El Gobierno español sigue con atención la crisis del grupo británico Greensill y el posible impacto que pudiera tener la suspensión de pagos de la empresa en el proceso de venta de la fábrica de Alcoa en San Cibrao (Lugo), la única que produce aluminio primario en España.
Ante las noticias publicadas esta semana sobre los planes de Greensill para solicitar el equivalente en España al concurso de acreedores, representantes del Ministerio de Industria se han puesto en contacto con las empresas implicadas para conocer de primera mano lo que está ocurriendo.
El Ministerio de Industria ha diseñado una hoja de ruta en la que se contempla que la Sepi se haga cargo de la fábrica de Alcoa para después traspasarla a GFG Alliance, del empresario anglo indio Sanjeev Gupta. Pero la crisis de Greensill puede afectar a la operación planteada.
El Ministerio ha pedido información a la empresa para que aclare las informaciones de estos últimos días
Greensill, especializada en la financiación a empresas de pagos adelantados a proveedores, es uno de los principales financiadores del holding de Gupta, quien en los últimos años ha adquirido varias plantas de acero en Europa que se encontraban en situación crítica.
A mediados del pasado año Gupta, a través de GFG Alliance, negoció la compra de la fábrica de Alcoa, en unas conversaciones facilitadas por la Administración española con la multinacional estadounidense.
Las negociaciones que mantuvieron el pasado mes de agosto Alcoa y GFG Alliance acabaron sin acuerdo de venta. Sanjeev Gupta plantea una 'producción verde de aluminio' y aprovechar los fondos europeos y la apuesta del Gobierno español por la descontaminación energética para requerir subvenciones millonarias y hacerse entonces con la planta de San Cibrao.
Hasta ahora solo el grupo de Gupta se ha mostrado dispuesto a negociar la compra de la planta de Alcoa
La multinacional estadounidense sostiene por su parte que, con los precios actuales de electricidad que se cobran en España a las empresas, es imposible rentabilizar la producción de la planta de aluminio gallega, y plantea el cierre si no hay una opción de venta. Hasta el momento, solo el grupo de Gupta se han mostrado dispuesto a adquirirla.
El estallido social que ha supuesto el intento de cierre de la fábrica por parte de Alcoa, así como el rechazo judicial al ERE planteado por el gigante estadounidense (más de 500 empleos), ha llevado al Gobierno español a plantear otra alternativa de venta, tras el fracaso de las negociaciones de agosto entre Alcoa y Gupta: la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) adquiriría la planta, y después la vendería a GFG Alliance.
Esa nueva vía se comenzó a negociar a mediados del pasado mes de enero, como ha publicado este diario, y las partes se han dado hasta finales de abril para alcanzar un acuerdo.
El grupo de Gupta aseguró el sábado a este diario que sigue operando con normalidad y que negocia con financieras
A raíz de las noticias publicadas sobre la suspensión de pagos de Greensill, representantes del Ministerio de Industria se han puesto en contacto esta semana con el grupo de Gupta para analizar los acontecimientos.
"El Ministerio ha pedido información a la empresa para que aclare las informaciones de estos últimos días", indican fuentes consultadas conocedoras de las conversaciones.
GFG Alliance, a través de un portavoz, aseguró ayer sábado a este diario que la compañía opera con normalidad. "Nuestras operaciones se desarrollan con normalidad y nuestros principales negocios siguen beneficiándose de las buenas condiciones del mercado, generando sólidas ventas y flujos de caja".
La compañía añade que negocia con instituciones financieras "para diversificar nuestras fuentes de financiación".