Cuando a Carola le hablaron en octubre de 2007 de contratar una hipoteca multidivisa ella asegura que “aún se fiaba de los bancos” aunque lo que le hacían firmar le sonaba “a chino”. Con la promesa de tener a su disposición un asesor que le resolviera las dudas que le surgieran firmó un préstamo hipotecario con Bankinter por valor de 168.000 euros. Solo que en lugar de en la moneda común de Europa, su hipoteca estaba en yenes y su tipo de interés no era el Euribor, muy alto por aquella época, sino el Líbor, que no llegaba al 1%. Ahora, con la devaluación del euro frente a otras monedas como la japonesa, ese préstamo ha pasado a ser de 210.000.
Carola, que ha presentado una demanda contra Bankinter, asegura que preguntó varias veces por qué a ella se le ofrecía ese producto y que la respuesta que obtuvo fue que era una candidata idónea porque ya tenía una propiedad que podía servir de aval. Así que siguiendo el consejo del asesor financiero de la inmobiliaria que le llevó a la sucursal bancaria y que, según ella, se embolsó una comisión de 4.000 euros, aceptó. Reconoce que le avisaron de posibles fluctuaciones en la cantidad que tenía que pagar, pero asegura que le dijeron que la diferencia no sería más de 100 euros al mes. Sin embargo los 650 euros que pagó el primer mes se han elevado hasta los 1.200 en algunas mensualidades. La imposibilidad de hacer frente a los pagos la han llevado a demandar a la entidad. "También lo hago por dignidad", añade.
Tres de los asociaciados a Asuapedefin han presentado demandas contra Bankinter, Barclays y Banco Popular
Carola es una de las tres personas de la asociación Asuapedefin que se han denunciado a las entidades financieras con las que firmaron estas hipotecas. Patricia Suárez, presidenta de la asociación, aclara que los otros dos bancos a los que se ha llevado ante la ley son Barclays y Banco Popular y añade que ya se están preparando otras 30 demandas para presentarlas en los próximos meses. Suarez reconoce que aunque hoy en día los bancos no tienen precisamente la simpatía de los ciudadanos, los propietarios de hipotecas multidivisas tienen que “luchar” contra la creencia de que son personas de alto nivel adquisitivo y que sabían lo que contrataban, generalización que ella niega. Suarez además se muestra “sorprendida por la implicación política en las preferentes” y recuerda una reunión con Mariano Rajoy, cuando aún estaba en la oposición, en la que le expusieron sus casos. La presidenta de Asuapedefin se muestra pesimista y no cree que en el caso de las multidivisas se lleguen a acuerdos con los bancos como con las preferentes.
La misma opinión la sostiene la asociación Asociación de Usuarios de Bancos Cajas y Seguros (Adicae), que cifra en unos 30.000 las personas que firmaron este tipo de hipotecas en moneda extranjera. Adica sostiene que si bien este producto financiero al principio era minoritario, su comercialización se comenzó a expander en pleno boom inmobiliario en el que había una feroz competencia entre los bancos por ofrecer hipotecas más baratas. El presidente de Adicae, Manuel Pardos, considera que, a diferencia de las preferentes, en este caso puede resultar más díficil probar el supuesto engaño porque las hipotecas se firman ante notario.
Fuentes del sector bancario defiende que muchos de las personas que ahora tienen hipotecas multidivisas fueron los que pidieron a sus bancos contratar ese tipo de producto para el que en general se requiere un cierto perfil financiero alto. Aunque también admiten que no se puede descartar que se comercializaran a clientes que no posesían dichos conocimientos. No obstante, señalan que al ser un producto que fluctua según el valor de las monedas puede que a largo plazo los hipotecados vuelvan a pagar menos.