El proceso de actualización del marco retributivo en el sector energético entra en su fase decisiva tras unas semanas de intensa polémica por la propuesta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que incluyó un notable recorte para las actividades de transporte y distribución de gas. Como era de esperar, el Gobierno se sentará con el organismo regulador tras presentar alegaciones en las que mostraba no pocas discrepancias. Sin embargo, los inversores parecen apostar por que la decisión final del Pleno de la CNMC no diferirá mucho de la propuesta, como prueba el castigo en Bolsa que volvieron a sufrir Enagás y Naturgy, las cotizadas más afectadas en este contexto.
La sesión del viernes recordó a las que sucedieron a la del pasado 5 de julio, cuando la CNMC hizo públicos sus borradores sobre las retribuciones de las actividades de transporte y distribución de gas y electricidad para los próximos periodos regulatorios (2021-2026, en el caso del primero; 2020-2025 para el segundo). Bien es cierto que, por entonces, el castigo afectó a la práctica totalidad de empresas cotizadas del sector.
No obstante, como entonces, Enagás volvió a ser la compañía más castigada, con descensos del 3,6% al cierre de la sesión. Una de las actividades cuya retribución sufriría un mayor recorte, de prosperar la propuesta del regulador, es la de transporte de gas y regasificación, que realiza la empresa presidida por Antonio Llardén. Tras la publicación de los borradores, la cotización de Enagás sufrió un descenso global superior al 18%, que le llevó a situarse en sus mínimos desde finales de 2013, en torno a los 19 euros por título.
Tras aquellas críticas semanas, el valor emprendió una recuperación que le llevó a cotizar de nuevo por encima de los 20 euros, animada por la avalancha de alegaciones que habían llegado hasta la CNMC, incluidas las del Ministerio de Transición Ecológica, que han derivado en la comisión de coordinación entre ambas entidades.
La firmeza de Marín Quemada
La tendencia alcista se interrumpió de forma abrupta el viernes, también tras la última declaración pública del presidente del regulador, José María Marín Quemada, en la que no dio demasiadas esperanzas al sector.
Durante su intervención en el IV Foro Energético organizado por el diario El Economista, Marín Quemada defendió firmemente la decisión de la institución que preside y dejó claro que su propósito no era dejar contento a nadie.
Naturgy también frenó en seco la reacción que había experimentado en las últimas semanas. En su caso, la caída en el mercado tras la publicación de la propuesta retributiva se acercó al 10%, para situarse en 22,50 euros por título. Desde ahí logró recuperar de forma tímida la referencia de 24 euros con un recorrido alcista que también se vio truncado el viernes, cuando el valor retrocedió un 2,3%, hasta 23,19 euros, en una sesión en la que el Ibex-35 cerró prácticamente plano.
Un hachazo de más de 5.000 millones
La compañía que preside Francisco Reynés está afectada por partida doble, ya que no sólo lleva a cabo la actividad de distribución de gas, a través de su filial Nedgia (de la que controla un 80%) sino también la de distribución de electricidad, para la que la CNMC también propone un recorte retributivo.
Los inversores no apuestan por que el resultado de la comisión de coordinación pase por una modificación sustancial de la propuesta retributiva, que supondría una reducción de más de 5.000 millones de euros en los ingresos que las empresas perciben por el transporte y distribución de gas y electricidad.
Entre ellas se encuentran dos participadas por el Estado: la citada Enagás y Red Eléctrica cuyo presidente, Jordi Sevilla, también se ha mostrado crítico con el contenido de los borradores de la CNMC al considerar que el recorte al transporte de electricidad es excesivo y que, además, no contribuirá al objetivo de abaratar los precios.