John de Zulueta (Massachusetts, 1947) es el presidente del Círculo de Empresarios y cuenta con 29 años de experiencia en el sector sanitario, por lo que se erige como voz más que autorizada para analizar el impacto de la pandemia del coronavirus en la sociedad y en la economía.
"Hablo con dos sombreros", reconoce en una entrevista telefónica con Vozpópuli. El de la visión económica que le concede su rol como empresario y presidente del Círculo, y el del conocimiento sanitario. Estuvo 18 años al frente de Sanitas -catorce como Consejero Delegado y cuatro como Presidente-, ha sido presidente de USP Hospitales dos años y actualmente es dueño de una consultora de sanidad.
Durante el confinamiento, aprovecha para leer Un pueblo traicionado: España de 1876 a nuestros días: Corrupción, incompetencia y división social, del historiador británico Paul Preston, en el que el autor "bien podría añadir un capítulo de la ineptitud e incompetencia total que se está demostrando el Gobierno actual con esta crisis", lamenta Zulueta.
Pregunta. El Gobierno trabaja ahora en la desescalada, ¿cómo cree usted que debería diseñarse y a partir de cuándo?
Respuesta. Lo primero es que deberían diseñarla más partidos aparte del PSOE y Unidas Podemos y sus apoyos tradicionales -PNV, Bildu, separatistas...- tiene que participar la oposición -PP y Ciudadanos- y, como defensores del libre mercado, nosotros creemos que también deberían estar los empresarios.
P. ¿Tiene sentido la vuelta a la actividad a partir del 9 de mayo?
R. Todo va ligado a la sanidad. El confinamiento tiene un coste. Si un virólogo lo mira desde el punto de vista sanitario y no quiere ninguna muerte, entonces el confinamiento dura hasta fin de año. Sólo así tienes absoluta garantía de que la gente puede salir sin ningún muerto, pero esto supone que el PIB caería un 50%, así que hay que buscar un equilibrio entre el riesgo que se quiere tomar en vidas humanas y cuánto le costará a la economía. Veo adecuada la fecha del 11 de mayo para no mantener interrumpida la producción más tiempo en España, pero lo que falta son test masivos.
El Gobierno tiene que agradecer el gasto que están asumiendo las empresas privadas en tests para sus empleados"
P. ¿Es la única forma de evitar un posible repunte de contagios?
R. Sí, es la única manera de hacer esto bien. Por el momento son las empresas las que están costeando sus test para sus empleados (por ejemplo, en el sector de la construcción). Hay empresas del Círculo que cada 15 días hacen tests a todos sus empleados con un coste que está entre 120 y 130 euros el test. El PCR, que es el más eficaz. Así que el Gobierno tiene la suerte de que las empresas están costeando eso, porque los test del Gobierno sólo llegan de momento al personal sanitario y las fuerzas de seguridad.
Hay un estudio de la Universidad de Stanford que dice que hay que multiplicar el número oficial de personas contagiadas por entre 50 y 85 veces para saber cuántos contagiados hay en realidad. Tomando nuestra cifra de 200.000 contagiados nos sale que en España hay 10 millones de españoles infectados. Por eso son fundamentales los tests masivos.
P. El Gobierno lleva semanas prometiendo los test pero no llegan, ¿dónde está el problema?
R. Para empezar es una pena de cara una epidemia como esta que no estemos centralizados, hubiera sido mucho mejor tener toda la sanidad centralizada y no imponer una centralidad imposible porque el Ministerio de Sanidad es un agujero hueco, ni siquiera lo quiso Pablo Iglesias porque era un ministerio florero.
Se dedican a fijar precios de los fármacos y a poco más. No están preparados para pandemias y han sido un desastre total. El ministro Salvador Illa no tiene ninguna experiencia, viene de un cupo del PSC y antes ha sido alcalde de un pueblo de 10.500 personas, y resulta que tiene que gestionar el mayor problema sanitario del último siglo en España.
Aquí necesitas gestores de primera fila y parece que no los tenemos en los sitios que necesitamos. Han comprado mascarillas defectuosas, tests defectuosos...
P. ¿Cuándo empezaron los errores?
R. A toro pasado es fácil ver el error de facilitar la manifestación del 8M, pero en ese momento recuerdo bien que hablaba con empresarios y había dos teorías: los que estaban preocupados porque decían que no debíamos reunirnos más de 20 personas y los que decían que Fernando Simón sabía mucho y él decía que sólo iba a haber 6-8 casos en España. A toro pasado es muy fácil culpar al Gobierno, pero en su momento otro partido político podía haber metido la pata igual.
Pero, a partir de ahí, es cuando comienzan los errores: tardan mucho en anunciar el estado de alarma, se podrían haber precipitado más porque cada día había pérdida de vidas humanas, y luego viene una serie de errores empezando con los test masivos que son defectuosos y siguiendo con estas mascarillas defectuosas.
