Tal y como se esperaba, el Eurogrupo celebrado en Bruselas no deparó un acuerdo sobre Grecia. Pero la cosa pinta algo peor de lo que se preveía: ni una declaración conjunta sobre el asunto. Ni pasos que tomar en los próximos días. Ni negociaciones sobre el contenido de una posible extensión de la ayuda a Grecia. Absolutamente todo queda en el aire a tan sólo unos días de que el 28 de febrero expire el rescate de la Troika y Grecia se quede al borde del impago.
Los ministros de Finanzas de la zona euro no consiguieron alcanzar ninguna conclusión en su encuentro con el ministro heleno de Finanzas, Yanis Varoufakis. “Hemos cubierto bastantes materias, hemos sostenido unas discusiones intensas y constructivas. Hemos avanzado algo pero no lo suficiente. Quería acordar unos pasos sobre los que poder trabajar en los próximos días. Pero desafortunadamente no hemos sido capaces. Continuaremos el lunes”, sentenció el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Es decir, primer intento fallido. A las 17:30 horas comenzaba la reunión. Y el final estaba previsto para las 20 horas. Sin embargo, las conversaciones se alargaron hasta pasada la medianoche. Seis horas en las que los titulares de Finanzas europeos insistieron en que la arquitectura europea ya ha sido construida y que, por lo tanto, hay que cumplir con las reglas. Las partes no pudieron encontrar un terreno común sobre el que poder negociar. Y sin una hoja de ruta para los próximos días, habrá que esperar al lunes 16 para reanudar las conversaciones.
Las discusiones se cerraron sin un comunicado de los miembros, algo bastante inusual en la UE y señal de las enormes discrepancias
Tras mucho tira y afloja, Varoufakis incluso accedió a suscribir una declaración conjunta que abría la puerta a una extensión del rescate. Sin embargo, después de hablar por teléfono con un Tsipras que siempre se ha negado a prolongar el rescate, el ministro de Finanzas griego volvió a la reunión, puso numerosas objeciones a sus colegas y rechazó la prórroga, lo que desató las recriminaciones. Por esa razón, las discusiones se cerraron sin un comunicado de los miembros, algo bastante inusual en la UE y señal de las enormes discrepancias. Y ello a pesar de que según algunas fuentes hubo preparadas hasta tres versiones de un borrador.
Eso sí, varios países dejaron muy claro que la extensión del rescate es su opción preferida, destacó Dijsselbloem. Ante la decepción, el holandés pidió paciencia y se consoló con que al menos todos los países entendían mejor dónde estaban. “Posiblemente lo consigamos, pero hace falta más trabajo”, concluyó.
Al salir del Eurogrupo, el ministro Luis de Guindos explicó que todo seguía igual que antes. Y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, comentó que todas las opciones están abiertas, incluida la salida de Grecia.
Las posiciones se han mostrado muy enquistadas, en parte alimentadas por un Varoufakis que está llevando la teoría de juegos hasta el extremo, máxime cuando en Atenas ya circula el rumor de que Syriza está dispuesta a someter cualquier acuerdo a referéndum.
Por el momento, la quita nominal se ha descartado. Se pueden reducir algo los intereses y rebajar un poco las exigencias de consolidación fiscal. Incluso se puede buscar algún tipo de eufemismo para evitar el concepto de la Troika. Todo eso se da por descontado. Pero no mucho más. Aún así, Grecia insiste en que no acepta un 30 por ciento de las medidas exigidas y que las sustituirá por un paquete de reformas acordado con la OCDE.