Economía

Pánico a un impuestazo para ricos: unas 80 sicav han sido liquidadas este año

Cada vez son más las sicavs que están desapareciendo, entre otras cosas porque son señaladas continuamente por los partidos políticos. La crisis y el escándalo de las preferentes causa que sean productos que generen muchas cautelas a sus clientes y promotores. En lo que va de año unas 80 han sido liquidadas, ante el temor de que se endurezca su fiscalidad. Es una tendencia que perdurará a medio plazo, sin duda. 

Más de 75 sicavs han sido liquidadas durante 2012, incluyendo un pequeño grupo que se ha transformado en sociedades anónimas, por lo que renuncian a su condición de instrumento de inversión colectiva, beneficiándose del régimen fiscal de incremento de patrimonio. Muchos son los motivos para la pérdida de protagonismo de estos vehículos de inversión, entre ellos, el temor a que se les endurezca la fiscalidad. La crisis señala a los ricos continuamente y las sicav son un reclamo que roza lo obvio para ejemplarizar. 

De esta manera, por primera vez en mucho tiempo el número total de estas sociedades ha bajado de las 3.000, cuando hace algo más de dos años superaba ampliamente las 3.200. Han desaparecido casi 80 (cifra que podría alcanzarse antes de que acabe el ejercicio), aunque se han dado de alta 27 en el año.

Los motivos para estas desapariciones son variados. En primer lugar, existe un gran temor entre las bancas privadas y sus clientes de que se endurezca la fiscalidad a estos instrumentos, que en la actualidad tributan exactamente igual que un fondo de inversión común: un 1% en concepto de impuesto de sociedades y la retención sobre plusvalías que marca la ley, sólo a partir del momento del rembolso.

En principio, no se tocarían

A pesar de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, nunca ha sido partidario de presionar a las sicav, entre otras cosas porque se trata de dinero registrado en España con una transparencia absoluta (la sicav es el instrumento financiero más transparente de mundo), lo cierto es que el Gobierno ha adoptado medidas que iban totalmente en contra de su programa, como la subida de las retenciones al ahorro.

Asimismo, aprobó una amnistía fiscal que generó amplia controversia. Por si faltara poco, numerosos partidos políticos de izquierda señalan a las sicav como instrumentos a los que se les debe endurecer la fiscalidad, bajo la falsa premisa de que sus inversores sólo tributan el 1% de sociedades.

El Ejecutivo, necesitado de ejemplarizar, tiene en las sicav una manera fácil de discriminar la fiscalidad ‘para ricos’, a pesar de que cualquier ahorrador puede comprar participaciones de estos vehículos financieros en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

Pero en un entorno de grave crisis, con escándalos como el de las preferentes hace que estos productos de inversión constituyan un objetivo claro. Castigarles no iba a aportar muchos ingresos al estado, pero tal vez produjera fuertes rendimientos políticos. 

La crisis también les toca

Otro motivo claro de la desaparición de las sicav es la crisis, indudablemente. Si son casi 80 las sociedades que han desparecido, esa cifra se multiplica por más de dos a la hora de hablar de aquellas que han sufrido fuertes rembolsos.

Los altos patrimonios han tenido que tirar de reservas para hacer frente a sus gastos… o a sus ejecuciones, ya que no es descabellado decir que al menos un tercio de las sociedades existentes han sido dotadas mediante crédito. Es decir, una parte del capital lo aportaba el cliente y el resto se completaba con un préstamo cuya garantía era, precisamente, ese ahorro inicial del inversor.

Con la caída de cotizaciones, muchos millonarios se han visto sorprendidos al ver cómo, además de sufrir minusvalías en cartera la gestora le exigía que hiciera frente a las garantías del préstamo.

El mal de muchos nunca es consuelo de tontos, pero de la misma manera que ha habido ahorradores con fuertes daños con las preferentes, ha ocurrido algo bastante parecido con muchas sicav.

De todas formas, todavía continúa habiendo un elevado número de sociedades, unas 1.000 más que fondos de inversión.

En este sentido, los fondos han caído en número también por el proceso de concentración de entidades financieras. Pero no deja de ser sintomático que en los últimos años siempre ha habido más sicavs que fondos corrientes. 

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