Tengo un conocido español en China que tenía un lote de material importante de mascarillas, batas, de todo… para mandar a España, exigía al Ministerio de Sanidad el pago del 40% por adelantado -ahora mismo comprando en China debes adelantar el 100% porque hay muchos países a la vez-. El Ministerio de Sanidad no mandó aquel 40%, él espero dos semanas, y acabó enviando el lote a Brasil. No ha habido nadie en el Ministerio capaz de hacer compras en China y cuando lo han hecho han comprado de un pirata que no está ni en la lista registrado en la Embajada de China como comprador certificado, hay errores tremendos.
El Gobierno no ha diseñado bien el sistema de confinamiento, que además los juristas dicen que es completamente ilegal, y aun así los ciudadanos han obedecido"
P. ¿Qué opina ahora de que los niños puedan salir este fin de semana a la calle?
R. Cada día hay una sorpresa. En Bélgica, por ejemplo, los niños pueden salir a la calle pero precisamente está prohibido que vayan al supermercado. En España han elegido los peores sitios para dejar ir a los niños: los supermercados, los bancos a los que van las personas mayores a por su pensión, etc.
La decisión era absurda, pero no lo vieron hasta que reaccionó el público. El Gobierno no ha diseñado bien el sistema de confinamiento, que además los juristas dicen que es completamente ilegal, y aun así los ciudadanos han obedecido. Es la solidaridad del pueblo lo que hace fuerte a España, pero no tenemos los políticos que merecemos.
P. ¿Cómo valora las medidas que se han tomado en el plano económico?
R. En Alemania y Dinamarca, por ejemplo, se han dado cuenta de que la ayuda económica a las empresas es esencial. Las empresas necesitan dinero en helicóptero, que cae del cielo enseguida, pero en vez de copiarles hemos hecho las mismas medidas pero con una burocracia que el dinero no está llegando ni a los trabajadores ni a las empresas, sobre todo pymes y autónomos.
La idea de los ERTE es muy buena, pero en esos países la burocracia es mucho más sencilla: la empresa paga a los trabajadores a través de su estructura de pagos -que es lo más rápido- y después reclama el dinero al Gobierno. Aquí se hace a través del SEPE y lo que pasa es que tiene que pagar a 2 millones de personas de golpe y está desbordado. Hemos hecho de una buena medida algo mal ejecutado. La razón es que no hay confianza en la empresa por parte del Gobierno, la ministra de Trabajo casi criminaliza a los empresarios.
P. ¿Y los avales a través del ICO?
R. Esa es la otra medida mal ejecutada. Primero, hemos sido un poco tacaños porque sólo hemos avalado el 80%, frente al 90% que se avala en Italia o el 100% de Alemania. Segundo, se hace a través de un sistema capilar con los bancos, lo que pasa es que como un 80% del préstamo lo avala el ICO, después de que lo apruebe el banco el ICO tiene que estudiarlo y aprobarlo. Cepyme dice que un 27% de los préstamos han sido rechazados por el ICO, así que lo que pasa es que están cayendo como moscas pymes y autónomos porque la liquidez no llega a tiempo y tienen que cerrar. El dinero en vez de llegar en helicóptero, llega en tren lento; y mientras esperas el tren lento, desaparecen empresas.
Así que lo que pasa es que estamos condenando a muchas empresas a la quiebra por la ineficacia, por diseños igual de tontos que el de la salida de los niños a bancos, farmacias y supermercados. Esa ineptitud tiene un coste muy alto: en el lado sanitario, de vidas humanas, y en el lado económico, en la vida de empresas... se han muerto un montón de empresas.
Creo que vamos a tener que cambiar de Gobierno, no sé si por moción de censura en el Parlamento como hizo Sánchez contra Rajoy, o si va a ser ir a elecciones"
P. ¿Cree que cuando el coronavirus deje de marcar la agenda, el Gobierno conservará los apoyos para gobernar y sacar adelante unos Presupuestos?
R. Yo creo que obviamente vamos a tener que cambiar de Gobierno, no sé si por moción de censura en el Parlamento como hizo Sánchez contra Rajoy, o si va a ser ir a elecciones porque no van a poder sacar unos Presupuestos. Pero estoy convencido que una de las dos sí. En una crisis el Gobierno tiene que ser como una piña y aquí hay una guerra soterrada entre dos facciones que está socavando todo.
Nosotros siempre hemos defendido que necesitamos un Gobierno PSOE-PP-Ciudadanos, centrista, sin extremismos, porque si no estamos condenados al fracaso y lo estamos viendo día a día, cada cosa que dice uno, lo tiene que modificar otro. Y las improvisaciones.
Al Gobierno suizo le asesora una lista de eminencias suizas, los expertos que asesoran al español son políticos, viceconsejeros de salud autonómicos... gente no científica. Nuestro Gobierno tiene asesores clásicos del amiguismo y enchufados.