El sector aéreo, uno de los más afectados por los cierres de fronteras y otras restricciones que el coronavirus ha acarreado, todavía está lejos de los niveles alcanzados antes de la pandemia. Sin embargo, las estimaciones de recuperación del Gobierno contrastan con las de las empresas, que se muestran más optimistas sobre la evolución del tráfico en España.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC), dependiente de la Secretaría de Transportes, alarga hasta finales de 2025 el retorno a los niveles de pasajeros alcanzados antes de la crisis sanitaria. Así lo refleja en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA II), el marco regulatorio que ha aprobado el Consejo de Ministros esta semana para toda la red de Aena.
Durante la presentación del documento el pasado miércoles, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, avanzó que "se prevé que la recuperación de los niveles de tráfico anteriores a la pandemia se alcancen a finales de 2025, superando los 282 millones de pasajeros en 2026".
Estas estimaciones coinciden con las del gestor aeroportuario, que hace días calculaba las pérdidas que le generará la obligación de adaptar los alquileres de los comercios a los pasajeros registrados en cada aeródromo y aseguraba que no recuperaría el 100% de las rentas hasta 2026, "año en el que se prevé alcanzar de nuevo el tráfico de 2019".
Las aerolíneas destacan que el tráfico que predomina en España es precisamente el que se está recuperando más rápido
Sin embargo, las aerolíneas se muestran más optimistas y creen que el tráfico de pasajeros se podría recuperar por completo dos años antes, en 2023. "No tenemos la bola de cristal, pero yo creo que hay bastantes elementos que indican que en España es probable que recuperemos los tráficos de pasajeros de 2019 en 2023 o 2024", señala Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
En este sentido, Gándara considera "conservadoras" las estimaciones de Aena y CGAC y explica que el gestor aeroportuario utiliza los datos de Eurocontrol, que cuenta con distintos escenarios y tiene en cuenta el tráfico en toda Europa. Sin embargo, el experto comenta que "el tráfico que predomina en España es precisamente el que se está recuperando más rápido".
Por distancia, durante los últimos meses ha destacado el tráfico doméstico e intraeuropeo (que antes de la pandemia representaba el 90% del total de la red de Aena); y por segmentos, predomina el vacacional y de visitas a familiares (que también suponían el 80% del tráfico en 2019). Por contra, destaca la ausencia de viajeros de largo radio y de negocios, pero éstos sólo representaban el 10% y el 20%, respectivamente, del negocio de Aena antes de la crisis.
Con todo, las aerolíneas esperan recuperar la normalidad en 2023 o, a más tardar, en 2024; aunque aclaran que todo depende de cómo evolucione la pandemia en los próximos meses, así como las restricciones de algunos mercados clave como Reino Unido o Estados Unidos, que ahora empiezan a reabrirse a España.
Todavía faltan el 60% de los viajeros
Aún queda camino por recorrer. El presidente de ALA advierte que si bien los datos de operaciones realizadas en el mes de agosto fueron alentadoras (con un 77% de los vuelos de 2019), "los aviones no van tan llenos como antes" y el número de pasajeros estuvo todavía un 40% por debajo de los niveles precovid.
Además, si se tiene en cuenta el acumulado del año, entre enero y agosto (el último mes del que se disponen datos), apenas han volado un 32% de los pasajeros que lo hicieron en el mismo periodo de 2019. Es decir, sólo se ha recuperado a uno de cada tres. Teniendo en cuenta que los mejores meses ya han pasado (julio y agosto), Gándara cree que, a lo sumo, se llegará al 40% a cierre de año. "Todavía queda mucho", concluye.
Así las cosas, gran parte de las compañías aéreas continuarán acogidas a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor que el Gobierno ha prorrogado hasta el 28 de febrero. La patronal considera "fundamental" este mecanismo para que cada empresa, en función de su modelo de negocio, se adapte a la demanda, que es "más incierta y volátil que nunca".