Los bancos están demostrando con claridad dónde tenían el dinero que tomaron prestado en el LTRO. La deuda alemana a corto plazo ha sufrido un serio repunte de rentabilidades conforme se acercaba el primer plazo de devolución (hoy). Las entidades financieras soliciaron muy por encima de sus necesidades y colocaron el dinero en el lugar más seguro: la deuda alemana que venciera antes de 36 meses. Ahora, con los mercados en posición risk on, comienzan a devolver; incluso muy por encima de lo esperado y les toca, por tanto, vender deuda alemana. La banca española, también.
A finales del pasado año, la deuda alemana a 2 y 3 años mostraba tipos negativos, una situación que era clara muestra de la aversión extrema al riesgo de los inversores, que temían por la ruptura del euro o, cuando menos, tenían una desconfianza total por los países periféricos. Incluso los operadores españoles han multiplicado sus posiciones en bonos alemanes.
Pero las entidades financieras quieren quitarse de encima el superávit de liquidez, en especial el que no les produce nada y eso ha tenido su reflejo en mercado: el 3 años llegó a elevar ayer su rentabilidad en más de un 10%, hasta el 0,45%, para terminar en el 0,4%. El que tomara posiciones en noviembre a tipos negativos, pierde más del 3%, una situación extraña en el que se considera el activo más seguro de la Eurozona.
Presión
La inyección de liquidez de Mario Draghi, superior al billón de euros, se ha colocado básicamente en la facilidad de depósito del banco central o en deuda pública. La presión sobre el bono alemán está cantada.
A largo plazo, mientras del 10 años doméstico está en el 5,23%, el germano está al 1,70%, por lo que la prima de riesgo se mantiene en el entorno de los 350 puntos básicos. Pese a que el bono de referencia llegó a colocarse por debajo del 4,90%, parece estabilizarse ahora por encima del 5%. Las recientes colocaciones de este mes, así como el cambio de referencia del bono han pesado en el mercado secundario, aunque el diferencial con Alemania se mantiene.