El consenso sobre la necesidad de hacer nuevas reformas sobre el sistema de pensiones no para de crecer. Y las propuestas para llevar a cabo esta reforma tampoco. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) también ha presentado la suya, que persigue un triple objetivo: aumentar la proporcionalidad del sistema, elevar la edad de jubilación e incentivar la compatibilidad entre el cobro de la pensión y el alargamiento de la vida laboral.
Pero si nos vamos a las cosas más concretas de la propuesta del IEE, vemos que apuestan por alargar la jubilación a los 70 años e incentivar los sistemas de pensiones promovidos por las empresas y orientados a generar un ahorro privado para la jubilación de sus empleados y los productos que contratan algunos individuos con su entidad financiera o compañía de seguros por iniciativa propia.
Cree que hay que bajar la fiscalidad del ahorro y la inversión
Para favorecer la contratación de este tipo de planes entre los ciudadanos, el organismo presidido por José Luis Feito considera totalmente necesario reducir la tributación de los distintos productos de ahorro e inversión, buscando la neutralidad del sistema tributario. Las propuestas del IEE se acercan más a las del Partido Popular que a las del resto de partidos.
Y todo esto lo quiere hacer bajando las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social. El propio Feito cree que se puede tomar una medida de este tipo a pesar del problema de ingresos del sistema, que acabó 2015 con un déficit del 1,26% del PIB. A su parecer, la bajada de cotizaciones dinamizaría aún más el empleo y acabaría favoreciendo los ingresos del sistema, siempre que se hagan el resto de reformas y se siga flexibilizando el mercado laboral.
Según el IEE, las cotizaciones son un impuesto al trabajo e incrementan los costes no salariales de las empresas, por lo que dificultan el empleo. Además, esta bajada de cotizaciones (históricamente el Instituto ha pedido una bajada de dos puntos) se podría compensar con una subida de impuestos indirectos (IVA y especiales) que no afecte a los bienes y servicios sobre los que España tiene una clara ventaja comparativa con relación a sus socios comerciales.
Las reformas del PP y PSOE están bien, pero no son suficientes
Según el IEE, las reformas del sistema de pensiones hechas por el Partido Socialista y el Partido Popular en los últimos años han ido en “la buena dirección”, puesto que han permitido acercar la realidad demográfica al sistema público de reparto tratando de garantizar su sostenibilidad financiera. Pero, aunque las dos han limitado las tensiones sobre las cuentas de la Seguridad Social, no las han eliminado completamente.
Recordemos que la reforma de 2011, la que planteó José Luis Rodríguez Zapatero, amplió la edad de jubilación a los 67 años de forma progresiva (no se llegará ahí hasta el año 2022), penalizó las prejubilaciones y amplió también gradualmente el número de años que hay que cotizar para acceder al 100% de la pensión. La reforma de 2013, impulsada por Mariano Rajoy, definió el factor de sostenibilidad que liga la pensión a la evolución demográfica de la población, desligó las pensiones del IPC y desarrolló un índice de revalorización ligado a los ingresos y gastos del sistema.
Según el IEE, las dos reformas han reducido en cierta medida el problema de sostenibilidad del sistema, pero no lo han solucionado. Además, afectan directamente a la tasa de sustitución de las pensiones –el porcentaje de la pensión respecto al importe del último salario--, que se irá reduciendo seguramente a lo largo del tiempo. Es decir, que las dos reformas harán que las pensiones caigan con el paso del tiempo.
El problema de la base máxima de cotización
Esto afecta a la suficiencia del sistema a medio plazo y a su redistribución entre generaciones, puesto que hace que los pensionistas que han desarrollado mejores carreras profesionales financien a los que han cotizado menos a lo largo de su vida. ¿Por qué? Porque hay una base de cotización máxima que impide a cualquier ciudadano cotizar más si tiene un buen sueldo para tener una pensión más alta en el futuro.
Por eso, el IEE pilota su reforma sobre las tres ideas que hemos mencionado al principio: el aumento de la proporcionalidad del sistema entre las contribuciones hechas durante la vida laboral y las prestaciones percibidas en la jubilación, el aumento de la edad de jubilación y un nuevo impulso a la compatibilidad entre el cobro de la pensión y el alargamiento de la vida laboral.