado director general adjunto de Mercamadrid.
"Conoce la casa perfectamente", comentan las fuentes consultadas. "Tiene fama de haber salvado prácticamente de la quiebra a Mercalicante", señalan. "Está limpio", dicen en referencia al presunto caso de corrupción por el que está siendo investigada Mercasa.
Mercasa está siendo investigada en la Audiencia Nacional por un supuesto caso de corrupción
Sempere sustituye en el puesto a Martínez Fontano, quien ha estado poco más de un año en la presidencia de Mercasa, procedente del grupo privado Logista. Martínez Fontano se hizo cargo de la presidencia de la compañía pública después de que salieran a la luz negocios de una sociedad participada en Angola, y de que la sede de la compañía fuera registrada por agentes de la Guardia Civil en el curso de la investigación por la Operación Lezo.
El nuevo presidente de Mercasa asume el puesto en un momento crítico para el grupo que administra, junto a los ayuntamientos, los Mercamadrid, Mercabarna, Mercavalencia... La compañía está siendo investigada en la Audiencia Nacional por el presunto caso de corrupción relacionada con su actividad internacional, principalmente en Angola, y el pasado año registró pérdidas -de 7 millones de euros según sus cuentas individuales-, algo prácticamente inédito en sus más de 50 años de vida.
