Para sorpresa de todos, la inflación ha superado la barrera del doble dígito. Ni el Gobierno, ni los servicios de estudios, ni los organismos económicos esperaban que la subida del Índice de Precios de Consumo (IPC) llegara tan lejos, confiando en que el gran 'pico' quedó atrás, en el 9,8% de marzo, y en estos meses se iniciara la tendencia a la baja. Sin embargo, tras repuntar un 10,2% en junio, según el avance del INE, los expertos vuelven a revisar sus proyecciones y contemplan una tasa media en 2022 más próxima al 9% que al 7% previsto hasta ahora.
Enrique Feás, investigador principal del Real Instituto Elcano, califica los datos adelantados de inflación como "muy malos" y reconoce que son "superiores a lo previsto". "Hay que esperar aún a conocer el detalle de los componentes, pero parece que energía y combustibles han crecido más de lo esperado. A eso se une una subida de los precios vinculados al turismo, por la fuerte recuperación respecto al año pasado", comenta.
En cualquier caso, para Feás, igual que para Gonzalo de Cadenas-Santiago, director ejecutivo de Mapfre Economics, lo peor es la escalada de la inflación subyacente, que refleja el traslado de los costes energéticos y materias primas a muchas ramas de la economía (empezando por los alimentos elaborados, pero también productos industriales y algunos servicios). "Esto supone una fuerte minoración de la renta y el consumo", destaca De Cadenas-Santiago. Además, "lo malo es que en este contexto es difícil evitar una consolidación de las expectativas y presiones crecientes sobre márgenes y salarios, y eso es muy peligroso", advierte Feás.
Una inflación media del 9%
Mª Jesús Fernández, economista senior de Funcas, también destaca que "la inflación ha superado todas las expectativas", teniendo en cuenta que "el tope del gas a la generación eléctrica sí hace que el precio de la electricidad sea algo inferior de lo que sería de otro modo, pero no impide que siga subiendo". Además, destaca el encarecimiento de los carburantes por el precio del gas, materia prima que se utiliza en el proceso de refino y que se disparó tras la interrupción del suministro por parte de Rusia. Así, tras el dato de junio, "muy probablemente la tasa media anual de inflación estará cerca del 9%", avanza.
Esta tasa, que hace apenas dos meses el Gobierno situaba en el 6% para este año y los economistas ya habían elevado al 7% u 8%, es relevante no sólo al reflejar la pérdida de poder adquisitivo de los hogares a lo largo del año, sino también al tomarse como base, por ejemplo, en el pacto de rentas y en la revalorización de las pensiones. El Gobierno pretende subirlas en 2023 conforme al IPC medio del periodo comprendido entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022, lo que elevará el gasto público en al menos 16.000 millones, según los cálculos del Banco de España (BdE).
Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE), también destaca que "el tope al gas se ha mostrado ineficaz, igual que la subvención de 20 céntimos al combustible que ya ha absorbido la inflación, y la rebaja adicional del IVA en la electricidad llega tarde". De esta forma, en su opinión, el Plan de choque del Gobierno "no logrará contener el IPC". Es más, advierte de que la subida de los costes industriales en más del 40% aún tiene que seguir trasladándose a los precios, con una inflación media este año que va a superar el 8%, restando competitividad al país.
Una espiral peligrosa
Sobre los costes, BBVA Research destaca que el repunte del IPC en junio apunta a que "las empresas están traspasando buena parte del incremento en costes a precios" y, en este sentido, habrá que estar vigilantes "a la reacción de los trabajadores en la negociación colectiva". "Esto, junto con la presión que pueden ejercer otras revalorizaciones de rentas (pensiones), podría empujar a la economía española a una espiral peligrosa que dificultaría reducir la inflación en los próximos meses", destaca. Esto implicaría una pérdida de competitividad que, junto a la reducción del poder de compra de los hogares, desaceleraría la actividad durante los próximos meses.
