Algo se está moviendo en el mercado de bitcoins, tremendamente alterado después de que la semana pasada la principal casa de cambio de la divisa electrónica, Mt. Gox, se desconectara de la red y alegara "problemas de seguridad" que han hecho temer sobre su bancarrota o sobre un robo masivo de la divisa, que contestó con el consiguiente desplome superior al 20% (es altamente volátil).
En medio de esta incertidumbre, el pasado 27 de febrero apareció muerta en su piso en un rascacielos residencial de Singapur Autumn Radtke, una informática norteamericana de tan sólo 28 años que era la consejera delegada de First Meta Exchange, una casa de cambio virtual que permitía comprar moneda virtual, venderla por divisas reales (las que están respaldadas por un banco central, como el euro o el dólar) y, en general, comerciar con ellas. First Meta Exchange se había hecho famosa por crear la primera tarjeta de crédito para poder pagar en Second Life, una especie de juego que se hizo popular hace algunos años, aunque terminó cayendo. Radke había trabajado en Apple, donde se había especializado en 'cloud computing' y programación en la nube. First Meta no se dedicaba sólo al bitcoin, aunque sí de forma principal.
Mientras que desde la propia empresa un portavoz oficial hablaba de muerte en extrañas circunstancias que aún estaban investigándose, otras fuentes hablan de 'suicidio', una version que ha sido recogida por los muy sensacionalistas diarios 'New York Post' o 'Daily Mail', aunque también por la aparentemente más seria 'Fox News'. Desde la empresa se han limitado a expresar su pésame: "El equipo de First Meta está en shock y triste por la trágica pérdida de nuestra amiga y CEO Autumn Radtke. Nuestras más profundas condolencias a su familia, amigos y seres queridos. Autumn fue una inspiración para todos nosotros y será profundamente añorada".
Aún están bajo investigación los motivos de la muerte de la empresaria, aunque según la propia prensa singapurense, no se sospecha de que haya sido asesinada, por lo que las investigaciones irían más por la vía del suicidio, que se produce en un momento en el que las compañías relacionadas con el bitcoin temen por su futuro.