Vuelven a sonar los tambores de una operación corporativa de Iberdrola en EEUU. Según el diario Financial Times, Avangrid, filial norteamericana de la compañía española, y la eléctrica PPL mantienen conversaciones para estudiar una posible fusión que, de concretarse, daría lugar a una de las mayores corporaciones del sector en el país, con una suma de activos valorados en más de 60.000 millones de euros.
Las compañías estarían valorando diversas posibilidades, entre las que se incluyen la fusión global o también de una parte de su negocio. En el caso de PPL, uno de sus activos más destacados es el de las redes, con más de 80.000 kilómetros solo en el estado de Pennsylvania, donde se sitúa su sede. La mayor parte del negocio de Avangrid, participada al 81% por Iberdrola, también está en el negocio regulado, aunque también destaca su presencia en el sector de renovables, con instalaciones de generación en más de una veintena de estados en el país.
PPL registró un 2018 resultados en el entorno de los 1.600 millones de euros (algo más de la mitad que el conjunto de Iberdrola) y su capitalización bursátil supera los 20.000 millones de euros. Su estructura accionarial está compuesta de forma mayoritaria por accionistas institucionales, especialmente fondos de inversión.
PPL, que también apuesta con fuerza por las energías renovables, centra su negocio en EEUU en cuatro estados, aunque está presente en 29 países, entre los que destaca Reino Unido, uno de los cinco mercados estratégicos de Iberdrola (aunque no a través de Avangrid).
Crecer en EEUU y Brasil
En los últimos años han sido varios los rumores que han situado a la compañía que preside Ignacio Galán en el marco de conversaciones para realizar algún tipo de operación corporativa en EEUU, con el foco puesto en el negocio regulado. Sin embargo, ninguno de los intentos ha llegado a cristalizar.
La estrategia ha sido similar en Brasil, otro de los mercados internacionales de referencia de la compañía, aunque en este caso sí logró crear un gigante energético en el país con la fusión de sus filiales Elektro y Neoenergia, que incluso intentó hacer más grande con el intento de adquisición de Eletropaulo, aunque finalmente tuvo que ceder ante una desorbitada oferta de la italiana Enel.