El Ayuntamiento de Madrid tiene prisa por resolver el futuro de la operación Chamartín. Antes de que concluya el año se celebrará la primera reunión de carácter técnico entre los componentes de la mesa creada para el desbloqueo del desarrollo urbanístico, que incluye también al Ministerio de Fomento, la Comunidad de Madrid y la promotora Distrito Castellana Norte (DCN, participada mayoritariamente por BBVA, con el apoyo de Grupo San José).
Este lunes tuvo lugar el primer encuentro oficial de la mesa con la participación del delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo; el presidente de Adif, Juan Bravo (en representación del Ministerio de Fomento, toda vez que la compañía gestora de las infraestructuras ferroviarias es una de las más destacadas propietarias de los terrenos); y el presidente de DCN, Antonio Béjar. La Comunidad de Madrid declinó su asistencia.
En esta cita se acordó que se celebrarían reuniones de carácter técnico con una periodicidad de entre dos y tres semanas para tratar de avanzar hacia una solución que satisfaga a las partes. Sin tiempo que perder, la primera de ellas tendrá lugar el próximo 30 de diciembre, apenas diez días después del estreno oficial de una mesa que acordaron crear la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.
Un estreno que puso de manifiesto que las posturas están aún demasiado alejadas para pensar en un acuerdo, al menos a corto plazo, como plantea el Consistorio. El desarrollo del norte de Madrid sigue siendo, a día de hoy, una quimera.
Posiciones distantes
El optimismo mostrado en público a la salida de la reunión por José Manuel Calvo contrastó con el tono plano mostrado tanto por Bravo como por Béjar. Ambos esperaban oír en las dos horas que duró la reunión algo diferente de lo escuchado durante el último año y medio. Pero fue en vano.
Las tres partes únicamente coincidieron en la necesidad de sacar adelante un asunto que lleva encima de la mesa casi un cuarto de siglo. Y también, que la estación de Chamartín debe ser el eje vertebrador del desarrollo y que necesita, con urgencia, una remodelación. Un viaje para el que no hacían falta tantas alforjas, como apuntaron fuentes próximas a Fomento.
Pese a la insistencia de Adif y DCN, no fue posible concretar cuestión alguna sobre la operación, algo que Calvo prefiere dejar en manos de los técnicos. La prueba está en la rapidez con la que se ha convocado la primera reunión de carácter técnico, en plenas fechas navideñas. Con razón, Calvo fue el pasado lunes el más optimista, quien habló de un plazo de entre tres y seis meses para resolver la cuestión.
Con muchas líneas rojas
Sin embargo, cuestiones claves como el número de viviendas, el soterramiento de las vías, el volumen de zonas verdes y la extensión del desarrollo van más allá de planteamientos técnicos. Y, sin embargo, quedaron sin concretar.
Delante de la prensa, Calvo no quiso hablar de “líneas rojas”. Tampoco el presidente de Adif, aunque se cuidó mucho de recordar que el acuerdo de concesión de los terrenos del Ministerio de Fomento a DCN a cambio de algo más de 1.200 millones de euros “no es objeto de negociación”. Es decir, no se toca.
Aunque no le puso tal nombre, Béjar sí habló de líneas rojas. Y puso encima de la mesa hasta tres: la económica, la técnica y la jurídica (es decir, lo que está firmado hay que respetarlo). Y añadió una cuarta: “no queremos invertir en un proyecto poco ambicioso”.
Poco ambicioso era el “Madrid Puerta Norte” presentado por el Ayuntamiento como alternativa al de DCN y, por lo visto en esta primera reunión, el planteamiento del Consistorio no se aleja demasiado de él. Ahora, turno para los técnicos.