La decisión del magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón de imputar al jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, en el denominado 'caso Villarejo' añade presión a la compañía en las negociaciones que mantiene con su todavía empleado para pactar su salida. El escenario para la empresa y su presidente, Ignacio Galán, del que Asenjo era persona de absoluta confianza, variará en buena medida en función de si en el momento en que el ahora imputado acuda a declarar ante el juez haya acordado ya su finiquito o no. Por ahora, motivos de salud le impiden desfilar ante García Castellón. Pero en un tiempo aproximado de tres semanas sí se podrá producir la declaración. Es el tiempo del que dispone Iberdrola para evitar posibles males mayores.
El responsable de seguridad de Iberdrola deberá comparecer en calidad de imputado por ser quien de forma supuesta mantenía los contactos con el ex comisario de policía José Manuel Villarejo con el objeto de, presuntamente, encargarle labores de espionaje para la eléctrica. Una serie de grabaciones publicadas por los medios digitales El Confidencial y Moncloa.com probarían tanto la relación entre ambos como el tipo de labores realizadas por Cenyt, la sociedad de Villarejo.
Tras salir a la luz las noticias Asenjo fue apartado de su cargo y, desde entonces, negocia con Iberdrola para formalizar su marcha. Un proceso que aún no ha finalizado.
Precisamente el excomisario, actualmente en prisión en el marco de la 'operación Tándem' relacionada con escuchas ilegales, también ha sido llamado a declarar como imputado la próxima semana por esta pieza separada del caso. Con anterioridad y a través de su defensa legal que, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes jurídicas, está al margen de Iberdrola, Asenjo solicitó al juez comparecer para esclarecer los hechos de los que se le acusa en las mencionadas informaciones.
Pese a que García Castellón quería que Asenjo también declarara la próxima semana, la cita tendrá que esperar por prescripción facultativa. De acuerdo con fuentes conocedoras de la situación, Asenjo hubo de someterse a una delicada intervención a mediados de noviembre, tras la que los médicos le recomendaron reposo y evitar situaciones de estrés durante al menos un mes. Circunstancias que hacen totalmente desaconsejable algo como declarar en un juzgado.
Acusaciones veladas
Antes de su imputación, la intención de Asenjo era tratar de esclarecer los hechos y manifestar al juez que las acusaciones que se vertían contra él en las informaciones eran calumniosas. Sin embargo, este diario ha podido saber que, en el escrito en el que el jefe de seguridad de Iberdrola solicita formalmente su personación en la pieza separada, manifiesta desconocer el motivo por el que la compañía no ha procedido a desmentir las informaciones que hablaban de que había sido despedido de forma fulminante cuando, en realidad, continúa teniendo un contrato que le liga a la empresa (una circunstancia que, además, demuestra con documentos).
La defensa legal de Asenjo va más allá en el escrito al dejar la puerta abierta a que haya sido incluso la propia Iberdrola la que haya alentado estas informaciones. Fuentes próximas a la eléctrica aclaran que Asenjo sigue siendo empleado de Iberdrola aunque cesado en sus funciones por pérdida de confianza.
No parece que, bajo las actuales circunstancias, la relación de Asenjo con el grupo energético sea precisamente buena tras la decisión de apartarle de sus responsabilidades y no reaccionar ante determinadas informaciones. Desde entonces, ambas partes han tratado de pactar el cierre de la relación laboral sin haberlo logrado. De proseguir esta situación cuando Asenjo ya esté en condiciones de declarar, Iberdrola corre el riesgo de no salir bien parada de la comparecencia de su responsable de seguridad.
Florentino Pérez en escena
Para colmo, el caso se ha enmarañado aún más después de que el presidente de ACS, Florentino Pérez, haya decidido personarse en la pieza como acusación particular, toda vez que algunas de las grabaciones publicadas demostrarían que uno de los encargos de Iberdrola a Villarejo consistió en el espionaje al ejecutivo a finales de la pasada década, cuando el grupo de construcción y servicios pretendía hacerse con el control de la eléctrica y relevar a Galán como presidente.
Los últimos acontecimientos en torno al 'caso Villarejo' están complicando la situación de Iberdrola. Desde este miércoles, la declaración de Asenjo ante el juez es un hecho. Solo queda determinar la fecha, que no será antes de mediados de diciembre. Y saber si, por entonces, Antonio Asenjo aún tiene motivos para estar molesto con la compañía.