"Nos espera un otoño muy oscuro, y sin mejorar lo que viene después", lamenta Pedraza. El presidente de la Comisión Financiera del CGE recuerda el "descalabro" del Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre, que apenas creció un 0,2%. Según sus estimaciones, a este se unirá el del segundo trimestre, que "pese a la incipiente incidencia del turismo, no debe ofrecer un crecimiento mayor del 0,3%-0,4%". De esta forma, tras un tercer trimestre "salvable" por el periodo estival, espera un final de año "muy negativo".
En definitiva, la situación no ha ido a mejor. "Nuestra previsión y la información que tenemos nos hace pensar que ya hemos alcanzado el pico de inflación el mes pasado y la previsión es que se vaya desacelerando ya y no preveo que lleguemos al 10%", aseguraba la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, el 26 de abril, varias semanas después de adoptar el primer paquete de medidas energéticas para hacer frente a los efectos de la guerra en Ucrania. Un pronóstico ya claramente incumplido.
Alexander
La inflación no empezó con la guerra en Ucrania sino que venía del verano de 2.021 con el aumento de los precios de petróleo, del gas natural y de la electricidad. Esta inflación no se puede combatir con una subida de los tipos de interés porque la economía no está recalentada sino que, por el contrario, está casi en recesión. La solución a esta inflación pasa por resolver los problemas que la están causando: 1º. Los paises industrializados, que son los grandes consumidores, tienen que presionar a los paises productores de petróleo y de gas natural para que bajen unos precios demasiado elevados que no tienen justificación porque el PIB mundial todavía no se ha recuperado de la caída que experimentó como consecuencia de la pandemia; 2º. Es necesario volver a utilizar el carbón como combustible para las centrales térmicas y, paralelamente, hay que iniciar la construcción de decenas de las nuevas centrales nucleares de pequeña potencia que requieren solamente 2 o 3 años para su construcción, las centrales térmicas de carbón se dejarían de utilizar a medida que fueran entrando en servicio las centrales nucleares; 3º Hay que empezar a construir decenas de plantas de producción de "hidrógeno verde", alimentadas eléctricamente por paneles solares o por generadores eólicos, para sustituir progresivamente el consumo de gas natural en los hornos industriales.
Lucy
El votante del PSC cree que el partido es de obrero s yde izquierdas. Todo el cinturón rojo de Barcelona le vota.
Juanmanuelito
Si la mayoría de catalanes es lo que desean, allá ellos. Ya dijo alguien que las sociedades suelen morir por suicidio, no por asesinato.
juanpedro
!DOS DIGITOS MAS ES UN 28,57 % ! un disparate(del 7 % al 9 %)
juanpedro
!DOS DIGITOS MAS ES UN 28,57 % mas ! un disparate(del 7 % al 9 %)
Pacopepe
Y dale con el PP... ya aburris hijos. Menos mal que VOX tiene la verdad y soluciones absolutas. O no?
Sin_Perdon
El combustible cuesta un 50% más que hace tres meses. Nuestra dependencia del petróleo o gas ruso es mínima y aún así somos de los países europeos donde mayor subida ha habido. Las multinacionales del sector nos están estafando (aumentaron de golpe 20 céntimos AL DÍA SIGUIENTE del conflicto en Ucrania) y el Gobierno lo consiente porque, a mayor precio mayor recaudación. Nos están empobreciendo a marchas forzadas, nos están tomando el pelo y la población, con su inacción, está justificando el trato que nos dan. Esta va a ir a peor, pero no veo reacción posible.
Shockgold
Se hundirá la economía, llegará el PP, la arreglará recortando, luego volverá a ganar el PSOE... Esta película ya la conocemos. No se preocupen, sabemos cómo va a ir la historia.
Perhaps
No hay problemas. Después del asalto al INE la inflación bajará al 6,5% para septiembre y, luego, seguirá bajando
Leonidas
No me lo puedo creer. ¿Pero si tenemos a nuestros dirigentes brindando en el museo del Prado mientras tragan manjares pagados por nosotros? Ah, que eso se parece a la edad media, que es a lo que vamos. Buenos, es peor porque les votamos