En el mes de noviembre se destruyeron 11.583 puestos de trabajo, la mayor caída en este mes de los últimos cuatro años pero, en todo caso, un descenso menor al marcado en ese mes entre 2016 y 2019 (-36.000 de media), según los datos difundidos este lunes por el Ministerio de Seguridad Social. El paro también bajó en 24.573 personas, un buen registro si se compara con los años 2016-2019. De hecho, el Ministerio de Trabajo destaca que se trata del segundo mayor descenso en ese mes exceptuando la crisis pandémica.
Por tanto, España tiene 20,8 millones de afiliados y 2,7 millones de parados registrados. La paradoja de este mes de noviembre, como ya pasó el año anterior (cuando se perdieron 155 empleos pero el paro bajó en 33.500 personas), es que el empleo cayó, pero el paro bajó aún más. Si se mira la serie, esto no suele ser lo habitual. Sólo en el noviembre de 2018, por ejemplo, se perdieron 47.500 empleos y el paro bajó en 1.800 personas. En 2019, sin embargo, la afiliación media cayó en 53.000 y el paro subió en 20.500.
Crecen los demandantes de empleo ocupados
A priori, podría haber varias explicaciones. Una es que haya más nuevos jubilados que nuevos empleados, lo que baja la afiliación pero no implica un crecimiento del paro. Otra podría ser que aquellos que han perdido su trabajo no se hayan inscrito en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) porque no tienen derecho a paro. También puede haber desempleados que hayan agotado la prestación o se hayan desanimado en la búsqueda de empleo y desaparezcan de la estadística. La economía sumergida y los migrantes son otros factores a tener en cuenta.
La tercera hipótesis sería que aquellos que han causado baja en la Seguridad Social son trabajadores fijos discontinuos a los que el empresario ha desactivado y, pese a haberse inscrito en el SEPE e incluso cobrar una prestación, no se incluyen en la estadísticas del paro registrado. Este fenómeno está ocurriendo con la reforma laboral, que acaba con el contrato temporal por obra y servicio a favor del indefinido, donde se encuadra esta polémica modalidad.
El SEPE no desagrega el dato de fijos discontinuos inactivos (aunque se comprometió a hacerlo en enero), pero sí publica datos más amplios de la categoría en la que se encasillan. A falta de que se publiquen con algo más de detalle, en los datos difundidos este lunes se percibe un aumento de 77.842 demandantes de empleo ocupados. Si se diese el caso de que todos estos fueran fijos discontinuos parados, significaría que en realidad el paro no bajó en 24.500 personas en noviembre sino que subió en 50.000, pero están 'ocultas'.
Otra manera de analizarlo es compararlo con el año previo a la pandemia. En 2019 los demandantes ocupados subieron en 47.600 personas en noviembre, unas 30.000 menos que este año. El dato de demandantes ocupados se situó este año en 1.166.780. Son 273.000 más que en noviembre de 2019, cuando había 893.437. Sin embargo, este año el paro registrado se situó en las 2.734.831 personas: son 463.000 menos que en noviembre de 2019 (3.198.184).
115.500 empleos perdidos en hostelería
Por sectores, destaca la destrucción de 115.500 puestos de trabajo en la hostelería. Esto suele ocurrir en este mes, pero la cifra es notablemente superior a la de los noviembres previos a la pandemia. Se neutralizaron así los aumentos registrados en sectores como la Educación (con 38.000 afiliados más) o el Comercio (23.300), que cada vez más se adelanta a las campañas navideñas con el Back Friday en noviembre.
La hostelería es, precisamente, el sector en el que se concentra la mayor parte de los trabajadores con contratos fijos discontinuos, junto al sector de la educación. Y, de ser los trabajadores con contratos fijos discontinuos los que han causado baja, como se ha mencionado, no se contabilizan como parados registrados aunque se hayan inscrito en el SEPE y/o estén cobrando el paro.
De hecho, pese a la pérdida de más de 100.000 empleos, el paro descendió en 17.335 personas en el sector servicios, según los datos difundidos por Trabajo. De hecho, bajó en todos los sectores: en Industria, en 2.654 personas; en Agricultura, en 2.175; y en Construcción, en 1.072. Sin embargo, la afiliación refleja que la Administración Pública perdió 3.700 empleos, cuando normalmente suele crecer, y en la Agricultura se dieron de baja 2.600.
La afiliación media bajó en noviembre en nueve comunidades autónomas y subió en ocho regiones, principalmente en Madrid (+34.376 ocupados), Andalucía (+20.222 cotizantes) y Comunidad Valenciana (+20.002 afiliados). De la misma forma, el paro registrado subió en noviembre en nueve comunidades autónomas y bajó en ocho, especialmente en Andalucía (-8.852 desempleados); Madrid (-6.753) y Comunidad Valenciana (-5.111).
En términos desestacionalizados, el número de cotizantes a la Seguridad Social subió en el penúltimo mes del año en 10.350, hasta los 20,75 millones de trabajadores, el nivel más elevado de la serie. "El mercado laboral muestra un notable dinamismo a lo largo de 2023, con un nuevo aumento del empleo en noviembre", ha afirmado la ministra de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, Elma Saiz, en referencia a estos datos desestacionalizados por el Gobierno.