Con el sector financiero esperando el rescate de Bruselas y Bankia sumida en un proceso judicial que se prevé eterno y de final incierto, en el PP se opina que el nuevo gobernador apenas tiene margen para lanzar reproches a su antecesor en el cargo, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), y para poner en entredicho la tarea del supervisor durante su polémico mandato. La responsabilidad institucional prevalece en alguien como Luis Linde que, además, ha llegado al Banco de España con la obsesión de pasar desapercibido, de no armar ruido y de alejarse todo lo que pueda de los focos de los medios de comunicación.
Linde ya tiene cita reservada el próximo martes, 17, ante la Comisión de Economía del Congreso para presentar la memoria del Banco de España correspondiente al ejercicio de 2011, un periodo especialmente complicado en el que se produjo una profunda reestructuración del sistema financiero que no sirvió, en definitiva, para evitar el rescate bancario solicitado recientemente por el Gobierno a Bruselas y pendiente todavía de ejecución.
Linde tendrá que dar cuenta del proceso que ha conducido a la práctica desaparición de las cajas de ahorro, de la situación de las cuatro entidades que han recibido dinero del FROB y también del entorno macroeconómico desfavorable en el que se desenvolvió la actividad del supervisor. En la memoria que presentará al Congreso, se relata también la caída del crédito a particulares y empresas, el aumento de la morosidad y el debilitamiento de los resultados obtenidos por la mayoría de las entidades financieras.
Linde ha llegado al Banco de España con la obsesión de pasar desapercibido, no armar ruido y alejarse todo lo que pueda de los focos mediáticos
Hay interés y cierta expectación entre los grupos parlamentarios por conocer el criterio que empleará el nuevo gobernador a la hora de comentar la política económica del Gobierno, teniendo en cuenta que se estrenará en sede parlamentaria con un recorte presupuestario que algunas fuentes llegan a cifrar en 30.000 millones de euros y unas reformas pendientes que afectan al grueso del programa electoral con el que Mariano Rajoy concurrió a las pasadas elecciones generales.
En el PP se califica de “estreno amargo” el que tendrá Linde en el Congreso, no tanto por la situación que le va a tocar comentar al frente del supervisor sino, sobre todo, por el espacio tan estrecho que va a tener para cuestionar la labor de MAFO. De ahí que se espere una intervención muy institucional y que tampoco se teman demasiado las críticas de la oposición, teniendo en cuenta que los socialistas han conseguido colocar como número dos de la entidad a Fernando Restoy, cuya plaza aún sigue pendiente de cubrir en la CNMV.